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Aunque el ejercicio físico regular no representa la panacea para todas las
dolencias de la humanidad, es reconocido que un programa de entrenamiento físico
dirigido a desarrollar los componentes de la aptitud física relacionados con la
salud, principalmente la tolerancia cardiorrespiratoria o capacidad aeróbica,
ayuda a mejorar la calidad de la vida del ser humano. Esto se consigue
mediante el aumento en la capacidad funcional para efectuar trabajo físico y la
prevención
de enfermedades crónico-degenerativas que incapacitan a la persona, que entre las cuales se
pueden nombrar: las cardiopatías coronarias, hipertensión, diabetes sacarina
(mellitus), la
obesidad y sus complicaciones, enfermedades cerebrovasculares, problemas/dolores
en la espalda baja, osteoporosis/osteoartritis y artritis prematura. OBJETIVOS DE LA PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO
En este segmento se discutirá las razones por la cual se lleva a cabo un
programa de ejercicio. Además, se habrán de exponer algunas definiciones
relacionadas con este tópico. El fin fundamental para la mayoría de las prescripciones del ejercicio es aumentar o mantener la capacidad funcional del individuo. Esto permitirá que la persona pueda funcionar efectivamente en sus tareas físicas cotidianas y en su vida laboral.
Propósitos para la Prescripción de Ejercicio
El objetivo fundamental de la prescripción de ejercicio es proveer aquella
ayuda necesaria para que los participantes puedan incrementar su actividad
física habitual, es decir, modificar su comportamiento hacia un estilo de vida
más activo. Los principios de la prescripción de ejercicio son
flexibles. Esto dependerá de las preferencias-metas individuales y de la
magnitud y velocidad de las adaptaciones desarrolladas por el individuo.
Tales principios se encuentran alineados con aquellos que forman parte del
entrenamiento físico (o deportivo), como los son: 1) especificidad
(especialización), 2) individualización (variabilidad biológica),
3) variedad, 4) adaptación, 5) sobrecarga
(sobreesfuerzo), 6) progresión (aumento progresivo de la carga en
el entrenamiento físico), y 7) deterioro (reversibilidad) (ACSM,
2014, p. 467; Bompa, 1999, pp. 32-42; Gambetta, 2007, pp. 72-78). Otro propósito de la prescripción de
ejercicio es mejorar aquellos componentes de la aptitud física relacionados
con la salud, tales como la tolerancia cardiorrespiratoria o potencia
aeróbica máxima (VO2máx), fortaleza-tolerancia muscular, flexibilidad
y composición corporal. La composición corporal incluye el porcentaje de
grasa corporal (PG), masa corporal grasa (MCG o peso graso), masa corporal
activa (MCA o peso sin grasa) y masa corporal total (MC o peso). ESTRUCTURACIÓN DEL PROGRAMA DE EJERCICIO Y ACTIVIDAD FÍSICA
Población para la cual se Diseña un Programa de Ejercicio
Bases para la Prescripción de Ejercicio Planificación del Programa de Ejercicio El programa de ejercicio se estructura de tal forma que se pueda desarrollar los componentes de la aptitud física relacionados con la salud, a saber: tolerancia cardiorrespiratoria, composición corporal, flexibilidad, fortaleza y tolerancia muscular.
Información Preliminar que se Requiere Conocer de los Candidatos al Programa
de Ejercicio Historial de Salud: Consiste en identificar los posibles comportamientos de riesgo, o aquellos saludables, que posee el potencial participante. Además, permite estabecer los riesgos inherentes de éste, requerido al determinar la estratificación de los riesgos. Perfil de Factores de Riesgo: Este proceso forma parte de la evaluación de la salud realizada previo a que se pueda incorporar el individuo al programa de ejercicio. Características de Comportamiento: También, esta información se deriva del inventario de salud.
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al Principio: Introducción CONCEPTO DE PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO El concepto de prescripción de ejercicio se refiere al proceso mediante el cual a una persona se le diseña un programa de ejercicio en forma sistemática e individualizada (ACSM, 2014b, p. 466); incluye la cuantificación de variables que determinan la dosis del ejercicios, tales como el tipo de ejercicio, frecuencia, duración, volumen y progresión (ACSM, 2014b, pp.162, 179-180; ACSM 2014, pp. 466, 468,). La prescripción de ejercicio forma mate del proceso global de la metodología del entrenamiento físico. Tal sistema estructurado, de programación de ejercicios físicos, consiste en planificar, diseñar e implementar un conjunto movimientos iterativos que generan el organismo humano, con el fin de conservar u optimizar parte, o todos, los constituyentes de la aptitud física (ACSM, 2014b, p. 468). TÉRMINOS VINCULADOS CON EL MOVIMENTO HUMANO Y LA INACTIVIDAD FÍSCA Actividad Física y Ejercicio Se considera que una persona posee un estilo de vida activo (o se encuentra activo físicamente) cuando incorpore, de modo regular, actividades físicas de moderada intensidad que acumulen aproximadamente 21 minutos o más durante la mayoría de los días de la semana. También, para personas que incursionen en actividades físicas de intensidad vigorosa que acumulen aproximadamente 11 minutos o más diariamente (USDDHHS, 2008). Se considera, pues, a una persona físicamente activa cuando practique diariamente la recomendaciones de actividad física (Tremblay, Colley, Saunders, Healy & Owen, 2010). Claro, es crucial evitar permanecer sentado por periodos prolongados de tiempo, porque se habría de invalidar los posibles beneficios para la salud, aún cuando se continúe comprometido con estas guías de actividad física (Hamilton, Healy, Dunstan, Zderic, & Owen, 2008). El término movimiento indica un cambio en lugar, posición, o postura, del cuerpo como un todo, de sus segmentos o del centro de masa en relación a un sistema de referencia en el ambiente (Hamill & Knutzen, 2009, p. 24; Kent, 1994, p. 286). El movimiento corporal se produce por la acción de los músculos esqueléticos, lo cual implica la utilización y liberación de energía. Al discutir el concepto de expendio energético (o costo energético) nos referimos a la producción de energía calorífica total por parte del organismo humano durante su intervención en una actividad física o ejercicio (Bouchard, Shephard, Stephens, Sutton & McPherson, 1990; Kent, 1998, p. 169). Tal gasto de energía se encuentra constituido por el expendio energético en reposo y el expendio energético de ejercicio o actividad física (Garber, at al. 2011). Las unidades de medida comunes empleadas para expresar el costo energético son los METs, kilocalorías (kcal) o kilojulios. Por el otro lado, el MET representa un equivalente metabólico que expresa unidades de energía. Un MET es igual al consumo de oxígeno relativo en reposo (1 MET = 3.5 O2 ml • kg-1 • min-1) (Garber, Blissmer, Deschenes, Franklin, Lamonte, Lee, Nieman & Swain, 2011). En la actualidad, aún existe confusión sobre los conceptos de actividad física y ejercicio. Una gran cantidad de profesionales y educadores en salud intercambian estos términos como sinónimos. Esta confusión estuvo presente por muchos años entre los investigadores epidemiólogos (Taylor, 1983). No fue hasta la publicación del artículo de Caspersen, Powell y Christenson (1985) donde se propuso una definición estándar para los conceptos de actividad física, ejercicio y aptitud física (véase Tablas 1 y 2).
Según estos investigadores, actividad física representa "cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que resulta en gasto energético" (Caspersen, Powell & Christenson, 1985) (véase Gráfico 1). Si un individuo, o un grupo de personas, deciden utilizar su tiempo libre para llevar a cabo actividades físicas, tal acción se conceptualiza como actividad física de ocio (Bouchard, Shephard, Stephens, Sutton & McPherson, 1990). Actividad física moderada es aquella que resulta en un costo energético de 3 a 5.9 METs (USDHHS, 2008, pp. A-4, D-4). Cuando se habla de inactividad física, se hace referencia a patrones de estilos de vida sedentarios. Según Tremblay, Colley, Saunders, Healy y Owen (2010), tal término se refiere a la falta de actividad física o el tiempo comprometido por el individuo que no incluya algún tipo de actividad física, la cual posea una intensidad dada.
Existe la tendencia que la prevalencia de la actividad física para varias culturas disminuye conforme se observa una economía saludable del país (Hardman & Stensel, 2009, p. 14). También, se ha demostrado que se reduce marcadamente los niveles de actividad física según aumenta la edad, donde la población femenina evidencia un menor nivel de actividad física en comparación con los varones (Hardman & Stensel, 2009, p. 14). En otro orden, ejercicio es aquella actividad física planificada, estructurada, repetitiva y dirigida hacia un fin, es decir., para el mejoramiento o mantenimiento de uno más de los componentes de la aptitud física (Caspersen, Powell & Christenson, 1985) (véase Gráfico 2). Un ejercicio físico de baja intensidad se define como aquel que se encuentre entre 30-<40% del consumo de oxígeno máximo (VO2máx) o frecuencia cardiaca de reserva (FCresv), es decir, ejercicios durante el cual la persona es capaz de hablar (ACSM, 2013, pp. 165, 167). Estas intensidades son recomendadas para poblaciones con enfermedades crónicas-degenerativas (Ej: cardiopatías coronarias) (Pollock, Wilmore & Fox, 1990), y envejecientes, particularmente porque reducen los eventos coronarios fatales y no fatales, y aumentan las lipoproteínas de alta densidad (Pollock, et al., 1994).
APTITUD FÍSICA Y SUS COMPONENTES La aptitud física (physical fitness) integra, de manera funcional, el conjunto de todos los sistemas orgánicos del cuerpo humano, los cuales están sujeto por el nivel de actividad física (Paffenbarger, Hyde & Wing, 1990).
El Concepto de Aptitud Física La definición clásica de aptitud física, una de las primeras en salir en la literatura, se describe como la capacidad de llevar a cabo las actividades cotidianas normales (trabajo y asueto) con vigor, eficiencia y sin fatigarse en exceso, teniendo aún energía suficiente para disfrutar de pasatiempos y lidiar con emergencias imprevistas (President's Council on Physical Fitness and Sports,1971) (véase Gráfico 3).
