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Para asegurar una acción física exitosa, se requiere entrenar según se manifiesta en la competición o en la vida diaria. El planteamiento previo alude a la forma natural que se mueven: 1) los deportistas en el escenario competitivo, y 2) las personas durante su diario cotidiano y ocupacional. Expresado de otra forma, se entrena basado en lo que necesita durante la competencia, y las actividades del diario vivir en el hogar y en el trabajo. Desde la perspectiva atlética, la narrativa previa implica que los métodos de entrenamiento físico-deportivo deben de incorporar los patrones de movimiento fundamentales y las destrezas motrices inherentes en el deporte. Existen una gran variedad de estos tipos de movimiento que son comunes en muchos deportes. Dado esto, la finalidad de este tipo entrenamiento físico-deportivo es indagar por la presencia de patrones de movimientos comunes entre los deportes. Luego, se establece un programa de entrenamiento físico dirigido a desarrollar los señalados patrones de movimiento de índole general y fundamental (Boyle, 2016, p. 1). Las señaladas acciones se trabajan en relación con los sistemas orgánicos y anatómicos que permiten tales movimientos. Consecuentemente, estos sistemas y estructuras del cuerpo se encuentran hilvanados e integrados para que se generen las mencionadas acciones, es decir, el movimiento humano (Clark & Lucett, 2015). En síntesis, lo deseable sea que el diseño del entrenamiento físico y atlético sea compatible con las acciones físicas observadas durante los eventos atléticos y en la vida misma. El hecho previo implica que el entrenamiento debe poseer funcionalidad para poder asegurar su efectividad. Por ende, esta metodología se puede identificar con el nombre de entrenamiento funcional. Como inferencia a lo explicado, el entrenamiento funcional se enmarca bajo un propósito o meta, lo que refleja las necesidades apremiantes del deporte o el individuo en su contexto cotidiano o laboral (Boyle, 2016, p. 1). Así, la finalidad es que tal entrenamiento funcional pueda transferirse de forma efectiva hacia las competencias deportivas. Diferentes variables de entrenamiento se integran en este enfoque comprehensivo y sistemático de entrenamiento físico-deportivo, lo que lo convierte también en un entrenamiento integrado. A largo plazo, este sistema asiste en perfeccionar los elementos medulares requeridos para alcanzar una ejecutoria competitiva óptima y una disminución en el riesgo de lesiones atléticas (Clark & Lucett, 2015). Bajo construcción.
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al Principio: Introducción
Bajo construcción. Bajo construcción. BAJO CONSTRUCCIÓN Bajo construcción. Bajo Contrucción Bajo construcción. Dimensiones de la Salud y el Bienestar Las dimensiones de la salud y el bienestar abarcan los múltiples constituyentes integrados en la vida del ser humano. Estos componentes incluyen las áreas emocional, física, ocupacional (la actividad laboral), intelectual (mental o psicológica), financiera (o económica), social (o comunitaria), ambiental (o ecológica) y espiritual, (el equilibrio y armonía interno [personal], y con otras personas) las cuales se hallan interconectadas unas a otras, dado que son interdependientes. Esto significa que si una se afecta las otras dimensiones también pueden alteradas (Cottrell, Seabert, Spear, & McKenzie, 2023, capítulo 1, glosario; Edlin & Golanty, 2023, capítulo 1; Videto & Dennis, 2021). Calidad de Vida Una manera de exponer el significado de calidad de vida se fundamenta en la percepción de un estado de satisfacción en las personas, o algún grupo. También, una la calidad de vida define las aspiraciones del individuo o colectivo, en las cuales se espera lograr un nivel deseado de felicidad y autorrealización (Bedworth & Bedworth, 2010, p. 419). Calidad de Vida relacionada con la Salud Esto describe la percepción de una persona respecto a su salud, bienestar y capacidad funcional (Edelstein, 2023, glosario). Determinantes de la salud Los determinantes de la salud consiste de: 1) la genética o biología personal (e.g., género, edad y características individuales, 2) el comportamiento individual (e.g., la dieta, actividad física y el uso del alcohol), 3) las circunstancias sociales (e.g., la educación, el estado socioeconómico, la vivienda y el crimen,), 4) las influencias ambientales y físicas (incluye el ambiente construido [e.g., dónde vive la persona, condiciones de hacinamiento y otras] y el ambiente natural [e.g., el agua potable segura, las alteraciones atmosféricas, el cambio climático y otros]) y 5) los servicios de la salud (e.g., el acceso a un cuidado de salud de calidad, costos y falta de un seguro médico) (Cottrell, Seabert, Spear, & McKenzie, 2023, capítulo 1, glosario; Edlin & Golanty, 2023, capítulo 1). Determinantes Sociales de la Salud Estos determinantes representan los comportamientos y decisiones de las personas, el ambiente, la dimensión biológica (incluye la genética), el componente social (e.g., el apoyo social, la cohesión comunitaria), la vertiente cultural y lo económico, variable que pueden influenciar la salud individual y colectiva (Edlin & Golanty, 2023, capítulo 1; Hayden, 2022, capítulo 1; Porcelain, 2022, p. 16; Spence, & Schand, 2021). Según las Personas Saludables 2030 (Healthy People 2030), los determinantes sociales de la salud se agrupan en cinco renglones, que son 1) la estabilidad económica, 2) el acceso y la calidad de la educación; 3) el acceso y la calidad para el cuidado de la salud; 4) la vecindad y el ambiente construido, y 5) el contexto social y comunitario (ir a: https://health.gov/healthypeople/priority-areas/social-determinants-health#:~:text=What are social determinants of,of-life outcomes and risks) Comportamiento de Salud El comportamiento de salud representa aquellas acciones y reacciones del individuo conducentes hacia la promoción y mantenimiento de la salud personal (individual) y social (pública, colectiva o comunitaria). Esta conducta se dirige hacia la prevención de enfermedades o traumas (Bedworth & Bedworth, 2010, p. 234). Salud Pública El término de salud pública alude a una rama científica orientada hacia los esfuerzos que ayuden a prevenir las enfermedades, incrementar la expectativa de vida al nacer y promover el bienestar. Esta en comienda se trabaja mediante actividades comunitarias organizadas con miras a mantener un saneamiento ambiental apropiado y el control de las enfermedades infectocontagiosas. Una de las estrategias que la ciencia de la salud pública pueda alcanzar estas finalidades arriba mencionadas es por medio de una promoción y educación para la salud de la población. Por ejemplo, esto incluye la orientación sobre los principios básicos de una buena higiene personal. También, otra actividad de salud pública incluye la organización y andamiaje del sistema de salud intervenido por los médicos y enfermeras. Como resultado, se espera lograr que cada integrante de alguna población particular posea la oportunidad de mantener un estándar de vida adecuado (Bedworth & Bedworth, 2010, p. 416; Caron, 2022, pp. 2-3, 498; Chang, Green, & Petrokofsky, 2022, p. x) Prevención El concepto prevención se encuentra asociado con la misión o las metas inherentes en la salud pública, o la medicina preventiva. Por lo regular, la prevención posee tres vertientes (enfoques, niveles o etapas), identificadas como primaria, secundaria y terciaria. La prevención primaria (promoción de la salud y prevención de la enfermedad) implica aquellos procedimientos (o intervenciones particulares) encausados hacia la reducción de nuevos casos de ciertas patologías o lesiones. La prevención de la aparición de estas enfermedades enfatiza los esfuerzos de protección, a nivel personal o colectivo, como lo puede ser el asesoramiento individual sobre el estilo de vida (i.e., modificación del comportamiento), algo común en la medicina personalizada. En la siguiente fase, la prevención secundaria se persigue identificar (o diagnosticar) a tiempo las enfermedades, así como su terapéutica oportuna. Se busca evitar las secuelas y complicaciones médicas adversas de estos disturbios. Principalmente, se trata de prevenir un estado de incapacidad o de muerte prematura. La prevención secundaria puede incluir el tratamiento preventivo de una enfermedad o incapacidad. Los exámenes médicos (historia médico personal y familiar, el examen físico y los laboratorios rutinarios) forman parte de este enfoque de la prevención secundaria. Finalmente, la prevención terciaria se dedica al tratamiento, o rehabilitación, exitosa de alguna enfermedad dada, de manera que se reduzcan sus consecuencias patofisiológicas potenciales, es decir, sus posibles complicaciones médicas. Así, la meta de esta etapa preventiva es limitar la progresión de la enfermedad o incapacidad. Más aún, en esta fase, se intenta reintegrar al paciente a la vida cotidiana y ocupacional y mejorar su calidad de vida (Bedworth & Bedworth, 2010, p. 400; Caron, 2022, p. 5; Cottrell, Seabert, Spear, & McKenzie, 2023, capítulo 1, glosario; Müllerová, 2021, pp. 11-12). Promoción de la Salud Este término alude a las acciones conducentes en asistir a las personas hacia el logro de una salud óptima, cimentado vía la modificación del comportamiento. También, tal mejoría en la salud puede resultar de las intervenciones lógicas y apropiadas asociadas con los aspectos ambientales. Estas actividades ayudan a disminuir las conductas de riesgo (no saludables) que pueden conllevar a una enfermedad, incapacidad o lesión (Edelstein, 2023, glosario). Factor de Riesgo Esto representa cualquier característica o exposición del individuo que posea el potencial de propiciar el desarrollo de una enfermedad o lesión. La presencia de uno o más factores de riesgo aumenta la probabilidad de adquirir un disturbio de la salud o incurrir en la muerte prematura. Sin embargo, no es posible concluir en definitiva que los factores de riesgo puedan resultar en estas desavenencias patológicas (Cottrell, Seabert, Spear, & McKenzie, 2023, capítulo 1, glosario). Comúnmente, las conductas vinculadas con la salud pueden ser modificadas en acorde a la percepción subjetiva que posee el individuo con respecto al reconocimiento de riesgos como parte de sus estilos de vida. También, esta persona puede estar consciente de los beneficios potenciales para la salud si se altera favorablemente tales comportamientos peligrosos. A este posible patrón para la modificación intrínseca del comportamiento de riesgo se le ha otorgado el nombre del Modelo para Creencia de la Salud (Cottrell, Seabert, Spear, & McKenzie, 2023, capítulo 1, glosario; Edlin & Golanty, 2023, capítulo 1). Enfermedad Crónica Este término se refiere a un disturbio de la salud o patología que se caracteriza por ser perseverante o de tiempo prologado. También, representa aquella enfermedad que posee una duración que parte uno o más años, periodo durante el cual se solicita una atención médica continua (LeBlanc & Kim-Farley, 2022, glosario). Desigualdades en la Salud Las diferencias observadas en el estado de salud entre una gran diversidad de personas o comunidades que poseen niveles socioeconómicos variados describen lo que implica las desigualdades en la salud. Tal estado de inequidad ante el bienestar tiene raíces sociales y se considera como un contexto injusto (Whitehead & Dahlgren, 2006, pp. 2-3). Por ejemplo, las comunidades bajo un entorno de deprivación sociocultural se caracterizan por una mayor prevalencia prematura de morbilidad y mortalidad (Connolly, 2020). El Modelo Socio-Ecológico El modelo socio-ecológico representa un esquema teórico fundamental para el campo de la salud pública. Este marco conceptual se emplea para explicar cómo las variables de comportamiento, sociales y económicas afectan la salud. El esquema señalado pretende explicar los factores que intervienen en el comportamiento de salud manifestado por la población. Así, el mencionado marco teórico incorpora una cuantía diversa de variables que influyen en las decisiones de las personas que afectan su salud. Esta posible conducta puede ser variada, sea participar en actividades físicas, mantener una nutrición apropiada, entre otras. Los niveles múltiples que constituye el modelo socio-ecológico son (Spence, & Schand, 2021): 1. El nivel individual. Este factor incluye la edad, el género, raza o grupo étnico, predisposiciones genéticas, factores biológicos, grado de educación, estado de ingreso financiero, estado de incapacidad, traumas de infancia, los patrones alimentarios y otras. 