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Dr. Edgar Lopategui Corsino M.A., Fisiología del Ejercicio Ed.D., Liderazgo e Instrucción en la Educación a Distancia |
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
En este tópico se habrán de discutir los procedimientos evaluativos generales y específicos a seguir en el momento que se identifique una lesión, urgencia médica o enfermedad repentina. Estas acciones son importante, puesto que le permite al rescatador determinar la posible condición que pueda poseer la víctima, de manera que se ofrezca de forma precisa (identificación de la emergencia particular que afecta al accidentado) e inmediata los primeros auxilios.
Los primeros minutos, luego de reconocer la presencia de una emergencia, son los más críticos. Un rescatador eficiente debe ser capaz de rápidamente evaluar y determinar el problema principal que afecta al accidentado. De esto depende la pronta acción del tratamiento apropiado que se le pueda administrar a la víctima. Las condiciones de vida o muerte no pueden esperar. Además, el socorrista o primer respondiente (first responder) debe ser hábil en el reconocimiento y monitoreo constante de los signos vitales.
La examinación de la víctima se propone identificar y corregir (mediante la acción de los primeros auxilios apropiados) condiciones de vida o muerte, reconocer y tratar otros tipos de lesiones o condiciones médicas, e inmovilizar la víctima, manteniendo una observación contínua de sus signos y síntomas hasta que llegue personal médico/paramédico especializado (e.g., técnicos de emergencias médicas [TEM] o paramédicos). Sin una evaluación eficiente no se prodrá ofrecer una primera ayuda efectiva.
Según fue descrito en el primer capítulo de este libro, el primer paso evaluativo es llevar a cabo un examen general (mediante el contacto visual) corto (aproximadamente diez segundos) de la escena/ambiente o circunstancias que rodean la lesión o problema médico, en la cual se debe determinar si hay presente algún peligro inmediáto para el rescatador y la víctima, posibles claves que ayuden a identificar la causa de la lesión o condición médica, y el número de víctimas afectadas. Si el socorrista se encuentra en un vehículo, éste debe aparcarlo en el mejor lugar posible para proteger la escena y minimizar la obstrucción del tráfico. Recuerde, el rescatador debe tomar las medidas de seguridad pertinentes para prevenir el contagio de patógenos (microorganismos que ocasionan enfermedades) que inducen enfermedades de naturaleza infecciosa. Por ejemplo, se deben emplear guantes de nitrilo (comunmente son de color azul, evitar los de latex), antes de proceder con una evaluación que involucre el contacto físico con la víctima (ver Figura 1-4). Otras medidas han sido detalladas en el Capítulo 1.
En resumen, tenemos que durante esta evaluación general se debe: (a) determinar la presencia de cualquier peligro potencial para el socorrista o la víctima, (b) observar el ambiente y las condiciones bajo las cuales se ha encontrado la víctima para establecer el posible mecanismo de la lesión y (c) determinar la magnitud del accidente y el posible número de personas lesionadas. En las narrativas adyacentes se discute este enfoque.
Identificar Posibles Amenazas para el Rescatador y el Accidentado
Los posibles peligros para el socorrista incluyen los siguientes
En breve, para poder descartar peligros potenciales, siempre el primer respondiente debe preguntarse inicialmente: ¿la escena del accidente se encuentra segura y libre de peligros? ¿puedo controlar estos peligros? ¿Es necesario trasladar a la víctima a otro lugar seguro debido a los peligros inmediátos que la rodean?.
Una vez se identifique un área problemática, es decir, cualquier persona, objeto o lugar que pueda producir un problema de peligro para el socorrista, se debe decidir si se habrá de entrar en dicho ambiente hostil o esperar. Por ejemplo, en situaciones que involucran violencia doméstica con posible uso de armas peligrosas, posiblemente sea prudente alejarse de este ambiente y esperar que intervengan las fuerzas del orden (e.g., policías) (Jacobsen, 1997).