También, en el 1971, un colectivo de investigadores, pertenecientes a la OMS, expusieron su posición ante el término de aptitud física. Entonces para la OMS, tal concepto representaba "la habilidad para llevar a cabo muscular satisfactoriamente." (Anderson, Shephard, Denolin, Varnauskas & Masironi, 1971). En el 1985 se reveló en la literatura científica una de las publicaciones más citas, en la cual se plantearon los conceptos de actividad física, ejercicio y aptitud física (Casperson, Powel y Christenson, 1985). Estos autores establecieron que aptitud física representaba "un conjunto de atributos que las personas poseen o alcanzan que se relaciona con la habilidad para llevar a cabo actividad física." Un año mas tarde, Nieman (1986, p. 34) afirmó que la aptitud física era "un estado de energía dinámica y vitalidad que nos capacita/permite no solamente llevar a cabo nuestras tareas diarias, práctica de actividades recreativas y encarar emergencias imprevistas, sino también nos ayuda a prevenir las enfermedades hipocinéticas, mientras se funcione a niveles óptimos de la capacidad intelectual y experimente el disfrute de la vida". En esta misma década, Pate (1988), postuló que tal concepto debería definirse como "un estado caracterizado por (a) una habilidad para realizar actividades diarias con vigor y (b) una demostración de las características y capacidades que están asociadas con un bajo riesgo para el desarrollo de enfermedades hipocinéticas (es decir, aquellas asociadas con inactividad física)." Desde un enfoque cardiorrespiratorio y muscular, Getchell y Anderson (1987, pp. 15-16) afirman que una persona que posea una apropiada aptitud física implica que "el corazón, los vasos sanguíneos, los pulmones y los músculos funcionan al máximo rendimiento." Una de las organizaciones de mayor prestigio internacionalmente, vinculada con la medicina del deporte y ciencias del movimiento humano, es decir, la ACSM, plantearon en el 1990 que la aptitud física significaba "...la habilidad de realizar niveles de moderada a vigorosa actividad física sin fatiga y la capacidad para mantener tal habilidad a lo largo de la vida." (ACSM, 1990). En años recientes, esta organización revisó la definición de aptitud física (Garber, at al. 2011). Otros autores de renombre en el campo de las ciencias del movimiento humano han publicado su postura ante el término aptitud física. Por ejemplo, Miller, Grais, Winslow y Kaminsky (1991) expusieron que el concepto de aptitud física significaba un "un estado de habilidad para realizar un trabajo físico sostenido caracterizado por una integración efectiva de la tolerancia cardiorrespiratoria, fortaleza muscular, flexibilidad, coordinación y composición corporal". Por su parte, Howley y Franks (2007, p. 517), fundamentado en el planteamiento de Casperson, Powel y Christenson, (1985) proponen que la aptitud física es un agregado de particularidades únicas, lo cual facilita al individuo ejecutar efectivamente actividades físicas. En otro orden, Lopategui (2006, p. 44) intentó reconceptualizar la definición tradicional de aptitud física, indicando que "...representa la habilidad que posee la persona para llevar a cabo todo tipo de trabajo físico efectivamente y sin fatiga excesiva, particularmente actividades que demandan capacidades cardiorrespiratorias, de las cuales el individuo se recupera con prontitud para ejecutar otras tareas físicas (cotidianas, deportes recreativos) o manejar situaciones de emergencias que pudieran requerir un esfuerzo físico." Tal enfoque retoma elementos que constituyen parte de la primera definición de aptitud física (President's Council on Physical Fitness and Sports,1971). A esta definición, se puede integrar la importancia de un óptimo nivel de aptitud física (elevado estado de energía y vitalidad) para la prevención de enfermedades crónicas-degenerativas que emergen principalmente a raíz de un comportamiento sedentario (Nieman,2007, p. 779) (véase Gráfico 4).
Los Componentes de la Aptitud Física
Componentes Relacionados con la
Salud DESCRIPCIÓN DEL CONCEPTO DE ENFERMEDADES CRÓNICO-DEGENERATIVAS Evolución Semántica del Término Enfermedades Crónicas Las enfermedades crónicas o discapacitantes son aquellas que comúnmente se adquieren por medio de estilos de vida inapropiados, aunque siempre hay que considerar que existen factores genéticos, es decir, de naturaleza hereditaria, que pueden originar tales trastornos. La diferencia entre una enfermedad crónica y una infecto-contagiosa se fundamenta sobre el hecho de que los disturbios degenerativos y crónicos no son transmitidas mediante las vías de contagio (Ej: contacto físico directo o personal, fómites y otros). Desde el punto de vista médico, las enfermedades crónicas se consideran aquellas alteraciones de la salud (en todas sus dimensiones) que se desarrolla, y mantienen, durante un período largo de tiempo (Roitman & Lafontaine, 2012, p. 1). Se caracterizan por su naturaleza no infecciosa, recurrentes, degenerativas y poseer síntomas menos llamativos en comparación con las enfermedades agudas (Caroll, 1998). Estos tipos de afecciones pueden ocasionar incapacidades totales o parciales (Murrow & Oglesby, 1996). El adjetivo de crónico aplica para aquel conjunto de enfermedades de naturaleza prolongada y reincidente, caracterizadas por la ausencia de patógenos infecciosos no-tóxicos (Bhopal, 2002, p. xxi). Para aquellas enfermedades crónicas que inducen un deterioro paulatino de los tejidos ubicados en el organismo humano, se la adjunta otro adjetivo que describa esta complicación clínica. A este respecto, se establece que tales males son de naturaleza degenerativos, por lo que se identifican como enfermedades crónico-degenerativas (Bhopal, 2002, p. xxii) (Véase Gráfico 6). Comúnmente, estos tipos de patologías crónicas no se alivian mediante intervenciones quirúrgicas ni con el consumo de medicamentos a corto plazo (Murrow & Oglesby, 1996).
Las enfermedades crónicas poseen ciertas características particulares, que son:
1) comúnmente, tales afecciones requieren un período de tiempo considerable para
que se desarrollen, lo cual implica que su naturaleza crónica (a largo plazo);
2) estas dolencias promueven una destrucción progresiva de los tejidos, por tal
razón, también se les designan como degenerativas; 3) interfieren con la
capacidad del cuerpo para funcionar de forma óptima, es decir, representan
patologías discapacitantes y; 5) algunas enfermedades degenerativas pueden
prevenirse, es decir, es posible minimizar sus efectos dañinos a la salud (Véase Gráfico
25). Una gran parte de estos trastornos crónicos se encuentran representadas dentro de las primeras causas de muerte en Puerto Rico y en muchos otros países, particularmente aquellos desarrollados. Algunas de dichas enfermedades son, a saber: enfermedades del corazón y circulatorias, tales como las cardiopatías coronarias (enfermedades de las arterias coronarias del corazón o aterosclerosis coronaria); los padecimientos hipertensos, claudicación intermitente; cáncer; diabetes sacarina; accidentes cerebrovasculares (Ej: apoplejía o derrame cerebral); enfermedades pulmonares; problemas en la espalda baja; enfermedades óseas (Ej: osteoporosis) y reumáticas (Ej: artritis reumatoide, osteoartritis); afecciones renales (Ej: nefritis); enfermedades del hígado (hepáticas), entre otras (véase Tabla 3).
Relaciones Etiológicas para las Enfermedades Crónicas Puesto que uno de los factores principales que inducen a las enfermedades crónicas es la falta de ejercicio o escasa actividad física, desde la perspectiva de la aptitud física, otros autores clasifican estas dolencias como enfermedades hipocinéticas (Allsen, Harrison, & Vance, 1997, p. 4; Corbin & Lindsey, 1997, pp. 5, 25-26; Heyward, 1998, p. 2). Actualmente, el auge de las enfermedades crónico-degenerativas como las principales causas de incapacidad y muerte en Puerto Rico y Estados Unidos de Norteamérica, reflejan principalmente el descuido en los patrones de estilos de vida y hábitos particulares del ciudadano. Los comportamientos de riesgo que prevalecen en la isla promueven la alta incidencia de enfermedades crónicas de naturaleza discapacitante y al aumento en la tasa de mortalidad originado por estas afecciones. El sedentarismo, o un pobre nivel de aptitud física, representan uno de los factores de mayor preeminencia que promueven el desarrollo de estos trastornos degenerativos (particularmente las enfermedades en las arterias coronarias del corazón) y a la mortalidad prematura (Ekelund, Haskell, Jonson, Whaley, Criqui & Sheps, 1988; Sandvik, Erikssen, Thaulow, Erikssen, Mundal & Rodahl, 1993). Medidas Preventivas y Terapéuticas Algunas de las enfermedades crónicas de origen hipocinético pueden prevenirse mediante un régimen regular de ejercicios o actividad física. Más aun, un programa de ejercicio regular, o una mayor participación en actividades físicas, puede emplearse como un tratamiento complementario para otras dolencias que no se consideran categorizadas como hipocinéticas, entre las cuales se pueden nombrar: las enfermedades infecciosas, artritis, dolor crónico y el síndrome premenstrual (PMS, siglas en Inglés) (Corbin & Lindsey, 1997, p. 26-27).
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al Principio: Conceptos Fundamentales
SISTEMAS DIRIGIDOS A EVALUAR EL ESTADO
ACTUAL DE SALUD, Y DE LOS POTENCIALES RIESGOS, La evaluación de los potenciales participantes para un programa de ejercicio es de gran importancia, puesto que previenen posibles situaciones de emergencias médicas. Se encuentra muy bien documentado, en la literatura científica, los beneficios del ejercicio sobre el organismo humano. No obstante, también, el ejercicio induce un aumento en las demandas metabólicas sobre el sistema cardiovascular, así como un incremento en la actividad simpática. Tomando en consideración este hecho, se puede inferir que sería de un alto riesgo para la salud, e incorrecto desde el punto de vista ético, que se permita participar en el programa de ejercicio a un posible cliente que no se conozca el nivel de gravedad de su enfermedad (Ej: algún tipo patología cardiaca). Pasar por alto tal conocimiento puede, posiblemente, puede ocasionar un ataque cardiaco al individuo que se ejercita. Consecuentemente, para evitar estos eventos adversos al cliente, es de vital importancia que, antes de integrar al cliente al programa, y realizar una prueba de esfuerzo, se debe establecer el nivel de riesgo de éste. Este análisis permite tomar una mejor decisión en cuanto a si es factible, y seguro, continuar con el cliente. Previo a cualquier intervención de un
programa de ejercicio o actividad física, de naturaleza preventiva o terapéutica,
es de suma importancia llevar a cabo las evaluaciones de salud correspondientes.