2. El nivel interpersonal. Tal variable abarca todo lo relacionado con el aspecto social del individuo, como lo son la influencia de la familia, las amistades, sus pares y colegas, los compañeros de trabajo y las redes sociales virtuales. 3. El nivel organizacional. Bajo este nivel, se analizan los factores que afectan la conducta asociada a la salud. Aquí se identifican los parques e instalaciones físicas recreativas, los escenarios ocupacionales, las instituciones educativas (e.g., las escuelas públicas y privadas, las universidades y los institutos educativos), las organizaciones comunitarias y los centro de cuido para niños. 4. Los sectores. En este nivel delo modelo, se reconoce la función importante que provee el gobierno local, las entidades que proporcionan servicios para el cuidado preventivo y terapéutico de la salud (e.g., los hospitales), el sistema de salud pública, el sistema de transportación, la comunidad y el componente ocupacional o corporativo. 5. Las políticas. Este determinante abarca las políticas públicas, las normas, las leyes, la religión, las creencias, la dimensión financiera y otras. CONCEPTOS ASOCIADOS CON LAS CIENCIAS DEL EJERCICIO Y LA MEDICINA DEL DEPORTE Varios conceptos son necesarios definirlos en vista que forman parte de campo científico regido por el movimiento humano. Ciencias del Ejercicio Las ciencias del ejercicio representan un grupo variado de disciplinas científicas (o ciencias aplicadas) encargadas de analizar y estudiar los principios teóricos, fisiológicos e investigativos inherentes en movimiento humano, es decir, la actividad física, el ejercicio y el deporte. Así, este campo evalúa e investiga las consecuencias del movimiento humano sobre las dimensiones de la salud y los constituyentes de la aptitud física, con la finalidad de mejorar las dimensiones físicas y mentales de la población. Por ejemplo, se estudian los beneficios del ejercicio para la salud, partiendo de un enfoque preventivo (primaria o secundaria) o terapéutico (prevención terciaria). Este último asunto concierne al uso del ejercicio, las actividades físicas y el deporte para el tratamiento de enfermedades crónico-degenerativas (e.g., diabetes sacarina o mellitus) y diversos disturbios psicológicos (Kent, 1998, p. 178; Mileva & Zaidell, 2022). Las múltiples disciplinas que forman parte de las ciencias del ejercicio son: 1) la anatomía y fisiología; 2) la fisiología del ejercicio; 3) el aprendizaje motor/control motor; 4) la nutrición (dietética); 5) la biomecánica/kinesiología aplicada; 6) la prescripción de ejercicio; 7) las pruebas de condición física; 8) el coaching de bienestar; 9) la psicología del deporte, el ejercicio y la salud, entre otras (Ward-Ritacco, Capítulo 1, 2022). Ciencias del Deporte Las ciencias del deporte representan aquel campo que estudia y aplica los principios derivados de las investigaciones científicas coligadas con las ciencias del ejercicio y del deporte. La mencionada disciplina se caracteriza por evaluar sistemáticamente la información teórica y empírica que atañe al rendimiento deportivo, esto a base del método científico. Este conocimiento resultante se utiliza para mejorar la calidad del entrenamiento deportivo con la finalidad de optimizar las ejecutorias competitivas de los atletas que participan en los deportes de conjunto o individuales (Kent, 1998, p.480; Mileva & Zaidell, 2022). TERMINOLOGÍA ASOCIADA CON EL MOVIMIENTO HUMANO Y LAS GUÍAS DE ACTIVIDAD FÍSICA Consistentemente a través del material elaborado en este documento, se mencionan varios conceptos que refieren a un tipo de movimiento o se relacionan con las conductas activas. Dentro del mencionado colectivo se describen el significado de movimiento humano, actividad física, ejercicio, aptitud física, actividad física de intensidad moderada a vigorosa y la vida activa. Movimiento Humano Actividad Física Ejercicio Aptitud Física Actividad Física de Intensidad Moderada a
Vigorosa Vida Activa Ejercicio Verde CONCEPTOS VINCULADOS CON EL SEDENTARISMO En este segmento de las definiciones claves incorporadas en el trabajo actual, se describen términos que se hallan conectados con la ausencia, o participación ínfima, de actividades físicas o ejercicios. También se integran conceptos pertinentes con las conductas sedentarias y a la problemática de estar sentado por periodos de tiempo excesivos. Inactividad Física Comportamiento Sedentario CONCEPTOS COLIGADOS CON LA BIOENERGÉTICA En este manuscrito, es vital la discusión conceptual del componente bioenergético de la actividad física. En esencia, la bioenergética describe el estudio de la dinámica inherente en la energía que manifiesta el organismo humano (Draper & Marshall, 2012, p. 236). El lector debe comprender los significados de calorimetría, energía, trabajo, expendio energético (EE) y equivalentes metabólicos (METs). Energía y Trabajo Calorimetría y Expendio Energético METs CONCEPTOS BÁSICOS VINCULADOS CON
LA EPIDEMIOLOGÍA Y LA SALUD PÚBLICA Epidemiología Expectativa de Vida Activa Mortalidad, Tasa de Mortalidad y
Mortalidad por todas las Causas Mortalidad Prematura Morbilidad y Tasa de Morbilidad Incidencia y Prevalencia Intervención TÉRMINOS RELACIONADOS CON EL
MODELO SOCIO-ECOLÓGICO Y LA ECOLOGÍA HUMANA/URBANA QUE ASISTEN EN LA PROMOCIÓN/INTERVENCIÓN
DE ACTIVIDADES FÍSICAS Ecología Urbana Ambiente Construido La literatura científica ha mostrado que el ambiente construido y el entorno natural posee una influencia marcada sobre el comportamiento humano, la salud y el bienestar de las personas o de un colectivo. Por ejemplo, los parques y terrenos que poseen vegetación y un ambiente físico natural incentivan a las personas a integrarse en actividades físicas, algo que ayudaría a mantener una masa corporal (MC o peso del cuerpo) deseable, prevenir la obesidad y mitigar los problemas de salud crónicos. En ilación a esta premisa, se entiende que los planificadores urbanos deben trabajar en conjunto con las entidades de salud pública. Esta acción colaborativa ayudaría a limitar los posibles impactos negativos del ambiente construido sobre una sociedad (Johnson & Lichtveld, 2022, p. 229; Townshend, 2022, capítulos 2 y 5). La regeneración o revitalización del ambiente construido hacia uno que facilita las actividades físicas y la transportación activa requiere la intervención legislativa de nuevas políticas. Se ha sugerido el desarrollo de cinco intervenciones legales que asisten esta encomienda, que son: 1) ordenanzas de zonificación que destinen una zona para uso especial y requisitos de desarrollo relacionados, 2) códigos de construcción y vivienda que establezcan estándares para las estructuras físicas, 3) la creación de una política fiscal que puede fomentar o desalentar actividades, 4) gastos gubernamentales que proporcionan directamente recursos para proyectos y programas relacionados con el entorno construido y 5) normas ambientales que establecen estándares de calidad o emisión (Perdue, Stone, & Gostin, 2003). Acceso Mejorado Diseño y Planificación Urbana Planificación Espacial y el uso de
Terrenos Indicador de Punto de Decisión CONCEPTOS, ÍNDICES Y MEDIDAS QUE
ATAÑEN A LA INFLUENCIA DEL DISEÑO Y PLANIFICACIÓN URBANA SOBRE EL MOVIMIENTO
HUMANO Espacios Públicos Los espacios públicos son parte del ambiente construido, los cuales deberían instaurar entornos de vida activa. Una manera de lograr tal encomienda es desarrollar un ambiente físico en la comunidad dominado por el movimiento peatonal. Esto se conoce como la peatonalización de las ciudades, suburbios y zonas rurales (Carmona, 2021). Movilidad y Movilidad Urbana Actividad Peatonal Caminabilidad Ambientes de Vida Activa Otro asunto clave orientado a crear y mantener un ambiente urbano saludable y activo consiste en revitalizar la ecología urbana, principalmente mediante el uso de alianzas público-privadas. Esto requiere un análisis y planificación metódica/lógica del diseño de la urbe, enfatizando en su sostenibilidad ecológica y económica. En esta reconceptualización de la ciudad es de crucial importancia considerar la planificación de espacios públicos para las actividades al aire libre de la ciudadanía y el acceso a rutas dedicadas a la transportación activa (e.g., en relación con el desplazamiento del peatón o caminante y al viajero que se traslada vía bicicleta) entre las variadas edificaciones, centros comerciales y vías de transporte tradicional de la urbe (Balsas, 2019; Beatley & Newman, 2017; Gehl, 2011, pp. 129-143). Transportación Activa Este tipo de actividad depende en gran medida del ambiente construido. Por ejemplo, un ambiente construido que disponga de parques, caminos y veredas naturales tiende o propiciar la participación de la población en algún tipo de transportación activa. En otro ejemplo, es más probable que las personas caminen hacia algún establecimiento comercial si éste se encuentra a una distancia prudente, que se pueda caminar. También, la logística y organización física del tráfico vehicular afecta las opciones de los peatones y ciclistas. Un tráfico menos congestionado, con mayor seguridad y vías públicas peatonales, propician estas actividades físicas de transportación activa. Además, aquellas zonas densas en la ciudad, por lo regular posean servicios y tiendas locales accesibles y tienden a disponer de espacios para los peatones, dado que tienen buenas conexiones dentro de este tipo de ambiente construido. Con lo anterior, la participación en una transportación activa depende de varios factores, como lo son: 1) la distancia a ser recorrida; 2) el nivel de conectividad física, junto a su accesibilidad, que disponen las rutas físicas de