Inspeccionar La Escena y el Estado del Entorno Físico de la Emergencia e Instaurar la Causa Potencial de la Emergencia
Esto es vitar para poder administrar la ayuda apropiada. Así, se trata de indagar o elaborar alguna teoría sobre la causa de la lesión o naturaleza de la enfermedad (American Academy of Orthopaedic Surgeons [AAOS], American College of Emergency Physicians [ACEP], & Thygerson, 2022, p. 46). Por ejemplo, la manera en que el vehículo fue impactado (vea Tabla 2-1). El mecanismo de la condición se refiere a las fuerzas que causaron la lesión. Se debe preguntar: ¿Que factores circundantes pudieron haber causado la lesión? Se requiere considerar el tipo de fuerza, su intensidad y dirección, y el área en donde se haya la víctima. Por ejemplo, el "first responder" se puede preguntar: "¿la víctima se cayó de una escalera?", "¿hubo fuego en el accidente?", "¿algo le cayó encima al accidentado?", "¿la columna dorsal de la víctima fue afectada durante el accidente de transito?" Más tarde, la naturaleza de la lesión puede también puede ser] confirmada por medio de los curiosos u observadores que presenciaron la acción del accidente. Además, si los observadores conocen a la víctima, éstos pueden indicarle al rescatador los posibles problemas médicos (e.g., hipertensión arterial, diabetes, entre otros) y alergias que posee el accidentado. Esto ayudaría en la identificación de la causa y condición que pueda poseer el accidentado.
Tabla 2-1
ELEMENTOS OBSERVADOS |
POSIBLE
MECANISMO
DE LA LESIÓN |
Alta temperatura y humedad | Choque por calor, condiciones producidas por el calor |
Guía del automóvil aplastado | Lesiones torácicas o hemorragia interna severa |
Bolsa de aire del guía abierta frente al rostro | Quemadura de fricción. En niños, posible lesión espina cervical |
Panel de instrumentos ("dashboard") roto o magullado | Lesiones faciales, fracturas craneales, o lesiones en el cuello |
Cinturon de seguridad fíjo alrededor de la víctima | Lesiones abdominales inferiores, fractura pélvica, fractura espinal |
Botellas de licores | Intoxicación por alcohol |
Envases de drogas/medicamentos | Abuso de drogas, sobredosis de drogas, intento de suicidio |
NOTA. Adaptado de: First Aid and Emergency Care Workbook, 2da ed.; (p. 18) por B. Q. Hafen, & K. L. Karren, 1980, Denver, Colorado: Morton Publishing Company, Derechos reservados 1980 por Colorado: Morton Publishing Company. |
No. Paso | ACCION/EJECUCIÓN | COMENTARIOS |
1 | Evaluación General Escena de la Lesión: 10 segundos | Determinar: (1) Peligros para rescatador y víctima, (2) Mecanismo y (3) Número víctimas involucradas |
2 | Identificarse | "Yo estoy certificado en medidas básicas de Primeros Auxilios" |
3 | Solicitar consentimiento | "Yo estoy aqui para ayudarlo
¿me permite hacerlo?" |
4 | Verificar el estado de consciencia/impasibilidad | Sacudiendo con cuidado los hombros, gritar: "¿Estas Bien?" |
5 | Si la víctima no responde, Pedir ayuda y activar el Sistema de Emergencias Médicas | "¡Auxilio!, tú el de la camisa amarilla, llama al 9-1-1" |
6 | Si la víctima se encuentra
boca abajo,
rodar la persona boca arriba |
► Estabilizar cabeza y cuello
► Mover en una sola unidad |
7 | A : Abrir - vía de aire | Utilizar técnica:
Sin
daño cervical:
► Levantar la barbilla e inclinar la
Utilizar técnica: Con daño cervical: ► Tracción
de la mandíbula
|
8 | B: Boca - Cotejar si respira | Escuchar, Sentir, Ver
y Oler
de 3 a 5 segundos. |
9 | B: Boca - Si no respira: Administrar 2
ventilaciones profundas y completas |
1½ a 2 segundos por cada ventilación |
10 | C: Circulación - Verificar el pulso
(carótido en adultos y niños, y la braquial en infantes) |
Cotejar durante 5 a 10 segundos |
11 | H : Hemorragia - Verificar sangrado severo | Inspeccionar/palpar víctima |
12 | S : Shock - Verificar la presencia de shock | Identificar signos y síntomas |