Esto también aplica si al participante se le requiere someter a una prueba a
ergométrica de tolerancia cardiorrespiratoria (submáxima o máxima) o a pruebas
que miden las aptitudes físicas de éste. Este proceso evaluativo asiste en
el mecanismo requerido para determinar si el potencial participante se encuentra
apto, médicamente, para ingresar al programa de ejercicio o realizar la prueba
de esfuerzo. Consecuentemente, el fisiólogo del ejercicio clínico se
asegura que la probabilidad que, por ejemplo, se produzca un ataque al corazón u otros
males, se reduzca al mínimo. Entonces, tales accidentes se pueden evitar si se realiza un examen del
estado de salud/condición física antes de comenzar un ejercicio regular, o una
prueba de ejercicio. Consecuentemente, para poder prescribir un programa de
ejercicio individualizado, o ejecutar algún tipo de evaluación de esfuerzo, de forma segura y efectiva, se debe evaluar primero el
estado de salud del participante potencial. Esta evaluación debería
incluir un examen médico, un cuestionario de salud y luego efectuar una serie de
pruebas de aptitud física relacionadas con la salud. Es de suma importancia que, como requisito, previo a que el potencial participante se someta a una prueba de capacidad funcional (o de aptitud física), o de su ingreso a un programa de ejercicio/aptitud física (bajo un escenario clínico o comunitario), tal persona sea evaluada su estado vigente de salud, incluyendo los factores de riesgo para una gran gama de enfermedades de naturaleza cardiovascular, pulmonar o metabólica. Para este propósito, se emplean una variedad de métodos de evaluación. Los tipos de pruebas evaluativas de salud implementadas al candidato, dependerá del enfoque del programa y del propósito de la instalación física que alberga el programa de ejercicio o de actividad física. Por ejemplo, las evaluaciones de la salud son más rigurosas en programas de ejercicio que requieren la supervisión médica (Ej: rehabilitación cardiaca o pulmonar), en comparación con instalaciones físicas dedicadas a proveer servicios de ejercicio y actividad física a poblaciones aparentemente saludables (Ej: programas comunitarios de ejercicios grupales o recreativos). Esta medida evaluativa dispone de un mayor control preventivo para circunstancias de emergencias cardiacas que puedan surgir durante la prueba ergométrica de esfuerzo progresivo o sesiones de ejercicio (entrenamiento físico). Estas pruebas de salud se confeccionan con el fin de detectar aquellos individuos que evidencien contraindicaciones médicas a un programa de ejercicio, o prueba electrocardiográfica de esfuerzo. En aquellos casos donde se identifique un problema de salud clasificado como contraindicativo, el potencial participante no podrá incorporarse al programa hasta tanto tal afección clínica sea erradicada o se encuentre controlada. También, la evaluación de la salud sirve para identificar las personas que posean patologías degenerativas de considerable magnitud, de manera que sea necesario que ingrese a un programa de ejercicio en el cual intervenga personal médico. Esto implica, la necesidad de un referido médico para un programa de ejercicio supervisado médicamente. Otro objetivo de estas evaluaciones es determinar la posible necesidad que el candidato sea examinado por un médico (el examen clínico o médico), se le requiera realizar una prueba ergométrica de esfuerzo, o ambas. Esto puede ser debido a un mayor riesgo (de moderada hasta un nivel de riesgo alto) para alguna enfermedad crónico-degenerativa, por la presencia de síntomas particulares o ciertos factores de riesgo. Tal examen médico de mayor envergadura, formará parte de la evaluación de la salud preparticipación, que es compulsoria antes que pueda ingresar el participante prospecto al programa de ejercicio. También, estas evaluaciones sirven de fundamento para establecer las modificaciones de progresión requeridas en las variables que determinan la dosis del ejercicio (Ej: intensidad, frecuencia, y otros), ya para un participante aceptado en el programa. Aquellos participantes prospectos que se identifiquen de alto riesgo, posiblemente habrán de requerir un examen médico riguroso y la realización de una prueba ergométrica de esfuerzo previo poder incorporarse en un programa de ejercicio. Finalmente, la evaluación de la salud y riesgos para enfermedades cardio-metabólicas y pulmonares asisten en reconocer aquellas personas que tienen otras necesidades particulares. Algunos ejemplos de estos problemas, que requieren una atención especial son, deficiencias (o limitaciones) ortopédicas, estado gestacional (embarazo), y otras. Tal proceso provee la posibilidad de una mejor adherencia del participante al programa de ejercicio. También, esta precaución instaura una mayor seguridad durante la prueba de esfuerzo progresiva o la práctica de los ejercicios. Entonces, la evaluación de otros posibles desórdenes clínicos asisten en la disminución de riesgos para eventos de emergencias médicas súbitas, principalmente situaciones cardiacas (Ej: infarto al miocardio, paro cardiaco, fibrilación ventricular, y otras), y lesiones de tipo oseo-musculares, los cuales se encuentran asociados con la práctica de los ejercicios o ejecución de las evaluaciones ergométricas de esfuerzo. Más aún, el desarrollo de una prescripción de ejercicio individualizada más efectiva se asegura al detectar tales necesidades especiales (ACSM, 2014a, p. 22; ACSM, 2014b, pp. 170-171). Se ha instituido que la inclusión de un sistema dirigido a la evaluación de la salud antes que el individuo conlleve una prueba de esfuerzo, o se incorpore a un programa de ejercicio, disponen una razón beneficio-a-riesgo óptima (ACSM, 2014b, p. 170). Cuan extenso habrá de ser la evaluación de la salud, así como el tipo de esta valoración, se encuentra determinado por la edad, sexo y la percepción, muy particular sobre la salud del propio potencial participante. También, esto se encuentra afectado por el tipo y cantidad del personal disponible, así como de los equipos y materiales de ejercicio que posee la instalación física. OBJETIVOS DE LA EVALAUCIÓN DE LA SALUD El fin primordial para realizar las evaluaciones de la salud en los posibles participantes, es asegurar que éstos puedan seguir la programación prescrita del ejercicio, o la intervención de actividades físicas, en una manera segura. Además, tal proceso es importante previo a un prueba ergométrica de tolerancia cardiorrespiratoria u otras evaluaciones de la aptitud física, particularmente aquellas vinculadas con la salud. Se espera, entonces, que el riesgo de una lesión o evento médico peligroso se considere mínimo. La ACSM (2014a, pp. 22-23; 2014b, p. 171) ha establecido las razones para la evaluación de la salud antes de la participación al programa de actividad física o prueba de aptitud física. Esta justificación se expone en los párrafos discutidos más adelante (ACSM, 2014a, pp. 22-23; ACSM, 2014b, pp. 171, 177, 337; ACSM, 2010, p. 16). Identificar Contraindicaciones Médicas Uno de los propósitos principales de la evaluación de la salud es poder establecer aquellas personas que poseen algún tipo de problema clínico considerado como una contraindicación al programa o prueba de ejercicio (véase Tablas 17 y 18). Estos individuos serán rechazados a tal programa de ejercicio. En aquellos casos donde es posible corregir tal contraindicación médica, entonces éste podrá ser considerado como un posible participante. Estabelcer aquellos Individuos que Requieren un Examen Médico Completo o Prueba de Esfuerzo Un fin importante para la evaluación de la salud consiste en reconocer las personas que necesitan un examen médico riguroso, o prueba ergométrica de esfuerzo, previo a poder participar en el programa de ejercicio. Esta indicación puede surgir por la presencia de una cantidad alarmante de factores de riesgo para cardiopatías coronarias, y debido a manifestaciones clínicas que sugieren alguna patología cardiovascular, pulmonar o metabólica. Identificar Individuos de Elevado Riesgo para Patologías Peligrosas Otro objetivo para este proceso evaluativo es determinar aquellas personas que tienen un alto riesgo para poseer alguna enfermedad discapacitante, ya sea por su edad, factores de riesgos o manifestaciones clínicas actuales. A este grupo de individuos, se le requiere llevar a cabo un examen médico riguroso, así como alguna variante de las pruebas ergométricas de naturaleza cardiorrespiratoria. Identificar Individuos con Patologías Crónicas de Cuidado La próxima justificación de estas evaluaciones se fundamenta en establecer aquellos clientes que padecen de una enfermedad crónica-degenerativa peligrosa. Esta población solo podrá incorporarse en un programa de ejercicio que se encuentre supervisado por un médico. Identificar Personas con Necesidades Particulares Finalmente, se requiere la evaluación de la salud para establecer los posibles participantes que presenten necesidades especiales. Estos problemas pueden ser deficiencias diabetes sacanina (mellitus), ortopédicas, embarazo, u otros. Para esta colectividad, será necesario llevar a cabo las correspondientes adaptaciones, como lo son: 1) el programa de ejercicio o actividad física; 2) pruebas de capacidad funcional, tal como una prueba de esfuerzo progresiva; y 3) evaluaciones de los componentes de la aptitud físca. ESTRATEGIAS DISPONIBLES PARA LA EVALUACIÓN DE LA SALUD Tradicionalmente, el protocolo evaluativo de la salud ha sido desglosado en tres componentes principales, que son: 1) estratificación de los riesgos, 2) historial de la salud y otras evaluaciones pertinentes, y 3) autorización o referido médico (Thompson, 2010). Este algoritmo evaluativo ha evolucionado a través de los años. Particularmente, tal cambio se observa en las nuevas guías de pruebas de esfuerzo y prescripción de ejercicio publicadas por la ACSM (ACSM, 2014a; ACSM 2014b). Esencialmente, existen tres formas para evaluar la salud de los participantes. Una cuarta herramienta se utiliza, con frecuencia, para participantes que retornan a sesiones de ejercicios grupales (DeSimmone & Stenger, 2012). Consideraciones Preliminares Como fue mencionado previamente, uno de los objetivos principales de las evaluaciones de salud pre-actividad es proveer ejercicios seguros y un estímulo efectivo para el programa de entrenamiento físico. A este respecto, también tal evaluación identifica potenciales factores de riesgo, o síntomas, para varias enfermedades crónico-degenerativas, de modo que se proporcione un programa seguro y efectivo, en términos de sus metas. Existe una gran variedad de métodos disponibles confeccionados para la evaluación de la salud del candidato a un programa de entrenamiento físico o prueba de ejercicio. Recientemente, se han revisado los posibles medios para evaluar el estado de salud de los participantes potenciales (ACSM, 2014a, pp. 19-36, 40-57; ACSM, 2014b, pp. 170-177, 324-330; DeSimmone & Stenger, 2012). Según la ACSM (2014a, p. 22), la evaluación de la salud preparticipación consiste en evaluar al potencial participante por la presencia de varios factores de riesgo para patologías de naturaleza cardiovascular, pulmonar y metabólica. Se incluye, también, evaluar por la posible presencia ciertos problemas de salud que deben evaluarse con detenimiento, como los son el estado gestacional de la mujer, impedimentos de tipo ortopédicos, y otros. Estas pruebas siguen un protocolo, organizado en diversas etapas. Tales mecanismos requeridos para la evaluación de la salud son, a saber: 1) la evaluación rápida de la salud, o entrevista verbal, desarrollada por la ACSM en clases de grupales de ejercicios (DeSimmone & Stenger, 2012); 2) formularios estandarizados de auto-administración (inventarios/cuestionarios de salud y estilos de vida cumplimentados por los potenciales participantes); 3) evaluación, análisis, y estratificación, de factores de riesgo vinculados con patologías cardiovasculares, pulmonares y metabólicas; y 4) evaluaciones médicas completas y rigurosos (examen médico [historial médico personal y familiar, examen físico, pruebas de laboratorio [Ej: evaluaciones cardiovasculares específicas, tal como un cateterismo coronario], y pruebas ergométricas de esfuerzo progresivo, de naturaleza funcional y diagnóstica). Esta última evaluación puede efectuarse de manera convencional (electrocardigrama [EKG] con signos vitales [frecuencia cardiaca y presión arteria,]), o empleando imagen nuclear (Ej: Talio-201, o Tecnecio 99m-Sestamibi) (véase Tabla 9).
