Una porción considerablede las
condiciones crónicas que se observan en nuestro país pueden
ser atribuídas a pobres hábitos de alimentación. Por
ejemplo, nuestra cultura se caracteriza por la venta y consumo de frituras,
carne y chicharrones de cerdo, morcillas, gandinga, cuajo, entre
otras, las cuales son altas en colesterol y grasas saturadas. Eventualmente
esto puede promover diversas condiciones degenerativas, tales como la aterosclerosis
prematura, enfermedades del corazón, obesidad, diabetes sacarina,
y cáncer. En este capítulo se enfatizará el desarrollo
prácticas saludables de nutrición. No tenemos que dejar de
comer aquellos "antojos" que nos gusta mucho. Lo importante es moderar
en la cantidad y frecuencia de su consumo, la forma que se preparan estos
alimentos, el tipo de alimento ingerido, y el tipo de corte de carne que
compramos. Además, es muy importante el mantenernos realizando ejercicios
físicos regulares, de manera que la restricción de alimentos
que nos gusta no sea tan severa y que se pueda conservar el tejido magro
(tejido libre de grasa, tales como los músculos esqueléticos)
en situaciones donde estamos bajo el regimen de una dieta hipocalórica
(reducidas calorías). En adición, se hablará de los
nutrientes vitales que nuestro cuerpo necesita diariamente, y sobre obesidad
y control de peso. |