comunicación; 3) la diversidad para el uso de los terrenos (puede proveer destino para caminar y correr bicicleta) y 4) el grado de densidad residencial (Cavill, Davis, Cope, & Corner, 2019; Government of Canada, 2014; Johnson & Lichtveld, 2022, pp. 230-231; Townshend, 2022, capítulo 3). El uso de estos sistemas de transportación forjados por el organismo humano representa un beneficio para la salud, en vista que ayuda a fomentar la actividad física. Este tipo de traslado de un lugar a otro, trabajado por los músculos esqueléticos del individuo, es de ventaja especial para aquellas personas que poseen el riesgo de un nivel bajo de actividad física, algunos casos casos observados en los adolescentes y el colectivo femenino (Voss, 2018). La transformación de una comunidad (urbe o ciudad) hacia un énfasis en la transportación activa es una encomienda muy de un reto magno dado su nivel de complejidad. Esto requiere que los diseñadores y planificadores de la urbe reestructures el ambiente construido y estudien los efectos sociales y económicos de este enfoque. El diseño urbano de hoy día demanda que se planifiquen comunidades saludables, que incentiven la transportación activa, en particular la actividad peatonal, es decir, ambientes construidos en las ciudades que faciliten y motiven a participar la población en la actividad física más antigua de la humanidad, el caminar (Townshend, 2022, capítulos 3-4). Un ambiente construido donde predomina la transportación pasiva, o fundamentado en el uso de automóviles, representa una barrera muy hostil para la actividad peatonal. Para resolver este problema, se ha sugerido: 1) mejorar las instalaciones físicas dedicadas a caminar y practicar el ciclismo, 2) la creación de carriles para un tráfico más lento en aquellas comunidades residenciales (i.e., implantar límites de velocidad más bajos), 3) la planificación y el diseño urbano enfocado a las personas, no a la transportación motorizada, 4) restricciones para el uso de vehículos de motor, 5) el desarrollo de un programa educativo para orientar sobre el tráfico vehicular y 6) normas de tráfico y cumplimiento (Pucher & Dijkstra, 2003). En el caso de aquellos ambientes construidos que propicien el ciclismo, se recomiendan la instauración de políticas que: 1) asistan en disminuir la incidencia de accidentes y traumas relacionado a los ciclistas y 2) planificar e implementar campañas que fomenten el uso de la bicicleta como un tipo de transportación alterna. La creación de carriles para los ciclistas representa un ejemplo de legislación que ha modificado en ambiente construido a favor de las personas que prefieren emplear la bicicleta como un medio de transportación activa (Fraser & Lock, 2011). Una política que ha beneficiado a los ciclistas y peatones en los Estados Unidos Continentales es el proyecto conocido como Complete Streets (ir a: https://smartgrowthamerica.org/what-are-complete-streets/). El marco de trabajo que se identifica como un contexto de donde emergen una variedad de factores que pueden influenciar la transportación activa se conoce como el Modelo Socio-Ecológico. Según fue mencionado con anterioridad, es aquí donde se requiere analizar diversas perspectivas de la conducta del ser humano, posiblemente afectada por: 1) factores individuales o personales, 2) factores sociales (e.g., la cultura y la interacción entre las personas, y entre los individuos y las instituciones), 3) el ambiente construido (e.g., la infraestructura creada por el ser humano), 4) el ámbito físico o natural (e.g., el suelo o tierra, el clima y los cuerpos de agua), 5) las políticas públicas y otras variables (Larouche & Ghekiere, 2018). El éxito de un proyecto de transportación activa apremia considerar una planificación efectiva de los ambientes construidos y físicos (o naturales). Así, la infraestructura creada por el ser humano en las comunidades (i.e., áreas de urbe/ciudad, suburbios y zona rural) influye sobre la transportación activa. Este asunto demanda que el gobierno revise sus políticas referentes a la planificación y diseño de las zonas urbanas y suburbios. También, debe llevarse a cabo un estudio de los elementos que constituyen el ambiente natural, como lo son las características de la topografía y el clima. Estos factores poseen el potencial de estimular o inhibir la transportación activa (Timperio, Veitch, & Sahlqvist, 2018). Una vez más, otra dimensión que invita ser considerada al instaurar un proyecto encausado hacia la transportación activa radica en las políticas públicas de un sistema gubernamental. Para esto, es de vital importancia que la meta cardinal de toda política pública sea crear legislaciones que desarrollen nuevos ambientes construidos, o se modifiquen los actuales, de manera que se propicie una transportación activa. En acorde al señalado previamente, estos tipos de políticas públicas también podrán facilitar la participación de la población en actividades físicas, dado que se establece un ambiente de vida activa (o entornos caminables). Todo esto tiene una consecuencia indirecta en los sistemas escolares, hecho que ayudara a que los niños incurrir en una transportación activa (Larouche & Saidla, 2018). Localidad Saludable
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al Principio: Terminología Fundamental
LA NECESIDAD DE SEGUIR LAS GUÍAS,
ESTÁNDARES, DOCUMENTOS DE POSTURAS Y LAS OPINIONES DE LOS
EXPERTOS Es crucial que los especialistas del ejercicio y deportes estén conscientes de las guías, estándares y documentos de postura de las organizaciones que regulan el control de calidad de la práctica en el ámbito de esta ocupación. Los señalados preceptos se cimientan en prácticas basadas en la investigación. Así, urge que el profesional de las ciencias de movimiento humano y la medicina del deporte ejerza su ocupación fundamentada en los estudios científicos-empíricos y en los estándares de su profesión. Además, se sugiere que estos especialistas se certifiquen bajo su escenario de trabajo y sigan las competencias educativas pertinentes a su campo de especialidad. El conocimiento de estas guías, estándares y documentos de posturas de las organizaciones profesionales asiste al profesional del movimiento humano y deportes en mantener un nivel elevado en la práctica de su ocupación. El argumento antecedente consiste en: 1) un aumento respecto a la seguridad de la praxis, 2) disminución de lesiones o eventos clínicos mortales, 3) la prevención de litigios legales y 4) asegura prácticas de inclusión. También, cada profesional del movimiento humano debe estar claro del alcance de la práctica en su campo, sea un técnico deportivo, coach, entrenador personal, terapeuta atlético, terapista físico, fisiólogo del ejercicio clínico, masajista, nutricionista y otros. Algunos ejemplos de criterios que imperan ser considerados, y evaluados, coligados a la magnitud que se extiende el campo de la praxis, son: 1) los límites de la profesión, 2) referidos a otros profesionales de la salud y 3) prácticas que requieran una certificación o licencias basadas en reválidas (Kompf, Tumminello, & Nadolsky, 2014). Una de las organizaciones de renombre internacional que debe seguir todo profesional del ejercicio y deporte es el Colegio Americano de la Medicina del Deporte, o American College of Sports Medicine (ACSM), la cual dicta las pautas a seguir en este campo. Los aspectos de seguridad, legal y de ética son todos cubiertos por esta organización. Otras organizaciones son igualmente importantes. GUÍAS Por lo común, las guías que rigen la profesión de las ciencias del ejercicio y de la actividad física se diseminan en la forma de publicaciones digitales o impresas. La autoría, o edición, de estas impresiones (sean virtuales o físicas) se originan de organizaciones profesionales (privadas y públicas) a nivel global/internacional, del gobierno federal (i.e., Estados Unidos Continentales) o local (i.e., de algún país o nación particular). Por ejemplo, las guías que regulan la planificación y el diseño de programas de ejercicios para la población general aparentemente saludables, y las enfermedades crónico-degenerativas e incapacidades, son divulgadas por la ACSM (Gordon, Chambliss, Durstine, Jett, & Ross, 2021; Liguori & American College of Sports Medicine [ACSM], 2021; Moore, Durstine, & Painter, 2016). Otra organización reconocida alineada a estas guías de ejercicios para la población con enfermedades cardiovasculares y pulmonares es la American Association of Cardiovascular & Pulmonary Rehabilitation (AACVPR), con dos publicaciones medulares (American Association of Cardiovascular & Pulmonary Rehabilitation [AACVPR], 2020, 2019). Otras guías radican en el diseño de ejercicios conducentes a la aptitud acuática (Aquatic Exercise Association [AEA], 2018), la salud y aptitud corporativa (Pronk, 2009) y las guías/estándares de las instalaciones físicas pertenecientes a los centros de salud/médicos y de aptitud física (Roy, 2013; Sanders, 2019). Existen otras guías que atañen la participación en actividades físicas de alguna población dada. También, han sido desarrolladas por ciertas entidades globales o federales. Al igual que arriba, las mencionadas guías de actividades físicas se han difundido en la forma de publicaciones digitales o impresas. Las recomendaciones de actividades físicas se revelan por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (ir a: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/349729/9789240032194-spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y) y el U.S. Department of Health and Human Services (USDHHS) (ir a: https://health.gov/sites/default/files/2019-09/Physical_Activity_Guidelines_2nd_edition.pdf). DOCUMENTOS DE POSTURAS (POSITION STANDS) Junto con las guías, existen artículos que exponen las posturas y consensos de organizaciones y entidades profesionales ante diversas temáticas, algunas controversiales, vinculadas con las ciencias del movimiento humano. Por lo regular las señaladas posiciones son desarrolladas por un comité de expertos que forman parte de estas sociedades. Tales enunciados son distribuidos desde el portal web de éstas, entre los que se pueden distinguir la ACSM (ir a: https://www.acsm.org/education-resources/pronouncements-scientific-communications/position-stands), la Federación Internacional de Medicina del Deporte (FIMS) (ir a: https://www.fims.org/knowledge/position-statements/), la National Strength and Conditioning Association (NSCA) (ir a: https://www.nsca.com/about-us/position-statements/), la Canadian Society for Exercise Physiology (CSEP) (ir a: https://csep.ca/category/publications/position-stands/), la National Athletic Trainers' Association (NATA) (ir a: https://www.nata.org/news-publications/pressroom/statements/position), la American Medical Society for Sports Medicine (AMSSM) (ir a: https://www.amssm.org/Publications.php), la British Association of Sport and Exercise Sciences (BASES) (ir a: https://www.bases.org.uk/spage-resources-bases_position_stands.html), el Exercise & Sports Science Australia (ESSA) (ir a: https://www.essa.org.au/Public/Advocacy/Position_Statements.aspx), entre otros.