13 | E:
Espina Cervical - Evaluar
cuello/cervical |
►
Coteje por fractura espina
cervical:
• Inmovilizar cuello (collar cervical) ►
Observar por venas
|
14 | I: Incapacidad - Evaluar daño en el SNC | ►
Evaluación neurológica
► Nivel de consciencia |
15 | Después de haber descartado cualquier otra condición de vida o muerte, proceder con la evaluación secundaria | Historial, signos vitales, examen físico |
Estimar la Magnitud de la Emergencia y la Cantidad de Víctimas
Se sugiere que el socorrista se identifique en la presencia de cualquier curioso/espectador. Por ejemplo, éste puede decir: "Yo soy un socorrita entrenado en cuidados básicos de primeros auxilios". Si la víctima se encuentra consciente, se debe pedir el consentimiento para ofrecer el cuidado inmediáto que se necesite. Por ejemplo, puede decir: "Yo estoy aqui para ayudarlo ¿me permite hacerlo?". En aquellos casos donde el accidentado es un menor de edad (e.g., infante o niño), el permiso o consentimiento se le pide al adulto responsable de la supervisión de ese menor (e.g., los padres). Para obtener el consentimiento de la víctima o de sus padres (en menores), el auxiliador debe de informarle quien uno es, el nivel de entrenamiento que posee, y que es lo que el socorrista quiere hacerle a la persona afectada. Por lo tanto, en presencia de la víctima o supervisor inmediáto, el rescatador puede informar lo siguiente: "Yo soy fulano tal y tengo entrenamiento básico en primeros auxilios, ¿puedo examinarte". En este sentido, es importante establecer simpatía y ganar la confianza de la víctima consciente. El rescatador debe ser atento, cortés, amable y amistoso conforme se presente a la víctima. Se recomienda:
Si se encontró al accidentado tirado en el suelo, se debe primero determinar el estado de consciencia de éste (nivel de impasibilidad). Para esto, el rescatador debe sacudir con cuidado (no brúscamente) los hombros de la víctima y gritarle "¡estas bien!". Si no hay respuesta del accidentado, será imperante pedir ayuda, de manera que se active de inmediáto el Sistema de Emergencias Médicas.
Siguiendo esta evaluación inicial, mientras el socorrista/rescatador se presente a la víctima, se recomienda:
Después
de haber descartado cualquier otra condición de vida o muerte, el
rescatador debe proseguir con un examen secundario de la
víctima (véase Figura 2-2), el cual involucra el historial,
signos vitales y una evaluación sistemática (comunmente desde
la cabeza hasta los piés de la víctima) buscando por signos
y síntomas que indiquen posibles condiciones traumáticas
o que explique la enfermedad súbita que sufrió la persona.
La Tabla 2-2, resume los pasos generales iniciales para la inmediáta
y correcta evaluación de la víctima.
Consideraciones Generales
El propósito de la evaluación primaria es buscar condiciones que representan una amenaza inmediáta a la vida del accidentado y ofrecer el tratamiento correspondiente. Como fue mencionado previamente, las condiciones de vida o muerte que requieren atención inmediáta son, a saber: paro respiratorio, fallo circulatorio, hemorragia descontrolada, shock severo, envenenamiento (amenazando la vida), entre otras. Por consiguiente, al llegar a la escena del incidente, el rescatador deberá determinar la magnitud del problema, y establecer la presencia de condiciones de vida o muerte, administrando los primeros auxilios inmediátamente de encontrarse alguna. El reconocimiento de estas condiciones que constituyen una amezaza a la vida de la víctima se lleva a cabo de forma simultánea. Por ejemplo, usualmente se evalúa primero el estado de la respiración en el accidentado, no obstante, si se observa en primer instancia una hemorragia severa, ésta debe ser tratada inmediátamente.
Examinación por Condiciones de Vida o Muerte
Estado de Consciencia.