En los siguientes párrafos se discutirán en detalle estos tipos de herramientas de evaluación de la salud recomendadas por la ACSM (2014a, pp. 19-36; 2014b, pp. 170-173; DeSimone & Stenger, 2012). Evaluación Rápida de la Salud de la ACSM (Entrevista Verbal con el Cliente) De no contar en el momento con un cuestionario de salud, es posible realizar una evaluación verbal del cliente. Tal procedimiento evaluativo de la salud se conoce con el nombre de "ACSM Quick Screen" (DeSimone & Stenger, 2012). Este mecanismo dispone de varias ventajes, entre las cuales tenemos: 1) se establece si el potencial participante se encuentra en el programa de ejercicio correcto; 2) permite que los ejercicios, o actividades físicas, se realicen en un manera segura para el cliente y; 3) será posible determinar si el futuro participante cuenta con algún problema de salud, o físico, de manera que se lleven a cabo los ajustes necesarios en el programa de ejercicio. El evaluador, entonces, entrevista al potencial cliente fundamentado en las preguntas que se describen más adelante. Introducción La evaluación de la salud rápida es muy común en aquellos participantes que con anterioridad han sido admitidos al programa de ejercicio y que han cumplimentado algún tipo de inventario de salud (DeSimone & Stenger, 2012, pp. 11-12). Luego de un periodo de inactividad, estos clientes desean regresar a las actividades que provee el programa, particularmente en aquellos de instrucción grupal. A este respecto, el instructor de ejercicios grupales podrá determinar si éste se encuentra en la clase de ejercicio colectivo que se ajuste a sus necesidades personales y de salud. También, tal evaluación ayuda en el proceso de facilitar un entorno de ejercicio seguro y libre de patologías cardiacas súbitas, así como de lesiones musculoesqueletales y ortopédicas, asociadas con el ejercicio. Además, mediante este tipo de evaluación de la salud, será posible concretar posibles necesidades particulares basadas en problemas físicos, lo cual habrá de requerir la modificación correspondiente durante las sesiones de ejercicio. Protocolo a seguir para la Entrevista Verbal de la Salud y Estilos de Vida Este proceso evaluativo de la salud se administra de forma verbal. Luego de una bienvenida, se recomienda que el instructor se presente de forma amigable y proceda a realizar la entrevista. A continuación se enumeran las preguntas que se habrán de hacer al cliente durante el dialogo verbal, con el candidato, para la evaluación de la salud (DeSimone & Stenger, 2012, pp. 12-13). 1) ¿Al presente te encuentras matriculado en alguna otra sesión de ejercicio grupal? De ser afirmativo tal pregunta, entonces se procede a indagar: ¿En cuáles?, ¿Cuándo fue la última ocasión que pudo asistir a esta clase?, o ¿Cuáles otros tipos de actividades estás practicando en la actualidad? La respuesta a esta pregunta suministra información valiosa sobre el historial de ejercicio y destrezas que posee el cliente. También, se puede establecer si es un individuo nuevo en las clases de ejercicios. 2) ¿Tienes algún problema de salud en la rodilla, hombro, espalda o cualquier otro disturbio en las articulaciones o huesos? Esto representa una pregunta importante, pues provee información tocante a posibles limitaciones oseo-articulares y si se requiere implementar adaptaciones a los ejercicios. También, es posible determinar posibles ejercicios contraindicativos para este cliente en particular. 3) ¿Tienes alguna enfermedad (Ej: problemas cardiovasculares, alta, o baja, presión arterial, diabetes)? La contestación a esta pregunta indica posibles problemas médicos agudos. Dependiendo de la información obtenida de esta pregunta, el instructor habrá de interrogar más profundo al potencial participante. Esto puede requerir que se contesten las siguientes preguntas: a) ¿Cuándo fue la última ocasión que un médico lo evaluó? Esto ayuda a establecer problemas de salud particulares y la posible necesidad de otras evaluaciones médicas o visitas a su médico de cabecera. b) ¿Te encuentras tomando algún medicamento, o estas bajo tratamiento médico para este problema de salud? Esta pregunta identifica si el cliente se encuentra bajo tratamiento médico. c) ¿Alguna vez tu médico te dijo que no podías hacer ejercicios debido a este disturbio médico u otro desorden de salud? Tal interrogante representa la posible necesidad de un referido médico para poder autorizar su ingreso a los ejercicios grupales. También, esta respuesta habrá de disponer restricciones específicas indicadas por el médico. d) ¿Sufres de algún tipo de alteración física que pueda afectar tu desempeño del ejercicio en estos momentos? ¿Este cambio físico puede ser afectado por el ejercicio? La contestación a esta pregunta provee datos importantes que indican la posible necesidad de modificar los ejercicios. Disturbios de sueño, fatiga constante, y otros, son algunos problemas de salud que debe ser considerado por el instructor de ejercicios grupales. También, existe la posibilidad que estas afecciones no permitan que el candidato ingrese al programa de ejercicio. Es posible alterar la redacción de estas preguntas para adaptarse a programas de entrenamiento físico encaminados a desarrollar, principalmente, los componentes de aptitud física relacionados con la salud, así como en intervenciones de actividad física. Tal ajuste de la entrevista verbal se presenta abajo: 1) ¿Al presente se encuentra en algún otro programa de
ejercicio o actividad física? De ser afirmativo, ¿Qué tipo de programa?, ¿Cuándo
fue la última vez que asistió al mismo? o ¿Cuál otros tipos de actividades al
presente te encuentras practicando? Existen varias herramientas para evaluar el estado inicial de la salud del potencial participante en la forma de cuestionarios de salud. Básicamente, se han implantado dos cuestionarios de salud y estilos de vida provistos gratuitamente por organizaciones reconocidas, como lo son la Sociedad Canadiense de Fisiología del Ejercicio (Canadian Society for Exercise Physiology o CSEP, siglas en ingles), el Colegio Americano de Medicina del Deporte (American College of Sports Medicine o ACSM, siglas en ingles) y la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association o AHA, siglas en ingles). Ambos cuestionarios de salud proveen la suficiente información para determinar si es necesario un referido médico. Cabe señalar, que el presente autor de este documento, ha también desarrollado, aunque no se encuentra validado, un cuestionario de salud para ser administrarlo al candidato antes de poder ingresar a un programa de ejercicio o previo a la administración de una prueba de tolerancia cardiorrespiratoria (Lopategui, 2006b, pp. 139-141). Es imperante recalcar que gran porción de la población sedentaria posee la capacidad de ingresar, de manera segura, a un programa de actividad física efectuada de una leve a moderada intensidad, sin la necesidad de pasar por un protocolo de evaluación medica minuciosa (ACSM, 2014b, p. 171). El propósito principal de tales cuestionarios de salud es disponer de una medida evaluativa mínima que provea información para determinar si el cliente se encuentra cualificado para ingresar a un programa de ejercicio o prueba de esfuerzo. También, los datos derivados ayudan a estratificar los riesgos del potencial participante. Entonces, estos tipos de cuestionarios de salud poseen la encomienda de reconocer candidatos con factores de riesgo clasificados como moderados y altos. Consecuentemente, de esto ser palpable, es preponderante que se refiera a un médico, y se cumplimente el formulario de autorización médica, previo a poder participar en un programa de acondicionamiento físico, o de actividad física. No obstante, existen algunas limitaciones. Por ejemplo, estas formas estandarizadas no pueden fundamentarse en la intensidad de los programas de los entrenamientos físicos propuestos. Los cuestionarios de salud auto-administrados que se discutirán en esta sección son: 1) Physical Activity Readiness Questionnaire (PAR-Q) (Public Health Agency of Canada, 2007), y 2) AHA/ACSM Fitness Facility Preparticipation Screening Questionnaire (American Heart Association [AHA] & American College of Sports Medicine [ACSM],1998). Estos tipos de inventarios, incluyendo el del profesor Lopategui, se encuentran disponibles gratuitamente en la Internet/Web (véase Tabla 10).
Estos tipos de mecanismos evaluativos deberán de ser capaces de establecer el historial de salud del potencial participante, enfermedades que posee en el presente, los factores de riesgo para otras patologías degenerativas, manifestaciones clínicas (signos y síntomas de alguna enfermedad), los hábitos actuales concerniente a la práctica de ejercicios regulares y actividad física, y medicamentos que requiere consumir diariamente para las afecciones de salud que posee. Otra herramienta evaluativa de la salud es la estratificación de los factores de riesgo (ACSM, 2014a, pp. 34-35; ACSM, 2014b, pp. 172-173), lo cual será detallado bajo un temática más adelante en este trabajo. Según la ACSM, el primer paso al evaluar las personas que deseen ingresar en un programa de ejercicio es la administración de un cuestionario que examine el nivel de actividad física, ejercicio y la salud del potencial participante (véase Tabla 11).