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al Principio: La Necesesidad de seguir las Guías,
Estándares, Documentos de Posturas y la Opiniones de los Expertos en el Campo
del Movimiento Humano TENDENCIAS Y CAMPAÑAS EN EL CAMPO DE LAS CIENCIAS DEL MOVIMIENTO HUMANO En la actualidad existen varias propensiones y esfuerzos de organizaciones profesionales, las cuales se detallan en este y otros segmentos del manuscrito. Como parte de las tendencias emergentes que existen hoy día en el campo de las ciencias del movimiento humano, se hallan diversas campañas nacionales de varias organizaciones orientadas hacia la promoción de guías y recomendaciones que atañe a la salud, el ejercicio, y la actividad física regular deseable. Los movimientos más relevantes son: El Ejercicio es Medicina® (Exercise is Medicine®, EIM), las Personas Saludables 2030 (Healthy People 2030), el Índice Americano de Aptitud Física (American Fitness Index. AFI) y la Guía de Actividad Física para Americanos (Physical Activity Guidelines for Americans). Las directrices de actividad física se discutirán más adelante (Ward-Ritacco, Capítulo 1, 2022). EL EJERCICIO ES MEDICINA®
En la actualidad, el ejercicio se emplea como un medio para la salud preventiva
primaria. También, este tipo de movimiento humano se utiliza para el
tratamiento de diversas enfermedades crónico-degenerativas. Lo anterior
toma la forma de una prescripción del ejercicio, sea para la población general o
dirigida para las personas con diversas patologías crónicas o incapacidades.
Por lo regular esto es la función de un fisiólogo del ejercicio, capacitado en
este campo clínico (Boone, 2023, p. 115). Esto ha sido un asunto de
importancia excelsa para varias entidades profesionales asociadas a las ciencias
del ejercicio y la medicina del deporte, entre las más importantes la ACSM.
Como resultado se concibe la campaña El Ejercicio es Medicina®
(Exercise is Medicine®, abreviado EIM) (ir
a:
https://www.exerciseismedicine.org/), buscando principalmente que
los médicos, no muy versados en la prescripción de ejercicio, otorguen referidos
de sus pacientes a los especialistas del ejercicio (e.g., fisiólogo del
ejercicio clínico (Liguori & ACSM, 2021, p. 447). A raíz de esta propensión, emanan otras vertientes similares, como lo fue El Ejercicio es Medicina en la Universidad (Exercise is Medicine on Campus, abreviado EIM OC). La mencionada iniciativa fue lanzada en el 2009 con la finalidad de concientizar a las instituciones educativas de tomar acción, y comprometerse, con fomentar el ejercicio y la actividad física entre los estudiantes, personal docente y los recursos humanos gerenciales (Ward-Ritacco, Capítulo 1, 2022) (ir a: https://www.exerciseismedicine.org/eim-in-action/eim-on-campus/). PERSONAS SALUDABLES 2030 La toma decisiones que afectan la salud se encuentra vinculadas con el nivel de educación para la salud que ha recibida la persona, sea de forma informal o formal. Cualquier actividad, o elección, posee el potencial de afectar uno o más dimensiones que forman parte del bienestar (i.e., física, mental, social, emocional, espiritual, ambiental, financiera y ocupacional). De las diversas variables que afectan a la salud (i.e., los factores genéticos, el ambiente y los comportamientos), uno de los más cruciales son los estilos de vida, particularmente aquellos incurridos durante la edad media del individuo. Este comportamiento consciente que influye sobre la salud personal, o más bien la elección de salud, puede ser beneficioso, o perjudicial para el bienestar del individuo, dependiendo del tipo de selección coligado a la salud. Por ejemplo, conviene tomar la decisión de participar en actividades físicas y ejercicios, mantener una dietética saludable, minimizar el uso de sustancias nocivas a la salud y otras. Esto asiste en evitar una morbilidad o mortalidad prematura (Fahey, 2023, p. 5, Hoeger, Hoeger, Hoeger, & Meteer, 2022, pp. 4, 28; Liguori & Carroll-Cobb, 2022, capítulo 1). Un enfoque nacional encausado a educar a la población con respecto a las acciones saludables son los objetivos de salud. En cada década, el gobierno federal (Estados Unidos Continentales) desarrolla un plan de salud cimentado en varios grupos de objetivos específicos orientados hacia la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Los mencionados objetivos de salud se conocen con el nombre de Personas Saludables 2030 (Healthy People 2030, ir a: https://health.gov/healthypeople). Estos objetivos sirven de base para motivar y guiar a las personas en tomar decisiones que favorezcan a su salud. Tal plan de salud basado en objetivos enfatiza que esto no solo es un asunto individual o personal, sino que también deben estar involucrado los estados, las comunidades, los planteles escolares, las organizaciones nacionales la industria o corporaciones y los grupos familiares, todos apoyando y promocionando comportamientos saludables (Corbin, Welk, Corbin, & Welk, 2023, pp. 3-5; Edlin & Golanty, 2023, pp. 12-13; Fahey, 2023, p. 8). En síntesis, la tendencia Personas Saludables 2030 (Healthy People 2030) representa una iniciativa fundamentada en el principio de los objetivos nacionales y el monitoreo conducente al progreso de un nivel de salud elevada y la prevención de enfermedades, enfocadas como metas prospectivas delineadas en múltiplos de diez años (e.g., 2030) (Ward-Ritacco, capítulo 1, 2022). EL ÍNDICE AMERICANO DE APTITUD FÍSICA® El Índice Americano de Aptitud Física (American Fitness Index®, abreviado AFI, ir a: https://americanfitnessindex.org/), representa un ejemplo de una iniciativa nacional que ayuda a los oficiales locales, grupos comunitarios, organizaciones de salud y ciudadanos individuales en evaluar aquellos factores que contribuyen a la aptitud física, salud y calidad de vida de las ciudades (Ward-Ritacco, capítulo 1, 2022).
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al Principio: Tendencias, y Campañas en el Campo de
las Ciencias del Movimento Humano IMPORTANCIA Y BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Las actividades físicas son de valor excelso con respecto al mantenimiento de un nivel de salud elevado. Esto se manifiesta a lo largo de todas las etapas de la vida y se inicia desde el nacimiento (OMS, 2018). En la vecina narrativa se exponen los méritos de participar en actividades físicas con regularidad. VENTAJAS DE LAS ACTIVIDADES FÍSICAS Los beneficios de la actividad física son extensos e incluyen reducciones en el riesgo de muchas enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares, cáncer de colon, cáncer de mama, osteoporosis, obesidad y diabetes tipo 2. También, la actividad física reduce los síntomas de la ansiedad y la depresión y disminuye los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión y el colesterol alto. Además, la actividad física promueve un crecimiento saludable y desarrollo en los niños, lo que implica, 1) mejorar la salud de los huesos, 2) aumentar la aptitud física general y 3) reducir el riesgo de la obesidad. Más aún, la actividad física posee beneficios terapéuticos importantes y reduce el riesgo de limitaciones funcionales, caídas y discapacidad en adultos mayores (Buchner, 2010). Salud Preventiva
La actividad física posee una función clave en propiciar una vida saludable.