Según fue descrito en párrrafos anteriores, se deberá determinar si la víctima se encuentra inconsciente, es decir, determinar impasibilidad:
Evalúa la Respiración
La falta de oxígeno por más de seis minutos puede inducir daño irreversible en el tejido cerebral, de manera que es imperante una pronta evaluación de la respiración. Espere de 3 a 5 segundos para asegurarnos la presencia o ausencia de la respiración. Si la víctima no respira, se administran dos ventilaciones de 1½ a 2 segundos cada uno (véase Figura 2-6). Luego se determina la presencia o ausencia del pulso. De no haber pulso, se procederá a aplicar las medidas básicas de resucitación cardiopulmonar (RCP o CPR, siglas en inglés), una combinación de compresiones cardíacas externas con respiración artificial (véase Capítulo 3). Por otro, si la víctima posee un pulso pero no respira, el socorrista deberá administrar respiración de rescate. En adultos (mayor de 8 años) se administra una ventilación cada cinco a seis segundos. En niños (de 1 a 8 años) e infantes (de 0 a 1 año), se aplica una ventilación cada tres segundos. El primer paso para determinar si respira o no el accidentado es abrir la vía respiatoria. Esto se conoce como el paso A del ABC (véase Tabla 2-3 y Figuras 2-3, y 2-4). Un reconocmiento importante antes de abrir la vía respiratoria es determinar la posibilidad de daño en la espina cervical. En estas situaciones, se deberá emplear la tracción de la mandíbula modificada o la tracción de la mandíbula (vea Figura 2-5). En resumen, tenemos:
Evalúa la Circulación
Siguiendo con el paso C del ABC, tenemos que el rescatador deberá determinar si la víctima posee o no un pulso (ver Figura 2-7). En adultos y niños, el pulso se determina en la arteria carótida. La examinación del pulso en infantes se realiza palpando la arteria braquial (o humeral). Para asegurarnos un diagnóstico preciso durante la palpación del pulso, espere de 5 a 10 segundos. Por lo regular, si el accidentado no posee un pulso, habrá también ausencia de respiración. En estos casos, se procederá a efectuar el CPR.
Observa por Hemorragia.
Otra prioridad es determinar la presencia de hemorragias. La pérdida de más de cinco litros de sangre puede causar la muerte. Por consiguiente, es imperante reconocer lo más rapidamente posible las hemorragias y aplicar sin demora la primera ayuda cunado éstas se localizan:
Durante la condición de shock, existe una deficiencia en la provisión de sangre y oxígeno hacia los tejidos/órganos vitales del organismo. Cualquier tipo de trauma físico o psicológico puede inducir un estado de shock. Por consiguiente, siempre evalúe por posible shock en todas las emergencias médicas o lesiones y ofrezca el tramamiento apropiado. Por ejemplo, asegure una vía de aire abierta (y la respiración), mantenga la circulación (e. g., mediante CPR), controle las hemorragias, mantenga la temperatura del cuerpo, y suba las piernas (fascilita el retorno venoso y flujo sanguíneo hacia el cerebro y el corazón). Si el shock no se trata a tiempo puede ser mortal:
El rescatador debe examinar el área del cuello. Se deberá determinar la posiblidad de daño en la médula espinal del cuello (véase Figura 2-8 y Figura 2-9), en cuyo caso éste debe ser inmovilizada (vea Figura 2-10).
Además, se debe llevar
a cabo un reconocimiento visual y manual por la presencia de
venas distendidas/dilatadas,
aplanadas,
y tráquea desviada. Coteje las
venas yugulares externas,
las cuales se extienden hasta la clavícula en ambos lados del cuello
(ver Figura 2-11). Determine si se encuentran distendidas.
Las
venas
distendidas en el cuello son buenos indicadores de
shock obstructivo
y fallo cardíaco (Henry & Stapleton, 1997, pp. 312-313), particularmente
representan una manifestación de neumotorax a tensión
y de tamponada cardíaca. Por otro lado, las
venas aplanadas
se observan en el hemotorax (junto a otros signos, tales como shock,
matidez en el examen de percusión, entre otros). Coteje por
desviaciones
en la tráquea (ver Figura 2-12) hacia cualquier
lado del cuello y el desarrollo de enfisema subcutáneo
(aire debajo de la piel). Estos representan signos de posible lesión
en las vías respiratorias o pecho (Henry & Stapleton, 1997,
p. 216). La traquea desviada (orientada opuesto al trauma) también
es un signo de neumotorax a tensión. Estas condiciones pueden
causar en cualquier momento la muerte repentina de la víctima, de
manera que requieren ayuda médica especializada lo más pronto
posible.