El propósito de un cuestionario de salud, cumplimentado por el potencial cliente, es conocer más a fondo su historial clínico, los síntomas que experimenta, o ha experimentado, y detectar los posibles riesgos. Esto ayuda en el proceso de establecer una prescripción de ejercicio individualizada óptima. Además, tal proceso asiste en determinar si es requerido que el potencial participante se someta a otras evaluaciones médicas más avanzadas. Entonces, la información recogida del cuestionario de salud y estilos de vida cumplimentadas por el propio posible candidato, sirve de base para establecer si es requerido el seguimiento por parte de los especialistas del ejercicio o profesionales de la salud, previo a que se incorpore en el programa de actividad física o ejercicio. Como fue mencionado previamente, podemos emplear un cuestionario de salud de auto-administración (realizado por el propio individuo), los cuales se encuentran de libre costo en la Internet/Web (véase Tabla 11), como lo es el Physical Activity Readiness Questionnaire o PAR-Q and YOU (Canadian Society for Exercise Physiology [CSEP], 2013), y el Health/Fitness Facility Preparticipation Screening Questionnaire (American Heart Association [AHA], & American College of Sports Medicine [ACSM], 1998). El primer cuestionario, de origen canadiense, enfatiza en identificar los posibles síntomas para cardiopatías coronarias que pueda poseer el potencial participante. También, tal inventario de salud establece si se tiene afecciones a nivel de los músculos esqueléticos. De esto ser un hallazgo afirmativo, entonces se le requiere al cliente que este problema clínico sea evaluado antes de incorporarse al programa de ejercicio o de actividad física. Por el otro lado, el cuestionario confeccionado por el esfuerzo conjunto de la AHC y la ACSM, incorpora elementos evaluativos más extensos. El mismo, cuenta con un historial de salud muy completo, la identificación de síntomas, así como factores de riesgo para enfermedades. Como resultado, este tipo de cuestionario auto-administrado persigue determinar si el posible participante se encuentra preparado para ingresar al programa o deba de visitar a un proveedor profesional de la salud antes de que pueda comenzar su régimen de entrenamiento físico. En las próximas secciones de este trabajo, se abundaran sobre cada uno de estos dos tipo de cuestionarios estandarizados. Physical Activity Readiness Questionnaire (PAR-Q) El propósito de este tipo de cuestionario es determinar un criterio mínimo para el ingreso del prospecto candidato a un programa de actividad física, establecido dentro de unos parámetros de intensidad leve a moderada (DeSimone & Stenger, 2012). Tal inventario de salud fue diseñado por investigadores canadienses, específicamente por la British Columbia Ministry of Health, que atañe la evaluación del nivel de preparación para iniciar un programa de actividad física (Public Health Agency of Canada, 1998) y validado estadísticamente (Shephard, Thomas & Weller, 1991). Este instrumento evaluativo se caracteriza por ser muy simple y fácil administrar entre los posibles candidatos del programa. Una limitación de esta modalidad para evaluar la salud es que no distingue entre las estratas de riesgo bajo y moderada. Solo es capaz de establecer los candidatos que se encuentran a un alto riesgo de alguna enfermedad crónica (ACSM, 2014b, p. 171) (véase Gráfico 31 ).
AHA/ACSM Health/Fitness Facility Preparticipation Screening Questionnaire Este formulario es más abarcador que el PAR-Q, pues incorpora un historial de disturbios cardiovasculares, síntomas de problemas cardiacos y factores de riesgo para afecciones cardiovasculares (incluyendo la variable edad) que establece si es requerido una evaluación médica (contactar el proveedor de salud) previo a incursionar por primera vez a un programa de ejercicio. También, tal inventario simplemente puede dirigir a clientes para participar en un programa de ejercicio. La presente evaluación de la salud posee varias virtudes, como lo son: 1) rapidez en su administración; 2) el reconocimiento de posibles personas que exhiben factores de riesgos, categorizados desde moderado hasta el nivel alto; 3) permite generar y documentar los resultados de este tipo de evaluación; 4) provee unas bases educativas, tanto para los participantes como al personal del programa; y 5) fomenta el empleo adecuado del sistema profesional dirigido al cuidado de la salud (véase Gráfico 32).
Evaluación y Estratificación de los Factores de Riesgo Vinculados con Patologías Cardiovasculares, Pulmonares y Metabólicas El proceso a seguir para estratificar los riesgos permite proponer recomendaciones adecuadas concerniente a la evaluación y supervisión médica, pruebas ergométricas (submáximas o máximas) funcionales y diagnósticas, y la estratificación de un programa de actividad física y ejercicio (ACSM, 2014, p. 34-36). La base para estratificar a los candidatos en categorías de riesgos bajo, moderado y alto (véase Tabla 12 y 13), se extrae principalmente del examen médico y pruebas de esfuerzo previo que este potencial participante se incorpore en el programa de ejercicio. No obstante, la fuente principal para determinar tales niveles, o estratos de riesgos, se fundamenta del estudio de los datos recolectados por parte de los cuestionarios de salud y de los estilos de vida que se requieren completar previo a una prueba de esfuerzo y programa de ejercicio. Este mecanismo se asocia con la intensidad del ejercicio que habrá de prescribirse, con el fin de evaluar la necesidad para el examen médico precedente a incorporarse al entrenamiento físico. Para poder asegurar un mayor nivel de seguridad para los clientes que pertenecen al programa de ejercicio o actividad física, el especialista del ejercicio debe poseer el adecuado peritaje para poder detectar las personas que poseen un nivel de alto riesgo para patologías cardiovasculares, y determinar los síntomas relacionados con disturbios cardio-circulatorios. Por tal razón, es de crucial importancia que los versados en el ejercicio posean un adecuado conocimiento en la interpretación del historial médico, los signos, y síntomas que requieran la evaluación por un médico, antes que un participante sintomático, categorizado de riesgo moderado hasta un nivel alto, inicie un programa de actividad física. El propósito para emplear el método de estratificación de los riesgos es determinar aquellos individuos que posean factores de riesgo para enfermedades de índole cardiovascular, pulmonar o metabólica. Más específicamente, el fin primordial de este protocolo evaluativo es identificar aquellos potenciales participantes que puedan requerir un referido de un examen médico para poder ser autorizados a ingresar al programa de ejercicios o de actividad física. Tal proceso consiste en evaluar los posibles factores de riesgo para diversas patologías (cardiovasculares, pulmonares y metabólicas). Como fue mencionado con anterioridad, para este fin, se emplea la información dispuesta de los cuestionarios de salud administrados a los principales participantes del programa. Entonces, en el caso que se confirme un nivel de riesgo de considerable magnitud (Ej: de moderada hasta alta), será requerido que los candidatos se sometan a un examen médico completo y prueba ergométrica de esfuerzo progresivo antes de poder ingresar a un programa de ejercicio cuantificado con intensidades que fluctúen de moderada a vigorosa (véase Gráfico 32). Según se indicó en párrafos previos, si se identifica a un potencial participante de alto riesgo, o inclusive de un nivel moderado, el mismo deberá ser referido a un médico, el cual se encargará de analizar este caso y posteriormente decidir si autoriza, o no, al candidato para comenzar el entrenamiento físico. El protocolo a seguir para la estratificación de riesgos se fundamenta en tres elementos, que son: 1) los posibles factores de riesgo de la persona en relación a patologías cardiovasculares, pulmonares y metabólicas; 2) signos y síntomas que podrían indicar alguna enfermedad crónica; y 3) el diagnóstico del disturbio degenerativo. Como resultado, se generan recomendaciones específicas para dos vertientes, a saber: 1) la necesidad de un certificado médico que autorice al potencial participante iniciar su programa de ejercicio; y 2) el médico requiere que el candidato realice una prueba ergométrica de tolerancia cardiorrespiratoria (o aeróbica), de tipo submáxima o máxima (véase Gráfico 32). Enfoque en Factores de Riesgo para Cardiopatías Coronarias La estratificación de los riesgo (véase Gráfico 31) se fundamenta, parcialmente, en establecer si existe, o no existe, factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, particularmente de origen isquémico (véase la Tabla 10). Los expertos en el campo de la salud (Ej: médicos, enfermeras cardiovasculares) y aptitud física (Ej: entrenadores personales, instructores de ejercicios aeróbicos, instructores de ejercicios grupales, fisiólogos del ejercicio clínicos, y otros) deberán de evaluar y analizar los cuestionarios de salud y estilos de vida discutidos en secciones previas de este trabajo. A raíz de tal estudio, estos habrán de establecer cuáles de los posibles candidatos se ubican bajo algún criterio concerniente a los factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares (véase la Tabla 10). Bajo aquellas circunstancias donde la presencia, o ausencia de algún factor de riesgo para disturbios cardiovasculares no es evidente, o no se encuentra disponible, entonces tal factor de riesgo para afecciones cardiovasculares se habrá de considerar como un factor de riesgo, con la excepción para la diabetes latente (o pre-diabetes). Por el otro lado, si no es posible identificar algún criterio para la diabetes, ésta deberá ser considerada como un factor de riesgo para aquellos individuos: 1) mayor o igual a 45 años de edad, particularmente si se evidencia un índice de masa corporal (IMC, body mass index o BMI, siglas en ingles) mayor o igual a 25 kilogramos por metros cuadrados; y 2) menor que 45 años de edad que posean en un BMI mayor o igual a 25 kilogramos por metros cuadrados, conjuntamente con los otros factores de riesgos cardiovasculares conducentes a una diabetes latente (Ej: la presencia de un historial familiar para diabetes sacarina (ACSM, 2014a, pp. 23, 26). Luego, se procede a sumar los factores de riesgo identificados (factores de riesgo positivos). Como sabemos, el colesterol de lipoproteína de alta densidad (high-density lipoprotein cholesterol o HDL-C, siglas en ingles) disponen de un beneficio a nivel del corazón, entonces si se identifica un nivel elevado de tal lipoproteína, se deberá establecer esto como un factor de riesgo negativo para enfermedades cardiovasculares. Cuando se reconoce un valor de la HDL-C sérica mayor o igual a 60 miligramos por decilitros (1.55 mili moles por litro), se requiere que el especialista del ejercicio le reste un factor de riesgo positivo (afirmativo) para enfermedades cardiovasculares de la suma equivalente a todos los factores de riesgo positivos para disturbios cardiovasculares (ACSM, 2014a, p. 27). El análisis resultante de la estratificación de riesgos proporciona información de gran valor para los especialistas en el campo de la salud, aptitud física y fisiología del ejercicio clínico. Tales datos asisten en el establecimiento de la dosis apropiada (duración, frecuencia, intensidad y tipo de ejercicio) requerida para la prescripción de ejercicio individualizada del candidato para el programa de ejercicio. El proceso que conlleva evaluar los factores de riesgo para patologías cardiovasculares, en conjunto con el estudio dirigido a identificar posibles desórdenes de tipos cardiovascular, pulmonar, renal y metabólico, suministra información vital para la toma de decisiones tocante a 1) el nivel de autorización médica para la participación del programa de ejercicio; 2) la posible indicación para una prueba ergométrica de esfuerzo progresivo; y 3) el grado necesario de supervisión para las pruebas ergométricas de tolerancia cardiorrespiratoria y las sesiones de ejercicio (véase Gráfico 33 y Gráfico 34).