Ésta se considera como una intervención de prevención primaria
para numerosos disturbios de la salud (crónicos y degenerativos), entre las que
se encuentran: 1) disfunción endotelial, 2) la enfermedad arterial periférica,
3) la hipertensión, 4) dislipidemia arterial, 5) la diabetes tipo 2, 6) obesidad,
7) sarcopenia, 8) trombosis venoso profundo, 9) varios tipos de cáncer (e.g.,
colon, seno, endometrial), 10) enfermedad del hígado graso no-alcohólico, 11)
diversas enfermedades/consecuencias óseas y articulares (e.g., osteoporosis,
osteoartritis. artritis reumatoidea, fracturas y caídas frecuentes), 12)
síndrome de ovario poliquístico, 13) alteraciones gastrointestinales (e.g.,
diverticulosis, constipación), 14) enfermedades de la vesícula, 15) disfunción
eréctil, 16) diabetes gestacional y otras. Además, niveles adecuados de
actividad física asisten en demorar el proceso biológico natural de
envejecimiento y en la disminución para la incidencia de una muerte prematura.
También, la acción de envejecer se es más saludable, dado que mejora la calidad
de vida
(Booth, Roberts, & Laye, 2012; Cunningham, O’ Sullivan, Caserotti, & Tully,
2020). No solo la participación en actividades
físicas mejora la dimensión física de la salud, sino también el componente
mental. En esto casos, existe una tendencia en que la actividad física
ayuda a mejorar las problemáticas cognitivas, sirve de terapéutica para la
depresión y la ansiedad, y reduce el riesgo para la demencia (o
deterioro cognitivo). Más aún, la literatura científica sugiere que las
actividades físicas disponen de un factor protector contra la enfermedad de
Alzheimer en adultos mayores (Biddle, 2016; Cunningham el al., 2020). GUÍAS Y RECOMENDACIONES DE ACTIVIDAD FÍSICA
Las recomendaciones de actividad física han evolucionado significativamente
desde su primera concepción en la década de los noventa. Las primeras
directrices fueron publicadas en el 1995 por el Centro de Control y Prevención
de Enfermedades de los Estados Unidos Continentales y el Colegio Americano de
Medicina del Deporte. En este informe se enfatizó en la necesidad que la
población acumulará 30 minutos, o más, de actividades físicas. Se exhortó
que tal duración fuese la mayoría de los días de la semana y a una intensidad
moderada (3 a 6 METs) (Pate et al., 1995). Un año después, se emitió el
informe del Cirujano General de los Estados Continentales, el cual expuso la
postura de esta entidad federal tocante a las recomendaciones de actividad
física y su relación con la salud. Un planteamiento clave publicado en
este informe fue la necesidad que las poblaciones mantuvieran un costo
energético de 150 kilocalorías (kcal) por día (150 kcal
· día-1) o
aproximadamente 1,000 kilocalorías (kcal) por semana (1,000 kcal
· sem-1).
También, se especificó que lo indicado era trabajar las actividades físicas a un
nivel de intensidad moderada, dado que era donde se observaban los beneficios a
la salud (USDHHS, 1996). Para una lectura más detallada de las mencionadas
primeras dos recomendaciones, acceda el artículo de revisión conexo a este
temática publicada por el profesor Edgar Lopategui Corsino (Lopategui Corsino,
2022,
https://www.researchgate.net/publication/362144038_Un_Enfoque_Nuevo_hacia_la_Actividad_Fisica_y_el_Ejercicio_Las_Primeras_ Ya entrada la década del milenio, dos publicaciones claves asociadas con las recomendaciones de actividades físicas y de nutrición fueron diseminadas al público. En primer orden, el Instituto de Medicina dictaminó que la evidencia científica ha demostrado que lo ideal es participar en actividades físicas que posean una duración 60 minutos o más por día. La intensidad recomendada fue de un nivel moderado para una actividad física continua, o vigorosa para periodos más cortos. La justificación de esta directriz de actividad física se instauro del dato que esto ayudaría a mantener un índice de masa corporal (IMC o Body Mass Index, BMI) normal (Institute of Medicine, 2005). En ese mismo año, y por primera vez, las recomendaciones de actividades físicas formaron parte también de las guías dietéticas (U.S. Department of Health and Human Services [HHS] & U.S. Department of Agriculture [USDA], 2005). Este enunciado se mantiene vigente en las recomendaciones dietéticas vigentes (U.S. Department of Agriculture [USDA] & U.S. Department of Health and Human Services [HHS], 2020). Luego de 12 años de haberse publicado las primeras recomendaciones de actividades físicas, un comité de expertos del Colegio Americano de Medicina del Deporte y de la Asociación Americana del Corazón, revisaron estas guías pioneras de actividad física. La finalidad fue actualizar estas guías con las evidencias científicas disponibles para esa época. Asuntos confusos o no especificados de las primeras guías fueron esclarecidos e incorporados en estas nuevas guías del 2007. Por ejemplo, se planteó la importancia de las actividades físicas de intensidad de moderada a vigorosa. También, se especificó el valor de las actividades aeróbicas a niveles de intensidad moderada, ejecutadas durante un mínimo de 30 minutos y a una frecuencia de cinco veces por semana. Por su parte, si el participante deseaba incurrir en actividades físicas de intensidad vigorosa, se requería bajar la frecuencia a tres días por semana y mantener la duración a un mínimo de 20 minutos a lo largo de estos tres días. Similar a las primeras guías, los 30 minutos diarios de actividades físicas eran acumulativas, idealmente esparcidas en sesiones cortas de diez minutos cada una. Otro detalle de las guías aquí descritas fue el énfasis para el desarrollo de la aptitud muscular (i.e., fortaleza y tolerancia muscular) de los participantes. La frecuencia de esta actividad fue establecida a dos días por semana (Haskell et al., 2007). De manera oficial y estándar, en el 2008 se emitieron las guías de actividades físicas para la población de los Estados Unidos Continentales. En las señaladas recomendaciones, se establecieron como normativa, y de beneficio para la salud, el participar en actividades físicas que abarcaran 150 minutos (o dos horas con 30 minutos) por semana y a una intensidad moderada. Bajo las circunstancias que se fuese necesario elevar la intensidad de las actividades físicas aeróbicas a una de tipo vigorosa, las directrices indicaron que lo recomendado es trabajar durante 75 minutos (o una hora con 15 minutos) por cada semana. También, se permitió realizar una combinación equivalente de actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. Comparable con las guías de actividad física fijadas en el 2007, existía la alternativa de ejecutar estas actividades en un formato intermitente, es decir, intervalos de 10 minutos ordenados a través de la semana (HHS, 2008). LAS GUÍAS ACTIVIDAD FÍSICA ACTUALES En el caso de los Estados Unidos Continentales, las pautas de actividad física más recientes se confeccionaron para el año 2018. Aquellas guías instauradas a nivel global fueron informadas al público en el 2020. Ambas guías son muy similares e incorporaron recomendaciones fundamentadas en la gran cantidad de investigaciones científicas relacionadas con la temática del comportamiento sedentario. Guías de Actividad Física del 2018 para los Estados Unidos Continentales Las directrices de actividades físicas federales (Estados Unidos Continentales) más recientes fueron diseminadas al público en el 2018. Estas pautas varían según sea el sector de la población identificado. Las guías enfatizan que los adultos y adultos mayores disminuyan el tiempo sentado a lo largo del día. Lo ideal es siempre hacer algo de actividad física y evitar no hacer nada. Existen beneficios para la salud cuando las personas limitan su tiempo sentado durante el día y realizan cualquier cantidad de actividad física de intensidad moderada a vigorosa (U.S. Department of Health and Human Services, 2018). Niños Preescolares de 3 a 5 Años Se recomienda que los niños de 3 a 5 años integren diariamente todo tipo actividades físicas (e.g., el juego activo). Con esto se espera que el mencionado colectivo se mantenga físicamente activo todo el día, de modo que estas acciones estimulen su crecimiento y desarrollo. Niños y Adolescentes de 6 a 17 Años En otro grupo, para los niños y adolescentes de 6 a 17 años, lo recomendado es participar en actividades físicas aeróbicas diariamente a un nivel de intensidad moderada a vigorosa, con una duración de 60 minutos (1 hora) o más. Estas actividades físicas deben ser apropiadas según la edad, variadas y divertidas. Las guías mencionaron la importancia de un programa para el fortalecimiento muscular y óseo, a una duración de 60 minutos (1 hora) o más por día y frecuencia de 3 veces o más por semana. Adultos En el caso de los adultos, la pauta establece incidir en actividades físicas que acumulen a la semana de 150 a 300 minutos (2 hrs-30 min a 5 hrs), fijado a una intensidad moderada. Otra opción para esta población radica en realizar actividades físicas de tipo aeróbicas de intensidades moderada a vigorosa, siempre que se ejecuten a una duración de 75 a 150 minutos (1 hr-15 min a 2 hrs-30 min) por semana, o una combinación equivalente de actividades físicas de índole aeróbicas a un nivel de intensidad moderada a vigorosa. Además, las guías para adultos aconsejan que éstos se incorporen en un programa orientado hacia el fortalecimiento muscular, a una intensidad moderada o mayor y frecuencia de 2 o más veces por semana. También, se recomienda que los adultos se muevan con regularidad y disminuyan los periodos de estar sentado durante el día. Las guías destacan que realizar algo de actividad física es mejor que no hacer ninguna. Con la finalidad de incrementar los beneficios para la salud, los adultos deberán restringir el tiempo sentado y llevar a cabo cualquier cantidad de actividad física de intensidad moderada a vigorosa. Adultos de Mayor Edad Las guías de actividad física vigente para los adultos de mayor edad enfatizan que este grupo se involucre en los componentes múltiples de la actividad física, incluyendo el entrenamiento de equilibrio. También, se les requiere al colectivo señalado que participen en actividades físicas de tipo aeróbicas y en un programa con resistencias dirigido al desarrollo de