Evaluar por Posible Incapacidad
Durante la evaluación primaria es crucial determinar si existe algun daño a nivel del sistema nervioso central (SNC), el cual se compone del cerebro y la médula espinal (ver Figura 2-1). Comunmente puede haber una lesión en el SNC en aquellos accidentes que involucran un a caída, colisiones de automóviles, entre otros. Como regla general, en toda lesión/accidente que ocasione un trauma craneal, siempre asuma una lesión en la columna vertebral (con daño en el cordón espinal), a menos que se pruebe lo contrario. Para determinar la posibilidad de lesión en el SNC/espina dorsal, el rescatador deberá efectuar los siguientes procedimientos evaluativos:
RESPONDIENTE (Habla) | CARACTERERÍSTICAS |
Alerta y Orientado | Responde a Estímulos Verbales o Físicos. Conoce: ¿Quién?, ¿Dónde?, y ¿Qué? |
Desorientado y Confundido | Puede Responder a Estímulos Verbales o Físicos, pero no Conoce Quien, Donde o Que |
NO RESPONDE (No Habla) | CARACTERÍSTICAS |
Estuporoso pero puede Despertar | Puede Responder Temporeramente a Estímulos Verbales o Físicos |
Inconsciente | Responde solo a Estímulos Físicos |
Comatoso | Respira y posee Pulso pero no Responde a Estímulos Verbales o Físicos |
Paro Respiratorio | Ausencia de Respiración, pero Posee un Pulso |
Paro Cardíaco | No Respira ni Tiene Pulso |
NOTA. Adaptado de: Medic First Aid: Medical Emergency Manual, 6ta. ed.; (p. 9) por Emergency Medical Planning America, 1991, Eugene, Oregon: EMP. Derechos Reservados 1991 por Emergency Medical Planning America. |
Nunca mueva una víctima con lesión en la columna vertebral, particularmente con lesión en la espina cervical. En esta situaciones, se procede a inmovilizar el cuello con un collar cervical (ver Figura 2-10). Si no se posee este collar se puede emplear algun tipo de material improvisado (manta, camisa, toalla, entre otros) que puede temporeramente estabilizar el cuello.
En resumen, en aquellos accidentados con daño en la espina dorsal:
Reumen - Tablas
En resumen, el reconocimiento primario determina el nivel de consciencia o impasibilidad del accidentado, la presencia o ausencia del la respiración, si posee un pulso o se encuentra ausente, hemmorragias evidentes, posible shock, y la evaluación del sistema nervioso central (SNC) para cotejar posible daño cerebral y en la médula espinal. (ver Tabla 2-4a, Tabla 2-4b y 2-5).
Tabla 2-4b
Resumen de la Evaluación Primaria
Table 2-5
Pasos a Siguir en la Evaluación Primaria
Consideraciones Generales
Si aún no han llegado
los paramédicos o técnicos de emergencias médicas,
es responsabilidad del primer respondiente de efectuar un
reconocimiento secundario. La evaluación secundaria se inicia luego
de haber evaluado (y tratado) toda condición de vida o muerte. El propósito de esta fase evaluativa es poder
determinar otros tipos
de lesiones/traumas o enfermedades que pueda poseer el accidentado. Usualmente,
estas condiciones no representan peligro inmediáto para la vida
de la víctima; no obstante, si no se administran los primeros auxilios
correspondientes pueden convertirse en una emergencia de vida o muerte.
La evaluación secundaria se divide en tres etapas fundamentales,
a saber: el historial,
signos vitales y
examinación cefalo-caudal
(desde la cabeza hasta los pies) (ver Tabla 2-7). Un buen
historias/entrevista ayuda al rescatador dirigir un mejor y más
efectivo examen físico (cefalo-caudal).