Descripción del Procedimiento para Estratificar los Riesgos: Categorización de éstos y la Determinación para una Posible Necesidad de un Examen Médico y Prueba de Esfuerzo La información obtenida de la clasificación de los riesgo instaura si es requerido una examen médico, prueba ergométrica de esfuerzo submáxima o máxima (que requiera la supervisión médica, o no sea necesario tal presencia). Este procedimiento se describirá en los próximos párrafos (véase Gráfico 32).
RIESGO BAJO: Individuos aparentemente
saludables (asintomáticos con un solo factor de riesgo para cardiopatías
coronarias): Programas de EJERCICIOS MODERADOS (intensidades de 40 a 60% del consumo de oxígeno máximo de reserva [VO2R] o de 3 a 5.9 METs); su intensidad ocasiona un aumento perceptible en la frecuencia cardiaca y respiratoria. La presencia de estas intensidades REQUIERE UN EXAMEN MÉDICO Y PRUEBA ERGOMÉTRICA DE TOLERANCIA AL EJERCICIO (SUPERVISADA, YA SEA SUBMÁXIMA O MÁXIMA). Para este grupo, es imperativo un examen médico minucioso reciente y una prueba ergométrica diagnóstica máxima, con la presencia de un médico, antes de iniciar el programa de ejercicio. Programas de EJERCICIOS VIGOROROSOS (intensidades que igualen, o sobrepasen, el 60% del VO2R [ mayor o igual a 6 METs]); la intensidad que gereran estos tipos de ejercicio inducen un aumento considerable en la frecuencia cardiaca y respiratoria. En estos casos, SE REQUIERE UN EXAMEN MÉDICO Y PRUEBA ERGOMÉTRICA DE TOLERANCIA AL EJERCICIO (SUPERVISADA, YA SEA SUBMÁXIMA O MÁXIMA). En este estrato, es necesario un chequeo médico reciente completo y prueba ergométrica diagnóstica antes de incorporarse al programa. Las pruebas máximas ergométricas de tolerancia deben efectuarse bajo la supervisión médica. Las pruebas ergométricas submáximas, también, es necesario la presencia de un médico en individuas asintomáticos. Definición de las Estratas de Riesgo, según las Guías de ACSM del 2010 La octava edición de las guías para pruebas de esfuerzo y prescripción de la ACSM (2010, p. 23) provee un delineamiento sencillo para establecer los estratos de riesgo (véase Tabla 12). Por el otra lado, la edición más reciente de tal publicación (2014b, p. 34) presenta una metodología más detallada de cómo estratificar, o clasificar a los participantes, enfatizando en patologías cardiovasculares (véase Tabla 13). Tal metodología fue concebida originalmente por la Asociación Americana de Rehabilitación Cardiovascular y Pulmonar (American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation o AACVPR, siglas en ingles) (American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation [AACVPR], 2004). Más adelante se abundará sobre este enfoque más reciente para clasificar a los candidatos en los estratos de riesgo correspondientes.
Según se puede observar en la Tabla
12,
este procedimiento, principalmente, se basa en establecer si el potencial
participante posee, o no posee, tres tipos de enfermedades (ACSM, 2010, p. 25), que son: Además, las categorías de estratificación consideran si existen, y su cantidad, factores de riesgo para cardiopatías coronarias. Nótese en la Tabla 12 que, también, es importante conocer las manifestaciones clínicas (en la forma de signos y síntomas) que sugieren alguna enfermedad cardiovascular, pulmonar y metabólica.
Interpretación de las Categorías
Estratificadas Protocolo para la Estratificación de Riesgos Fundamentado en guías más recientes, para poder determinar el grado de riesgo que pueda poseer el paciente que desee incorporarse a un esquema de ejercicio y actividad físicas, es necesario ubicarlo en una de las tres categorías propuesta por ACSM (2014, pp. 34-35). La Tabla 13 describe la estratificación de riesgo según específica el Colegio Americano de Medicina del Deporte.
Para aquellos programas que enfatizan la actividad física, es necesario que los candidatos cumplimenten, como mínimo, uno de los formularios estandarizados para la evaluación de la salud y estilos de vida, los cuales fueron previamente descritos. Como sabemos, esta información se utiliza para identificar posibles factores de riesgo para patologías cardiovasculares, pulmonares, renales y metabólicas, así como otros problemas clínicos (Ej: limitaciones ortopédicas, embarazo y otras) que requieren un análisis particular durante el diseño de la prescripción de ejercicio (Gordon & Mitchell, 1993; Maron, Araújo, Thompson, Fletcher, de Luna, Fleg, Pelliccia, Balady, Furlanello, Van Camp, Elosua, Chaitman & Bazzarre, 2001; Maron, Thompson, Puffer, McGrew, Strong, Douglas, Clark, Mitten, Crawford, Atkins, Driscoll & Epstein, 1996).
Pasos a Seguir para la
Estratificación de Riesgos Establecer los tipos de factores de riesgo. Una vez los posibles clientes hayan terminado de completar los cuestionarios de salud, lo próximo en agenda será determinar la cantidad de factores de riesgo del potencial participante. Para este propósito será de utilidad emplear la Tabla 14.
También, se requiere establecer las manifestaciones clínicas presentes en estos posibles participantes. En este caso, se requiere consultar la información provista en Tabla 15, la cual incorpora los principales signos o síntomas que se ajustan a un posible perfil clínico de un trastorno de salud de naturaleza cardiovascular, de tipo respiratoria o metabólica.
Constituir el estrato de riesgo para candidato. Para este tercer paso, se requiere concretar en cuál categoría, o nivel, de riesgo está ubicado el participante prospecto. Esto significa que, luego del análisis realizado en los pasos previos, se habrá de tomar la decisión si el cliente se encuentra en un riesgo bajo, moderado o alto. Bajo esta circunstancia, será necesario estudiar la información descrita en el Gráfico 33. Examen médico y prueba ergométrica de esfuerzo diagnóstica. En esta etapa, el especialista del ejercicio asumirá si es requerido que el cliente se someta a un examen médico o prueba de esfuerzo (supervisada o no supervisada). Se sugiere consultar el Gráfico 34 para poder completar este paso. Como observación, tales guías no son estrictas para aquellos clientes clasificados como riesgo bajo. No obstante, los datos obtenidos de una prueba ergométrica de esfuerzo ayudan a diseñar una prescripción de ejercicio segura y efectiva (DeSimone & Stenger, 2012). A raíz de la información derivada del Gráfico 34, se establece que el riesgo para acaecimientos de emergencias de naturaleza cardiovascular incrementa según, también, aumenta el nivel de intensidad del ejercicio o la actividad física. Esto es un asunto de importancia para ser considerado, pues afecta la seguridad de los participantes. Autorización médica. De ser necesario, el especialista del ejercicio le debe solicitar al candidato que lo evalúe un médico con el fin de establecer si éste puede, o no, puede ingresar al programa de ejercicio o actividad física. Un ejemplo de la autorización médica para la participación en el programa se encuentra en el Gráfico 35. Este es un referido a un profesional para el cuidado de la salud, de manera que el médico decida si el candidato se encuentra ápto para practicar ejercicios. Por el otro lado, el Gráfico 36 describe un formulario de divulgación, necesario que el médico autorice disponer de la información medica del cliente.
Referido médico. Cabe la posibilidad que sea necesario indicar al candidato que debe evaluarse con un médico previo a su participación en el programa (véase Gráfico 37).
Consentimiento informado y relevo de responsabilidad. Es saludable, principalmente desde el punto de vista legal, que el candidato prospecto cumplimente una hoja de consentimiento (véase Gráficos 38, 39, 40 y 41). En la misma, se requiere exponer los beneficios del programa de ejercicio, así como sus posibles complicaciones médicas. Una hoja similar puede ser administrada al cliente previo que incursione a una prueba de esfuerzo, o inclusive, para las evaluaciones de la aptitud física. Además, se recomienda que este posible participante llene una forma de asunción de riesgos por parte del viable candidato. Se sugiere que, antes de administrar esta hoja el cliente, la misma sea revisada por un profesional legal, tal como un abogado notario (véase Gráficos 42 y 43).
Realizar las pruebas de aptitud física. Por lo regular, una vez se haya procedido con la estratificación de los riesgos, y administrar los formularios legales oportunos, se formalizarán las evaluaciones dirigidas a medir los componentes de la aptitud física, enfatizando en aquellos relacionados con la salud. El protocolo sugerido para establecer la estratificación de riesgos, discutido arriba, el cual culmina con la identificación de los clientes que deben pasar por un examen médico riguroso o prueba de esfuerzo, se resume en la Tabla 16 (DeSimone & Stenger, 2010, pp. 17-19).
Curso de Acción Posterior a la
Estratificación de los Riesgos Si el candidato al programa solo desea incorporarse en un régimen de actividad física, con el uso de este cuestionario es suficiente para continuar en el programa. Posiblemente, lo que se requiera es cumplimentar una Forma de Consentimiento y una Hoja de Referido Médico, donde se autoriza al evaluado realizar las actividades físicas del programa. La Evaluación Médica: Examen Médico y Prueba de Esfuerzo Progresivo El examen médico consiste de una evaluación completa por parte de un profesional de la salud, comúnmente un médico. Mediante este examen, se habrá determinar si el factible participante se encuentre preparado para ingresar al programa de ejercicio o actividad física. Según fue discutido en párrafos anteriores, este requisito clínico lo determinará, principalmente, el análisis de los cuestionarios de salud y actividad física que fueron administrados al principio del protocolo para la evaluación de la salud y actividad física pre-actividad. Cuan cabal habrá de ser tal formalidad médica, dependerá de varios factores, como lo son: 1) la edad del viable candidato; 2) nivel inicial de aptitud física de la persona; 3) el historial médico que presente el mismo; 4) los factores de riesgo que posea para disturbios crónico-degenerativos, particularmente aquellos de tipo cardio-metabólicos y pulmonares; y 5) síntomas y signos indicativos de alguna patología degenerativa. No obstante, los requisitos fundamentales para un examen médico abarca una evaluación física y el historial médico (ACSM, 2014a, p. 31, 2014b, p. 172). ¿Quienes Requieren un Examen
Médico?