la fortaleza muscular. Los adultos de mayor edad que posean una o más enfermedades crónicas, deben estar conscientes de su problemática de salud para mantener un nivel seguro de participación en estas actividades. En aquellos casos que la mencionada patología crónica impide que los adultos de mayor edad cumplan con la meta de 150 minutos (2 hrs-30 min) de actividades físicas aeróbicas a una intensidad moderada a vigorosa, entonces lo sugerido es que este colectivo intente mantenerse lo más activamente posible, conforme a lo permitido por sus habilidades y el disturbio de salud que padece. Mujeres Embarazadas, o de Reciente Parto (Durante el Primer Año) El segmento de las mujeres embarazadas, o de reciente parto (durante el primer año), deberán de realizar 150 minutos a la semana de actividades físicas aeróbicas, mientras se mantiene un nivel de intensidad moderada. Si bajo este grupo de mujeres, existe alguna que con anterioridad ha participado en actividades aeróbicas de intensidad moderada a vigoroso, o estaba activa físicamente antes del embarazo, entonces éstas pueden continuar sus actividades previas durante el embarazo y el posparto. Es vital que las mujeres embarazadas deben de estar bajo la supervisión médica de un proveedor de salud (e.g., un obstetra). Esto porque se requiere monitorear el desarrollo y progreso de su embarazo. Tal médico primario puede orientar a las mujeres embarazadas sobre los posibles ajustes de sus actividades físicas durante el periodo de embarazo y después del parto. Personas que Posean Alguna Enfermedad Crónico-Degenerativas o Cierta Incapacidad Finalmente, para aquellas personas que posean alguna enfermedad crónico-degenerativas o cierta incapacidad, se recomienda que sigan las directrices de actividades físicas establecidas para los adultos. Así, esta población deberá involucrase en actividades físicas aeróbicas que posean una duración de 150 a 300 minutos (2 hrs-30 min a 5 hrs) a la semana y una intensidad moderada. Como se mencionó en el grupo de los adultos, también se puede participar en actividades físicas aeróbicas establecidas a una duración de 75 a 150 minutos (1 hr-15 min a 2 hrs-30 min) (acumulados por semana) y fijadas a una intensidad vigorosa. En conformidad a la recomendación anterior, existe la alternativa de llevar a cabo una combinación equivalente de actividades físicas aeróbicas a una intensidad de moderada a vigorosa. En acorde a lo mencionado previamente, siempre que las personas con estos conflictos de salud se encuentren capacitados, se sugiere la participación en un programa de entrenamiento con resistencias enfocados a mejorar la fortaleza muscular, de intensidad moderada o más y a una frecuencia de 2 o más veces a la semana. Lo anterior se justifica dado que se posibilita mejorar los beneficios a la salud de las indicadas actividades físicas. Cuando las personas con enfermedades crónicas o incapacidades no puedan alcanzar las guías de actividad física, se sugiere que éstos se involucran en actividades físicas regulares según sean sus habilidades. Es de vital importancia que se evite la inactividad física. Los individuos que posean desordenes médicos de naturaleza crónicos y degenerativos, o manifiestan síntomas, es requerido que se encuentren bajo el cuidado de un proveedor de salud (especialista médico). De ser necesario alguna consulta sobre el tipo y cantidad idónea de actividad física conforme al disturbio de salud particular y a las habilidades que tiene este colectivo de personas enfermas o incapacitadas, se sugiere consultar a un profesional para el cuidado de la salud o a un especialista de actividad física. Directrices de Actividades Físicas del 2020, según la Organización Mundial de la Salud Las pautas de actividad físicas a nivel global son muy similares a las insaturadas para los Estados Unidos Continentales. Una recomendación nueva en estas guías globales es el tratar de limitar, o evitar, el comportamiento sedentario, como lo es el tiempo sentado o tiempo de pantalla (e.g., ver televisión). Si esta actividad sedentaria no se puede minimizar, entonces se sugiere incorporar una mayor cantidad de actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. Con el objetivo de adquirir mayores beneficios a la salud en el grupo de los adultos, adultos mayores e individuos con enfermedades crónico-degenerativas (o incapacidad), las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) siempre sugieren aumentar la dosis de las actividades físicas aeróbicas. Lo previo consiste en incrementar la duración total acumulada a la semana a más de: 1) 300 minutos bajo un nivel de intensidad moderada y 2) 150 minutos bajo una intensidad vigorosa. Esta recomendación está sujeta a una posible combinación equivalente de intensidad moderada y vigorosa a lo largo de la semana. También, las recomendaciones adscritas a las diversas poblaciones mencionadas en las directrices de actividad física de la OMS siempre plantean que en aquella eventualidad que sea imposible seguir con las guías, se sugiere llevar a cabo algo de actividad física, puesto que esto dispone de beneficios para la salud. Se recalca que, aunque sea poca actividad física, siempre es mejor que nada. Además, dirigido para todos los grupos objeto, la dosis establecida para las actividades físicas deben trabajarse de forma progresiva. Esto apunta a la duración, intensidad y frecuencia de estas actividades (Organización Mundial de la Salud 2020). Niños y Adolescentes (5 a 17 Años) Según la OMS, para niños y adolescentes (5 a 17 años), las guías recomiendan como mínimo 60 minutos por día de actividades físicas aeróbicas de intensidad moderada a vigorosa, con una frecuencia de 3 veces a la semana. Además, deben incluir actividades que fortalezcan los músculos y huesos, también 3 días a la semana. Para alcanzar esta encomienda, lo sugerido es iniciar las actividades físicas con dosis reducidas, luego progresivamente incrementar la duración, intensidad y frecuencia de estas actividades. Se enfatizó que es favorable llevar a cabo algún tipo de actividad física y evitar estar inactivo en su totalidad. También, estas actividades físicas deben ser variadas, divertidas y ajustadas a su edad. Junto a esta recomendación, se menciona que los niños y adolescentes deben de minimizar el comportamiento sedentario, como lo sería el tiempo sentado dedicado frente a una pantalla. Adultos (de 18 a 64 Años) Con respecto a los adultos (de 18 a 64 años), lo que se recomienda es realizar actividades físicas aeróbicas que acumulen entre 150 y 300 minutos a la semana, bajo una intensidad moderada. Si se prefiere trabajar actividades físicas aeróbicas vigorosas, se debe bajar la duración entre 75 y 150 minutos por semana. Se permite participar bajo una combinación equivalente de actividades a una intensidad moderada y vigorosa. Con esto, se espera beneficios significativos para la salud. Junto con las actividades físicas aeróbicas, se deben intercalar por lo menos dos veces a la semana un programa orientado al fortalecimiento muscular, activando grupos musculares grandes. En esta actividad lo sugerido es trabajar bajo una intensidad moderada o mayor. Similar a lo indicado en el grupo de las niños y adolescentes, se deben seguir las recomendaciones de progresión en cuanto a la duración, intensidad y frecuencia de las actividades físicas. Es de suma importancia que el colectivo de los adultos limite sus actividades sedentarias. En vez de esto, lo recomendado es hacer algún tipo de actividad física, sin importar su intensidad. Ahora bien, para disminuir los efectos dañinos a la salud asociados con conductas sedentarias, lo ideal es incrementar las actividades físicas de intensidad de moderada a vigorosa. Adultos Mayores (de 65 Años o Más) Similar a los adultos, se requiere que los individuos de mayor edad incorporen actividades físicas aeróbicas a una duración acumulativa entre 150 y 300 minutos a la semana, bajo una intensidad moderada. Otra posibilidad consiste en efectuar actividades físicas aeróbicas que acumulen como mínimo entre 75 y 150 minutos durante la totalidad de la semana, manteniendo una intensidad vigorosa. Una tercera opción radica en llevar a cabo una combinación equivalente de actividades físicas establecidas a un nivel de intensidad de moderada y vigorosa. Lo anterior se enfoca en asegurar mayores beneficios a la salud de las actividades físicas diarias. Con respeto al desarrollo de la aptitud muscular, se requiere pautar la integración de actividades, mínimo 2 veces a la semana, encausadas hacia el fortalecimiento muscular y sometidas a una intensidad moderada o mayor. Es crucial que para esta directriz se trabajen grandes grupos musculares. Se recomienda que la población de las personas mayores incorpore, como mínimo 3 veces a la semana, un régimen variado multicomponente de actividades físicas funcionales las cuales se concentren en el desarrollo del equilibrio corporal y al entrenamiento de la fortaleza muscular funcional. Durante este tipo de entrenamiento funcional, se sugiere mantener una intensidad moderada o mayor. Esto ayudaría a mejorar la aptitud funcional de estos individuos y prevenir caídas que puedan resultar en alguna incapacidad física. Es de excelsa importancia que el colectivo de las personas mayores trate de limitar el tiempo dedicado a conductas sedentarias. En aquellas circunstancias donde se incurre en actividades sedentarias frecuentes, se deben tomar otras medidas que solucionen esto. De este modo, para poder contrarrestar los efectos adversos de un comportamiento sedentario repetitivo, se requiere incrementar la dosis a las actividades físicas de intensidad de moderada a vigorosa. Mujeres Embarazadas y en Posparto Siempre que no se presenten contraindicaciones, para todas las mujeres embarazadas o en posparto se recomienda realizar actividades físicas aeróbicas de intensidad moderada a través de la semana. Como parte de esta pauta, se sugiere participar actividades dirigidas hacia el fortalecimiento muscular y ejercicios de estiramientos moderados. En el caso de las mujeres embarazadas o en posparto, si éstas antes estaban con frecuencia involucradas en actividades físicas aeróbicas a un nivel de intensidad vigorosa, o simplemente eran