Durante la evaluación secundaria, el socorrista debe de llevar a cabo otra evaluación general de la escena de emergencia en busca de nuevos peligros potenciales. Posiblemente el rescatador le dedicó un tiempo considerable a la evaluación y tratamiento de las condiciones de vida o muerte que afectaron a la víctima, de manera que durante ese lapso de tiempo pueden haber surgido otros peligros que no conoce el socorrista. Por ejemplo, una escena de emergencia que incicialmente hubo un escape de insignificante de sustancias inflamables o tóxicas, pueden ahora convertirse en un derrame significativo con el potencial de amenazar peligrosamenta la vida del rescatador, la víctima (o víctimas) y a los curiosos. Recuerde, la documentación es importante, de manera que registre toda la información adquirida durante esta evaluación. Si se encuentra ocupado con la víctima, reclute a un curioso para que le ayude. El rescatador debe tener mucho cuidado de no mover innecesariamente a la víctima, particularmente si se sospecha daño en el cordón espinal. Una vez más, puede solicitar ayuda de los observadores para que mantengan inmovilizado al accidentado, especialmente en la espina cervical.
Historial/Entrevista Subjetiva
El historial es un relato del accidentado sobre eventos/condiciones, o manifestaciones, significantes vinculados con la emergencia actual, lo cual ayuda al rescatador a tener una mejor idea de lo que tiene la víctima (su posible condición actual), de manera que se pueda ofrecer la apropiada primera ayuda. Representa una conversación entre el accidentado y el socorrista que intenta conseguir información sobre cómo ocurrió el acidente o se inició la enfermedad. El historial se obtiene mediante una entrevista con la víctima. Si ésta se encuentra inconsciente, entonces se entrevistan a sus familiares o amigos. Más aún, un observador que presenció el accidente o enfermedad repentina puede ofrecer valiosa información al rescatador. Mediante la entrevista, el rescatador reune información valiosa mediante el uso de preguntas específicas y escuchando al accidentado. El historial o entrevista con el accidentado proporciona algunas claves sobre las posibles lesiones, confirma sospechas de enfermedades (e.g., diabetes) o enfermedad cardíaca.
Esta entrevista se inicia inmediátamente que el rescatador encuentra a una víctima consciente en la escena del accidente/lesión. Comunmente se comienza luego del examen primario, pero en ocasiones (dependiendo de la situación en particular) puede realizarse simultáneamente con el examen físico. La entrevista no solo sirve para indagar sobre las posibles manifestaciones o condición de la persona afectada, sino también para llevar a cabo un diálogo que ayude a calmar emocionalmente al accidentado. El historial comienza preguntándle al accidentado sobre su queja o síntoma principal, seguido de una entrevista secuencial. Un síntoma es algo que la víctima nos puede decir sobre su condición, es decir, todo aquello que siente y padece ésta. Por consiguiente, los síntomas solo pueden ser obtenidos mediante la información que nos ofresca la persona afectada, de manera que son indicaciones o señales subjetivas. Por ejemplo, la víctima nos puede informar que tiene naúsea, tiene la visión borrosa, experimenta siente dolor en la espalda, no siente sus extremidades, esta mareada, entre otras.
Antes de la entrevista, observe lo siguiente:
Tabla 2-8b
Historial/Entrevista
Entrevista
La entrevista comienza presentadose el rescatador a la víctima o a los observadores. Recuerde, se requiere primero pedir el consentimiento para comenzar este proceso evaluativo. Ofrezca apoyo emocional y demuestre seguridad/confianza al accidentado. Se recomienta hacer contacto visual y tactil con la persona afectada. Una palmadita sobre el hombro, cogerle las manos ayudan a tranquilizar a la víctima. A continuación, pregúntele al accidentado sobre su queja principal (síntomas), tales como dolor, mareo, entre otros. Por ejemplo, la víctima puede describir su queja principal como sigue: "yo tengo un dolor de pecho", "tengo una fatiga que no me deja respirar", "la cabeza me quiere explotar con este dolor de cabeza". En ocasiones, la condición es obvia, por ejemplo, un hemorragia a la vista (signo). Mucho cuidado se debe tener de no poner palabras en la boca del accidentado. Se deben evitar preguntas que se contesten con un "sí" o un "no". Tome nota mientras atentamente escuche el relato de la víctima. Más aún, evite repetir las preguntas, puesto que las víctimas bajo un estado de ansiedad o distrés no se encuentran muy motivadas de contestar estas preguntas.