Indicaciones para un examen médico
Posterior al análisis y reflexión efectuada de la información recolectada del
historial médico y la evaluación física efectuada por el médico, y conjuntamente
con los las metas delineadas por el
potencial candidato, se tomará la decisión si es indicativo otros tipos de pruebas
diagnósticas. Las posibles evaluaciones clínicas adicionales que pueden
efectuarse incluyen: 1) pruebas ergométricas de esfuerzo progresivo, con, o sin,
el uso de modalidades de imagen nuclear (Ej: Tecnecio o Talio); 2) imagen de
resonancia magnética (MRI); 3) radiografías convencionales; 4) cateterización
cardiaca; y otras (ACSM, 2014b, p. 172)
Indicaciones para un Prueba Ergométrica de Esfuerzo Progresivo
Indicaciones para un Prueba Ergométrica de Esfuerzo Progresivo Supervisada Cuando se efectúen pruebas de ergométricas de esfuerzo progresivo en individuos clasificados como de alto riesgo, donde se encuentre en la vecindad de la instalación física un médico, tal evaluación de esfuerzo puede ser supervisada por cualquier profesional de salud que no sea un médico. Sin embargo, para que esta condición se pueda cumplir, es requisito que el profesional se encuentre debidamente certificado (o en entrenado) en pruebas de ejercicios clínicos. Por el otro lado, este nivel de supervisión médica varía para clientes estratificados como riesgo moderado. Bajo estos entornos clínicos, la supervisión de esta prueba de ejercicio puede llevarse a cabo con un personal adiestrado en pruebas de esfuerzo clínico. Ahora bien, la necesidad de estar disponible en los alrededores del edificio un médico, se encuentra influenciado por varios factores, que son: 1) políticas y circunstancias muy particulares del programa e instalación física; 2) el nivel de salud que se encuentra el prospecto participante; y 3) el grado de entrenamiento y experiencia que poseen los miembros que forman parte del laboratorio encargado de realizar estas pruebas (ACSM, 2014a, p. 33).
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al Principio: Evaluación de la Salud
PROTOCOLOS NECESARIOS PARA ESTABLECER LA Bajo este tópico se discutiran los procedimientos, e interpretación, a seguir para llevar a cabo las pruebas de aptitud física relacionadas con la salud. Se incluyen las pruebas ergométricas de tolerancia cardiorrespiratoria, es decir, las pruebas de esfuerzo progresivo, ya sea a intesidades submáximas o máximas. EVALUACIÓN DE LOS COMPONENTES DE LA APTITUD FÍSICA Objetivos ¿Para qué evaluamos la aptitud física? Como un médico, primero se examina al paciente y luego se prescribe. De la misma manera, debe hacer toda persona que quiera mejorar su nivel de aptitud física mediante un programa de ejercicio especializados. La meta principal de todo individuo es mejorar su bienestar total. En resumen, los objetivos de las pruebas de aptitud física son:
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al Principio: Pruebas de Ejercicio LA PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO Y DESARROLLO DE PROGRAMAS DE ACTIVIDAD FÍSICA
Los Componentes de la Prescripción de Ejercicio (La Dosis del Ejercicio)
Intensidad
La
intensidad recomendada, según el nivel de ejercicio practicado y la
clasificación de la aptitud aeróbica, se describe en la Tabla
7 (ACSM,
2010, p 166-167):
La siguiente tabla resume los diferentes métodos que se pueden emplear para establecer la intensidad del participante:
Un modelo de lo arriba se describe a continuación. Si el individuo obtuvo un
VOVO2máx de 35 ml • kg-1 • min-1, la capacidad funcional de éste sería 10 METs (35
ml • kg-1 • min-1 ÷ 3.5 ml • kg-1 • min-1 = 10). Podremos ahora calcular las zonas de
entrenamiento (intensidades de entrenamiento mínimas, promedio y máximas)
utilizando el resultado de esta prueba expresado en METs (10 METs); En otras
palabras, se determinará el MET de entrenamiento (METE) mínimo (METEmin),
promedio (METEprom) y máximo (METEmáx). La intensidad mínima de entrenamiento
sería el 40% de 10 METs, lo cual resulta ser 4 METs (METEmin = 10 METs X 0.40 =
4 METs); la intensidad promedio fluctúa entre 60% a 70% de 10 METS, o sea 6 ó 7
METs (METEprom =10 METs X 0.70 = 7 METs; METEprom = 10 METs X 0.80 = 8 METs); la
intensidad máxima es el 85% de 10 METs, esto, es, 8.5 METs (METEmáx = 10 METs X
0.85 = 8.5 METs). Por consiguiente, puesto que la intensidad promedio prescrita
para este individuo es de 6 a 7 METs, se deben incorporar actividades físicas/ejercicio
que fluctúen dentro de estos valores (Hanson, Giese & Corliss, 1980; Heyward,
1991). Diversas actividades se han clasificado a base de su costo energético
relativo (METs). Dependiendo de la intensidad prescrita (comúnmente entre 40 a
85% del MET máximo [METmáx]), se escogen las actividades físicas que prefiere el
participante.
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al Principio: Prescripción de Ejercicio
DESCRIPCIÓN, ETIOLOGÍA Y TRATAMIENTO
CONVENCIONAL DE Los.
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
En
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al Principio: Enfermedades Crónicas
EFECTOS MORFOFUNCIONES Y PSICOLÓGICOS
QUE RESULTAN DE LOS EJERCICOS AGUDOS Y CRÓNICOS Los.
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
En
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al Principio: Efectos del Ejercicio Agudo y Crónico
PLANIFICACIÓN Y DISEÑO DE PROGRAMAS DE
EJERCICIOS Y ACTIVIDAD FÍSICA PARA El objetivo de esta sección es proveer una experiencia de aplicación práctica concerniente al diseño de programas de ejercicios dirigido a poblaciones con enfermedades crónicas e incapacitantes, así como para aquellas que ameritan una atención especial (Ej: envejecientes, niños, mujeres embarazadas e individuos obesos). CONSIDERACIONES PRELIMINARES En el caso de las enfermedades crónicas, para cada una de éstas, primero se habrán de exponer los siguientes tópicos: 1) concepto/definición y categorías (tipos/clasificación); 2) epidemiología (frecuencia o incidencia); 3) etiología (causas) y patogenia, 4) patofisiología de la enfermedad (mecanismo fisiológico del problema de salud); 5) manifestaciones clínicas (signos y síntomas); 6) diagnóstico (pruebas de laboratorio, exámenes físicos, historial médico personal y familiar, cuadro clínico o características clínicas, y exámenes biológicos); 7) prognóstico (evolución de la enfermedad); 8) tratamiento (convencional [farmacológico, quirúrgico y modalidades terapéuticas, como terapia físca, psicológica y modificación del comportaiento, y alterno [acumpuntura, acupresión y otras); 9) historia natural de la enfermedad; 10) consideraciones especiales (complicaciones potenciales, monitoreo requerido, y educación que necesitan los pacientes). La segunda parte se encargará de discutir el componente que atañe al ejercicio y actividad física. Esto incluye la planificación y diseño del programa de ejercicio y actividad física A tales efecto, se procederá a describir los siguientes tópicos: 1) efectos del ejercicos físico, y actividad física, sobre la enfermedad (respuestas fisiologicas del ejercicio agudo, adaptaciones morfofuncionales ante el ejercico crónico o entrenamiento físico); 2) metas del programa; 3) pruebas de esfuerzo; 4)respuestas/interacción fisiológicas de los medicamentos durante el ejercicio agudo; 4) prescripción de ejercicio (tipo de ejercicio, intensidad, duración, frecuencia, progresión); 5) duración total del programa de rehabilitación (entrenamiento físico); 6) desglose de las sesiones de ejercicio (calentamiento, periodo de estímulo y enfriamiento); 7) seguimiento del participante luego de terminar el programa; 8) medidas de precausión y consideraciones especiales; 9) comentarios; y 10) programa para la modificación de comportamientos de riesgo que posea el participante). Para la prescripción de ejercicio de poblaciones que requieren atención especial, se habrá, en primera instancia, describir el perfil del grupo, lo cual incluye sus características morfofuncionales. Esto incluye el perfil antropométric, de composoción corporal y el funcionamiento típico de sus sistemas orgánicos (Ej: cardiovascular, pulmonar, neuromuscular, endocrinología/hormonal, reproductorio, óseo y otros). PLANIFICACIÓN OBJETIVA DEL PROGRAMA DE EJERCICIO Manejo del Ejercicio Orientado al Problema: Notas SOAP Introducción Se ha sugerido que el enfoque más efectivo para resolver los problemas de salud es mediante el uso de la técnica de "SOAP" (Moore, Robers, & Durstine, 2009, pp. 7-8). Las siglas del formato "SOAP" significan Subjetividad de la información, Objetividad al analizar la información, Avalúo y Plan de acción. Tal estrategia provee una logística, validada en el cámpo clinico, que permite manejar efectivamente la estructructuración de la prescripción de ejercicio en personas con enfermedades crónicas e incapacitantes. El modelo, el cual se concentra en el problema patológico, ayuda al especialista del ejercicio a diseñar, de una manera segura y exitosa, el programa de ejercicio y actividad físca. Además, este método permite que se puedan identificar a tiempo los problemas y necesidades particulares de cada caso, de manera que se efectúen las evaluaciones e intervenciones correspondientes durante un periodo de tiempo óptimo. Descripción y Ventajas El enfoque orientado al problema dispone de un algoritmo específico, el cual permite analizar, de una manera lógica y organizada, las variables complejas que se presentan al evaluar, y estudiar, las enfermedades crónicas y los mecanismos que intervienen para la planificación del programa de ejercicio. Este sistema provee un procedimiento efectivo para el seguimiento necesario de los participantes (Moore, Marsh, & Durstine, 2009, pp. 9-20). Componentes de: SOAP En los próximos párrafos se habrán de discutir los integrantes del formato empleado para tarabjar las enfermedades y la brogramación del ejercicio. Datos Subjetivos
Mediante un cuestionario de salud, el cual incluya un historial de actividad
física y ejercicio, es posible identificar los problemas médicos del potencial
participante. Esta información sirve de base para establecer los tipos de