activas, entonces lo recomendado es que mantengan tal rutina durante su estado de embarazo o luego del parto. Como se ha reiterado repetidamente bajo estas recomendaciones de la OMS, es necesario limitar las actividades sedentarias. Adultos con Enfermedades Crónico-Degenerativas (Igual o mayores a 18 Años de Edad) Para este colectivo, al igual que los adultos y adultos mayores, si la persona aspira en realizar actividades físicas aeróbicas a una intensidad moderada, entonces lo indicado es mantener estas actividades como mínimo entre 150 y 300 minutos por semana. Si la intensidad se sube a un nivel vigoroso, entonces la duración de las actividades físicas aeróbicas debe disminuir a un mínimo establecido entre 75 y 150 minutos a lo largo de la semana. Con lo anterior, otra alternativa es participar en estas actividades físicas aeróbicas bajo una combinación equivalente de intensidad moderada y vigorosa a través de la semana. Así, se espera obtener beneficios valiosos para la salud. Más ventajas a la salud se consiguen si se incorpora un sistema dirigido al fortalecimiento muscular que active grupos musculares grandes, a una intensidad moderada o mayor y como mínimo 2 veces a la semana. En este colectivo se sugiere fuertemente participar en actividades físicas multicomponente de intensidad moderada o mayor, 3 veces o más por semana. Esto se refiere a un entrenamiento funcional que atañe al mejoramiento de la fortaleza muscular funcional y al equilibrio. A raíz de estas actividades, se espera mejorar la aptitud funcional de esta población y prevenir la incidencia de caídas. Niños y Adolescentes (5 a 17 Años) con Alguna Incapacidad En este colectivo se recomienda llevar a cabo actividades físicas aeróbicas durante un periodo mínimo de 60 minutos (1 hora) por día y a una intensidad moderada a vigorosa a lo largo de la semana. Además, la directriz indica la necesidad de efectuar actividades físicas aeróbicas de intensidad vigorosa y un régimen que asista al fortalecimiento de los músculos esqueléticos y huesos, a una frecuencia mínima de 3 veces a la semana. Adultos (18 Años o Más) con Alguna Incapacidad Para este colectivo lo indicado es participar en actividades físicas de tipo aeróbicas que posean una duración de 150 a 300 minutos a la semana y a una intensidad moderada. En otra perspectiva, se pueden llevar a cabo actividades físicas aeróbicas durante 75 a 150 minutos a lo largo de la semana y a una intensidad vigorosa. También, basado en la pauta previa, se permite trabajar una combinación equivalente a una intensidad moderada a vigorosa a través de la semana. Esto provee beneficios a la salud significativos. Más provechos para la salud se obtienen cuanto este colectivo incorpora actividades orientadas al fortalecimiento muscular, activando todos los principales grupos musculares. Bajo esta faena, la intensidad se establece como moderada o mayor y la frecuencia de 2 o más veces a la semana. Más aún, se recomienda que este grupo integre un sistema multicomponente variado de actividades físicas. Aquí, se requiere el desarrollo del balance y fortaleza muscular funcional, a una intensidad moderada o mayor y a una frecuencia de 3 o más veces a la semana. Se espera que estos tipos de actividades contribuyan a una mejor capacidad funcional y controlen el riesgo de caídas.
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Física PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD FÍSICA REGULAR Los esfuerzos orientados para fomentar las actividades físicas deben ser compartidos entre diversas entidades de la sociedad, como lo son: 1) el gobierno estatal y sus agencias (e.g., el departamento de recreación y deportes, el departamento de salud, el departamento de educación, el departamento de trasportación pública y otros similares), 2) los municipios, 3) el ámbito ocupacional, 4) las organizaciones educativas (e.g., escuelas, universidades), 5) centros públicos y privados para el cuidado de la salud (e.g., programas de bienestar desarrollados en los hospitales), 6) los gimnasios y centros de aptitud física, 7) los centros de cuido para las personas de edad avanzada, 8) organizaciones y asociaciones federales y locales (e.g., la Asociación Americana del Corazón, la Cruz Roja, entre otras) 9) grupos especiales a nivel comunitario. En este último grupo se hallan las organizaciones sin fines de lucro (e.g., las iglesias y centros de recreación). Particular atención se debe tomar en las escuelas, en relación con las clases de educación física. Se espera que los segmentos de la sociedad mencionados previamente puedan colaborar con recursos humanos voluntarios, con ayuda económica, materiales, equipos e instalaciones físicas, de manera que apoyen los objetivos a corto y largo plazo de este proyecto. Los legisladores del país deben trabajar en leyes innovadoras que mejoren el currículo de educación física e incorporan como requisito proyectos de intervenciones de actividades físicas entre alumnos que participan en las actividades de educación física (Calise, Moeti, & Epping, 2010; Epping, Lee, Brown, Lankford, Cook, & Brownson, 2010; Lee, 2005; Ransdell, Dinger, Huberty, & Miller, 2009, pp. 89, 129-143; Sallis, Heath, Schmid, & Rutt, 2010; Wilcox, Shepard, Martin, Buchanan, & Soler, 2010). Por otro lado, la literatura científica ha identificado una diversidad de factores que influyen en la práctica regular e idónea de la actividad física entre las personas. Tales factores se ubican dentro de un contexto o escenario, asunto que toma inherencia en las decisiones de una población para ser más activas. Algunos de estas variables comprenden: 1) los aspectos individuales; 2) las intervenciones/enfoques comunitarios (e.g., las escuelas, las corporaciones [o sitios de trabajo], las organizaciones comunitarias, y las instalaciones físicas recreativas públicas y entornos construidos), 3) el ambiente (o técnicas) de comunicación (tecnología de la información y comunicaciones [TICs], e.g., monitores de actividad como prendas de vestir [wearable activity monitors], acciones asistidas por el teléfono, intervenciones desplegadas por el web/internet, el uso de documentos impresos que eduquen a las personas, aplicaciones móviles, medios sociales y juegos de videos interactivos que promocionen la diversión activa o el ejercicio), 4) el ambiente físico y 5) las políticas públicas que trastoquen alteraciones favorables del entorno (e.g., la creación de aceras o caminos que incentiven a las personas a caminar o a correr bicicleta, reducir la velocidad del tránsito vehicular y otras). Las políticas públicas que afectan la salud y la vida activa, junto a una planificación urbana saludable, debe ser parte de la agenda del gobierno y los municipios. Consecuentemente, es imperante que los líderes políticos del país se unan y contribuyan al gobierno hacia la planificación urbana favorable para las actividades físicas. Este proyecto debe analizar varios factores que influyen el nivel de vida activa de las personas, como lo son el diseño urbano, la ubicación de los planteles escolares y corporaciones, entre otras consideraciones. Lo anterior pertenece al modelo socio-ecológico de la actividad física (Edwards & Tsouros, 2006, pp. 2-3; 2018 Physical Activity Guidelines Advisory Committee, 2018; Rippe, 2021, p. 173-183; Wilcox et al., 2010). ESTRATEGIAS INFORMATIVAS PARA PROMOCIONAR LAS ACTIVIDADES FÍSICAS EN LA SOCIEDAD Educar a la sociedad es una manera de informar a los individuos sobre la importancia para la salud de involucrase en actividades físicas, con miras de intentar motivar la participación regular de actividades físicas, explicaciones de cómo iniciar esta acción, y estrategias para afrontar y solucionar posibles obstáculos de esta encomienda. Se trata, pues, de alertar a la población y que estén conscientes sobre este asunto vital que afecta la calidad de vida. La diseminación educativa de la actividad física puede realizarse bajo varios escenarios, sea en planteles escolares, el entorno laboral, centros comerciales, en la zona de los trenes urbanos, en las estaciones de autobuses y otras. La población objeto de estas campañas informativas pueden ser individuos de varias edades (e.g., niños. adolescentes y adultos mayores), segmentos particulares de una comunidad (e.g., mujeres, mujeres embarazadas, personas obesas), entre otros grupos. Entre las estrategias que son viables para alcanzar esta meta informativa sobre la actividad física, se identifican 1) las campañas de comunicación en masa que lleguen a diversos colectivos de alguna región demográfica exclusiva y 2) las intervenciones de tipo punto de decisión, dirigidas a educar a las personas sobre los beneficios de la actividad física y aumentar la conducta activa (e.g., utilizar con frecuencia las escaleras y menos los ascensores o escaleras mecánicas (Wilcox et al., 2010).
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Regular
FUNCIÓN DEL GOBIERNO Y LAS POLÍTICAS
EN LA PROMOCIÓN DE ACTIVIDADES FÍSICAS En orden de ser posible alcanzar una salud sostenible, se necesita una transformación favorable de los comportamientos coligados con la salud de un pueblo. En ilación al planteamiento precedente, es imperante desarrollar políticas que asistan en esta meta (Barton, Rogerson, & Brymer, 2021). Según se ha mencionado previamente, un factor crucial que afecta estas conductas, en particular la participación de una población en un estilo de vida activo bajo el contexto del lugar donde se vive y trabajo, es el ambiente construido (e.g., el acceso mejorado a parques utilizados para caminar o correr bicicleta). Por lo tanto, esta dimensión de la infraestructura perteneciente a una ciudad (urbe o metrópolis), representa un asunto cardinal que debe modificarse mediante la creación de las políticas correspondientes (Brown, 2022; Sallis, Heath, Schmid, & Rutt, 2010). En este segmento de la ponencia, se proyecta discutir el valor de las políticas para la instauración de las intervenciones de actividad física en una sociedad. Junto a esta narrativa, se enfatiza la función vital que posee el gobierno local para poder desarrollar tales políticas y, por ende, facilitar la participación de las personas en estas acciones de movimiento humano. ¿QUÉ SON POLÍTICAS?
Las políticas representan principios o decisiones que proveen
guías conducentes a ciertas acciones particulares que asisten a resolver alguna
problemática. Con la creación e implementación de políticas se espera
transformar los contextos comunitarios (o la sociedad). Lo anterior
implica que la meta de estos procesos políticos y legislativos es instaurar
intervenciones exitosas que trastoquen favorablemente la salud de una sociedad.
Por lo regular, las políticas se concentran en alguna población particular,
dentro de la cual se elaboran a base de una finalidad (o necesidad) individual,
grupal o institucional. Las políticas pueden clasificarse como: 1) políticas de
salud, 2) políticas públicas, 3) políticas de salud pública, 4) políticas
sociales, 5) políticas institucionales, 6) políticas organizacionales, 7)
políticas legales y 8) políticas regulatorias (Porche, 2023, capítulo 1). LAS POLÍTICAS Y EL MODELO SOCIO-ECOLÓGICO El
desarrollo de políticas se considera como una intervención favorable para los
esfuerzos dirigidos a propiciar las actividades físicas en una sociedad. Tal
acción es más efectiva se se trabaja en combinación los otros factores que
forman parte del Modelo Socio-Ecológico (Kahn et. al., 2002; Heath
et. al., 2006; U.S. Department of Health and Human Services, 2008). Por
consiguiente, para comprender la importancia de las políticas en la promoción de
las actividades físicas, se requiere primero repasar el Modelo Socio-Ecológico
para la salud pública, discutido previamente en este manuscrito. LA IMPORTAMCIA DE LAS POLÍTICAS PARA LA PLANIFICACIÓN, PROMOCIÓN E INTERVENCIÓN DE LAS DIRECTRICES DE ACTIVIDADES FÍSICAS El
gobierno local debe tomar la iniciativa y las acciones correspondientes para
incentivar la participación de actividades físicas a su población, con atención
especial en aquel grupo de personas que no cumplen con las guías de actividad
física, dado que tal colectivo se encuentra en un riesgo elevado de adquirir
enfermedades crónico-degenerativas. Consecuentemente, estas personas
prefieren el uso de la transportación pasiva, es decir, la utilización de
vehículos de motor para su desplazamiento. Lo anterior podría sobrecargar
el sistema de salud del país (Bellew, Nau, Smith, Pogrmilovic, Pedišić, &
Bauman, 2022).
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al Principio: Función del Gobierno y las Políticas en
la Promoción de Actividades Físicas y Disminución en el Comportamiento
Sedentario MODELOS PARA FACILITAR LAS ACTIVIDADES FÍSICAS Y LIMITAR LAS ACCIONES SEDENTARIAS Existen una gran variedad de estrategias que asisten en propiciar las actividades físicas, así como reducir las conductas sedentarias, entre la población. Uno de estos enfoques parte de cambios en las políticas (logística ecológica) creadas por las organizaciones y el gobierno local. Por ejemplo, para aquellas compañías que aspiren reducir el tiempo sentado entre sus empleados, se pueden crear incentivos a los impuestos orientados a reducir los costos a los escritorios de trabajo en que el empleado trabaja de pie. Otra política podría consistir en desarrollar una guía local de directrices que faciliten los servicios de actividades físicas e intervengan con recomendaciones dirigidas a disminuir el sedentarismo. Bajo estas políticas, se deberá involucrar otras instituciones no gubernamentales, como el sector privado. También, se sugiere la creación de normativas sociales que fomenten las actividades físicas, el desarrollo de entornos que apoyen los espacios para estas actividades físicas y la creación de programas que incentiven estas actividades. Esto, como se mencionó, requiere la ayuda de otras organizaciones, posiblemente las instituciones educativas, las comunidades, las iglesias, entre otros. Las políticas deben dirigirse hacia las corporaciones y sus trabajadores, las escuelas (estudiantes, maestros y personal gerencial) y diversas poblaciones particulares (e.g., niños, jóvenes, adultos, personas con enfermedades crónico-degenerativas, grupos con desventajas socioeconómicas y otros) (Bellew, Nau, Smith, Pogrmilovic, Pedišić, & Bauman, 2022; Okely, Tremblay, & Hammersley, 2018).
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al Principio: Modelos para Facilitar las Actividades
Físicas y Limitar las Acciones Sedentarias MODELO PARA LA PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN PUERTO RICO
Un plan exitoso orientado a promocionar y facilitar el
movimiento humano en una sociedad requiere el esfuerzo transdiciplinario y
cohesivo de diferentes entidades del país, sea el gobierno local, las agencias
del gobierno, los municipios, las instituciones educativas (públicas y privadas), las
entidades
eclesiásticas (e.g., las iglesias), los centros de servicios médicos (e.g., los
hospitales y otros), las organizaciones sin fines de
lucro y otros servicios comunitarios. Para lograr el éxito de lo propuesto
en esta ponencia, es de importancia crucial que se trabaje en conjunto con los
planificadores y diseñadores urbanos, incluyendo los que
pertenecen al gobierno, aquellos asociados con cada municipio de Puerto Rico
(PR) y los afiliados con los desarrolladores de la empresa privada. Con
esta acción se espera transformar el ambiente construido en busca de edificar
una urbe saludable, de manera que propicie un entorno para la
vida activa y se facilite la transportación activa.
Consecuentemente, la señalada encomienda colaborativa
asiste en el mejoramiento de la infraestructura urbana (e.g., el
desarrollo de vías de tránsito para la actividad peatonal y el ciclismo), de
modo que se incentive las actividades físicas, el ejercicio y el deporte.
En esencia, lo que se busca aquí es que ocurra una adaptación urbana
o una transformación de la dinámica del sistema urbano, planteamiento que se
cimenta en la estructura colectiva, es decir, las regulaciones/transformaciones
sociales, las redes de transportación y otras. Las evoluciones sociales
emanan de las innovaciones políticas y económicas, las transformaciones del
ecosistema y diversas intervenciones socio-ecológicas (Perdigo, 2022).
Esta encomienda debe comenzar con un programa educativo para los servidores
públicos y jefes de agencia del gobierno. Posteriormente, los esfuerzos
informativos deben estar dirigidos hacia la población general.
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al Principio: Modelo para la Promoción de la
Actividad Física en Puerto Rico
El esquema propuesto en esta ponencia se fundamenta en la alianza de
diferentes sectores del país, sean estatales, municipales, comunitarios,
educativos, eclesiásticos, corporativos y otras organizaciones que puedan
aportar con ideas, acciones y financieramente a este proyecto de salud
pública. El objetivo a largo plazo consiste en transformar la
ecología urbana, incluyendo los ambientes construidos
y una transportación activa, con miras en mejorar los
accesos hacia entornos estructurales de la sociedad que faciliten
las actividades físicas. Lo anterior demanda considerar un plan
dirigido hacia la revitalización (o regeneración) del diseño urbano,
incorporando vías amigables para la admisión a los espacios públicos,
recreativos y caminos que propicien la actividad peatonal y el
ciclismo en los exteriores desplegados entre las estructuras físicas (e.g.,
edificios) de la metrópolis. Con esto, se trata de visualizar
prospectivamente una ciudadanía activa, saludable, productiva
y con una calidad de vida óptima. Esto es un compromiso mutuo y
colaborativo, con metas específicas en común, donde todas estas esferas
sociales trabajan al unísono para un bien en colectivo. Boyle, M. (2016). New functional training for sports (2da ed., p. 1). Champaign, IL: Human Kinetics. Brewer, C. (2017). Athletic movement skills: Training for sports performance. Champaign, IL: Human Kinetics. Cech, D. J., & Martin, S. T. (2012). Functional movement development across the life span (3ra ed.). St. Louis, MO: Saunders, an imprint of Elsevier Inc. Clark, M. A., & Lucett, S. C. (2015). Essentials of integrated training. En M. A. Clark, B. Sutton, & S. C. Lucett (Eds.), NASM's essentials of sports performance training (ed. Rev., pp. 3-15). Burlington, MA: Jones & Bartlett Learning. Cook, G., (2003). Athletic body in balance: Optimal movement skills and conditioning for performance. Champaign, IL: Human Kinetics. Crossley, J. (2021). Functional exercise and rehabilitation: The neuroscience of movement, pain and performance. New York, NY: Routledge, an imprint of the Taylor & Francis Group, an informa business. Gambetta, V. (2007). Athletic development the art & science of functional sports conditioning. Champaign, IL: Human Kinetics. Hoogenboom, B., Voight, M. L., & Cook, G. (2012). Functional movement assessment. En J. R. Andrews, G. L. Harrelson, & K. E. Wilk (Eds.), Physical rehabilitation of the injured athlete (4ta ed., pp. 482-502). Philadelphia, PA: Saunders, an imprint of Elsevier Inc. Liebenson, G. (2014). Functional training handbook. Philadelphia, PA: Lippincott Williams & Wilkins, Wolters Kluwer Health. Stenger, (2018). Voight, M. L., Hoogenboom, B., & Cook, G.
(2012). Functional training and advanced rehabilitation. En J. R. Andrews, G. L.
Harrelson, & K. E. Wilk (Eds.), Physical rehabilitation of the injured
athlete (4ta ed., pp. 503-523). Philadelphia, PA: Saunders, an imprint of
Elsevier Inc. |
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