evaluaciones médicas y de aptitud física que se requieren realizar. Ventajas del historial médico. El historial médico puede revelar los síntomas o quejas clínicas más recientes. Más aún, dicho historial habrá de indicar posibles disturbios médicos a nivel cardiaco, pulmonar, circulatorio, gastrointestinal, metabólico y de función neuromuscular. Además, es de suma importancia, en esta etapa, obtener información del historial de medicamentos y pruebas de esfuerzo realizadas. Datos Objetivos El próximo paso es analizar los datos colectados de la información subjetva. Por consiguiente, la información objetiva se obtiene a través los datos recogidos de las evaluaciones médicas (examen físico) y las pruebas de laboratorio. Tal estudio, ayuda a determinar los tipos de evaluaciones médicas (examinación física y pruebas de laboratorio), de aptitud física y de capacidades funcionales, que se deben realizar. Tales evaluaciones, habrán de confirmar, o descartar, las posibles causas de los síntomas expresados por el potencial participante. Entonces, la colección de dichos datos permite establecer las limitaciones patofisiológicas del cliente, de manera que se pueda inferir las posibles etiologías (causas), de haber alguna, de su pobre rendimiento al ejercicio, Tipos de Evaluaciones: Las posibles pruebas de aptitud física y ergométricas (pruebas de esfuerzo o de tolerancia cardiorrespiratoria) que se habrán de efectuar en los clientes se describen a continuación (para más detalle, véase el tema: Avalúo de la Salud y Pruebas de Aptitud Física Relacionadas con la Salud: Pruebas Ergométricas de Capacidad Funcional Máxima. Las pruebas de esfuerzo máximo pretenden evaluar la aptitud cardiorrespiratoria, o aeróbica, del individuo. En otras palabras, estas pruebas miden el consumo de oxígeno máximo. Tal variable puede ser determinada, o estimada, por medio de espirometría en circuito abierto o vía extrapolación de las variables potencia ergométrica y frecuencia cardiaca. Pruebas Ergométricas de Capacidad Submáximas. Estas evaluaciones estiman la capacidad del cliente para tolerar el ejercicio, a nivel submáximo, durante periodos prolongados. ENFERMEDADES DEL CORAZÓN En Puerto Rico, y en los Estados Unidos Continentales, la primera causa de muerte son las enfermedades del corazón (Lopategui, 2006, p. 22-24). Esta cirscunstancia amerita que se implemente medidas de intervención preventivas y terapéuticas. Por tal razón, es de gran importancia que el estudiante posea conocimiento teórico sobre esta patología y las destrezas para estructurar un programa de ejercicio y actividad física para esta poblacíón. Tal planificación forma parte del enforque terapéutico conocido como la rehabilitación cardiaca (ACSM, 2010, pp. 207-224; Swain & Ehrman, 2010, pp. 563-564; Visich & Fletcher, 2009, p. 291; Franklin, 2009, pp. 53-54; Swain & Leutholtz, 2007, pp. 116-117; Morales & Ribero, 2006, pp. 122-129). La prescripción de ejercicio dirigido a las enfermedades del corazón, dependerá del tipo de problema cardiaco que posea el paciente. Gran parte de las enfermedades del corazón se derivan de las cardiopatías coronarias (enfermedades en las arterias coronarias del corazón). Las cardiopatías coronarias resultan en diversas complicaciones miocárdicas, las cuales incluyen el infarto al miocardio, la angina pectoral e isquemia silente, y otras. En resumen, los problemas del corazón, y cirugías torácicas, que pueden poseer un enfoque terapéutico de movimiento (ejercicios y actividad física) (Durstine, Moore, Painter, & Roberts, 2009, pp. 49-125) se enumeran a continuación: 1) Infarto al miocardio 2) Revascularización: Cirugía de Injerto para Puente Aorto-Coronario y Angioplastía Coronaria Percutánea (o Intervención Percutánea de las Coronarias) 3) Angina pectoral e isquemia silente 4) Fibrilación atrial 5) Marcapasos 6) Enfermedad del corazón valvular 7) Fallo cardiaco crónico 8) Transplante del corazón 9) Hipertensión 10) Enfermedad periférica arterial 11) Aneurismas Epidemiología, Descripción y Concepto Epidemiología
Los disturbios cardiovasculares siguen siendo la prioridad, en el grupo de
enfermedades crónicas, que requieren la implementación de medidas de prevención
primaria, secundaria y terciaria. Esto se debe, como se mencionó
previamente, a que las enfermedades del corazón representan la causa principal
de las muertes en Puerto Rico y Estados Unidos Continentales.
Aproximadamente, más del 50% de todas las muertes son el resultado de este mal (Lopategui,
2006, p. 76). Descripción y Concepto Aterosclerosis: La aterosclerosis representa el proceso mediante el cual se depositan y acumulan sustancias grasas, incluyendo, placas amarillentas de colesterol y desechos celulares en las capas de las paredes interiores de las arterias. Estos depósitos de lípidos, y otras sustancias, se conoce con el nombre de ateroma. Como resultado, las paredes de tales vasos se engrosan y tornan fibróticas y calcificadas. Al endurecimiento de estas arterias se le asigna el nombre de arteriosclerosis. Esto da lugar a la disminución de su diámetro y a una deficiencia el riego sanguíneo arterial en dirección hacia los órganos vitales del organismo humano, especialmente al encéfalo y las extremidades inferiores (Lopategui, 2006, p. 521). Las lesiones ateromatosas constituyen una causa importante de la cardiopatía coronaria, angina de pecho, infarto de miocardio, y otros trastornos cardíacos y sistémicos (Lopategui, 2006, p. 522) (véase Gráfico 32).
Las Arterias Coronarias. Las arterias coronarias son la fuente única de irrigación sanguínea del músculo cardíaco (el miocardio) (véase Gráfico 30). Cualquier interferencia (oclusión) importante con el flujo sanguíneo a través de ellas puede trastornar el funcionamiento del miocardio, provocando inclusive la muerte súbita.
El Concepto de Aterosclerosis. Según fue discutido con anterioridad, la aterosclerosis es el proceso mediante el cual se depositan y acumulan sustancias grasas en las paredes interiores de las arterias. Si este proceso degenerativo continúa, las arterias se endurecen (arterosclerosis) y reducen su diámetro. Dicha enfermedad se conoce como cardiopatía coronaria, cuando las arterias del corazón son las afectadas. En esta etapa, la obstrucción de las arterias coronarias llega a un grado en que el suministro sanguíneo resulta insuficiente para satisfacer las necesidades del músculo del corazón (miocardio). Si dicho estrechamiento de las arterias coronarias se agrava, o si un coagulo de sangre (trombo) se desprende y se atasca dentro de una arteria muy estrecha, el corazón padecerá un infarto al miocardio, o sea, la muerte de una zona del músculo cardíaco (Lopategui, 2007, p. 77) (véase Tabla 1 y Gráfico 31, 32).
Factores de Riesgo para las Cardiopatías Coronarias. El trastorno aterosclerótico en las arterias coronarias, que suplen sangre y nutrientes a corazón, es el resultado de múltiples agentes causales, conocido como factores de riesgo (véase Gráfico 32). Algunos de esto factores no son controlables por el individuo; ejemplo: el sexo, la raza, edad, y los factores genéticos. Otros pueden ser modificados, de manera que sea posible reducir el riesgo para contraer una enfermedad coronaria.
Tratamiento Programa de Rehabilitación Cardiaca
Los pacientes que participan en el programa de ejercicio dirigidos a su
rehabilitación completa, requieren pasar por cuatros fases (ACSM, 2010, pp.
207-224; Swain & Leutholtz, 2007, pp. 116-117), que son: FASE I: HOSPITAL
El objetivo primordial de esta fase es educar al paciente y a la familia,
implementar acciones de ambulación y realizar ejercicios de bajo nivel. El
énfasis de la fase I es prevenir los efectos adversos al organismo humano que
resulta de estar recostado en la cama por un tiempo prolongado. Además, se
busca que el paciente pueda regresar, de manera funcional, a sus actividades
físicas cotidianas y ocupacionales que comúnmente llevaba a cabo antes de sufrir
la enfermedad (Fardy, Yanowitz, & Wilson, 1988, p. 303).
Prescripción de Ejercicio La cuantificación de la dosis de ejercicio para los pacientes que se encuentran en la Fase I debe de incluir los componentes comunes, que son: intensidad, tipo de ejercicio, duración, frecuencia y progresión (ACSM, 2014, pp. 239-240). Intensidad. La asignación recomendada de la intensidad para la rehabilitación cardiaca en pacientes que aún permanecen en el hospital es de un nivel bajo, posiblemente utilizando una percepción del esfuerzo (RPE) menor que 13 (algo fuerte). Otra alternativa es emplear la frecuencia cardiaca como variable para cuantificar la intensidad. En estas situaciones, específicamente luego de un infarto al miocardio, se sugiere emplear la regla de 20 latidos por minuto sobre sobre la frecuencia cardiaca en reposo de pie, sin execder los 120 latidos por minuto. Si el paciente tuvo una intervención quirúrgica en el corazón (Ej: se le practicó una operación de puente aorto-coronario), entonces, la guía sería 30 latidos por minuto sobre sobre la frecuencia cardiaca en reposo de pie (Swain & Leutholtz, 2007, p. 117). Tiempo. La Fase I se caracteriza por extenderse de 3 a 5 días. Comunmente, las actividades de movilización se realizan de manera intermitente. Se recomienda que los periodos de trabajo posean una duración de 3 a 5 minutos. Por el otro lado, se requiere que los intervalos de reposo sea menor que el tiempo de movilización, según tolere el paciente. La duración total para cada sesión de ejercicio es de 20 minutos (Swain & Leutholtz, 2007, p. 117). Frecuencia. La cantidad de veces que se aplican los ejercicios pretende prevenir la estasis y la coagulación de la sangre. Los ejercicios de movilización, para esta etapa, deben llevarse a cabo diariamente. La frecuencia inicial fluctúa de 3 a 4 veces por día. Posteriormente, la frecuencia mínima debe ser de 2 veces por día (Swain & Leutholtz, 2007, p. 117).
Tipo de Ejercicio.
Las actividades de movilización en la Fase I del porgrama de rehabilitación
cardiaca incuyen:
ACCIDENTES CEREBROVASCULARES Y LESIÓN EN LA MÉDULA ESPINAL
La literatura científica ha evidenciado una adaptación efectiva y segura tocante a la intervención de la actividad física (reducida intensidad) en pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular o lesión en la médula espinal posterior a 6 meses (Zehr, 2011). A tal intensidad, se ha establecido que el riesgo de sufrir algun evento clínico mortal es moderado. Se recomienda la autorización médica para ingresar a un programa de actividad física en aquellos participantes que han sufrido una apoplejía o trauma en el cordón espinal previo a 6 meses de estas emergencia médicas (Zehr, 2011).
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al Principio: Ejercicios para Enfermedades Crónicas y
Poblaciones Particulares Los.
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al Principio: Conclusión American College of Obstetrics and Gynecology
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