Tabla 2-9b
Historial/Entrevista: Síntoma o Queja Principal
Para obtener más información, el socorrista le puede preguntar a la víctima lo siguiente: (a) ¿qué fue lo que sucedió?, (b) ¿sientes algún dolor en tu cuerpo?, (c) ¿eres alérgico a alguna alimento, medicamento, sustancia u objeto?, (d) ¿padeces de alguna enfermedad? (e) ¿te encuentra actuamente tomando medicamentos?, (f) ¿posees algun tipo de identificación o símbolo médico? (ver Figura 2-13), (g) ¿puedes mover tus brazos, piernas o dedos de la mano y pie? Esta última pregunta provee información sobre el estado del sistema nervioso central del accidentado. Si éste no puede mover estos segmento corporales, se debe sospechar daño a la médula espinal.
En resumen, una vez el rescatador conozca la queja principal de la víctima, se debe indagar más sobre otras condiciones, tales como: (a) posibles problemas médicos relacionado con la emergencia actual (i.e., el historial médico); (b) alergias y medicamentos actuales que ayuden al diagnóstico y a prevenir la administración de medicamentos contraindicados (buscar por identificaciones de "medic-alert"); (c) alimentos/bebidas que se han consumido previamente, dato importante en caso que se requiera intervención quirúrgica, y puede arrojar evidencia sobre posible envenenamiento (preguntar por la hora en que se ingerió, cantidad, tipo, y si fue sólida o líquida); (d) eventos previos a la emergencia que sean relevantes a la situación presente; (e) dolores que se perciben, cuándo se iniciaron, lugar específico (y hacia dónde se irradia) e intensidad/severidad del dolor, calidad del dolor (¿como siente y describe el dolor el accidentado?) y qué condiciones lo detienen/alivian (ver Tabla 2-8 y 2-9).
Resumiendo, se recomienda que durante el historial/entrevista el rescatador:
Evaluación de los Signos Vitales
Un signo representa algo que el rescatador puede observar escuchar, sentir/palpar, olfatear de la víctima. Involucra el uso de los sentidos del rescatador para poder determinar el problema que tiene el accidentado, de manera que los signos son señales objetivas. Por ejemplo, se puede sentir caliente el cuerpo del accidentado, observar un estado de palidez en éste, no sentir/escuchar la respiración, entre otras manifestaciones. Los signos vitales (conjuntamenta con el historial y examen físico) proveen valiosa información sobre el estado actual del accidentado, de manera que el rescatador pueda administrar los primeros auxilios correspondientes. Por otro lado, los signos vitales representan mediciones/evaluaciones sobre las funciones vitales (de vida) del organismo y son buenos indicadores sobre condiciones anormales. Los signos vitales incluyen la respiración, el pulso, presión arterial, y temperatura. La presión arterial es una medida que requiere un adiestramiento especial y equipo específico (esfignomanómetro), de manera que no estará incluída en ésta sección.
La medición y registro
de los signos vitales será de gran valor para los técnicos
de emergencias médicas y los médicos en las salas de emergencia,
puede sirvir de base para comenzar con el tratamiento específico,
tal como terapia con oxígeno, ventilación, manejo de shock,
entre otros. La interpretación
de los signos vitales se realiza tomando como base los valores normales
de éstos. Por ejemplo, la frecuencia respiratoria normal se encuentra
entre 12 a 24 respiraciones por minuto en adultos, de manera que cualquier
valor fuera de esto se considera anormal. Además, se debe considerar
también las situaciones y variables particulares de la emergencia,
tales como estrés, ansiedad, edad de la víctima, y medicamentos,
puesto que pueden alterar el valor nornal o esperado del signo vital.
Respiración
Una respiración normal se caracteriza por ser cómoda, con
un leve levantamiento del abdomen y pared torácica (pecho), sin
la intervención de músculos accesorios. Durante la evaluación
de la respiración se deben considerar los siguientes factores: (1)
frecuencia, (2) profundidad, (3) patrón y (4) sonidos respiratorios. La
frecuencia respiratoria
representa el número de respiraciones (ciclos de inhalación
y exhalación) en reposo durante un minuto. Es un índice
sobre el tiempo que tarda el intercambio de gases a nivel de los alveolos
pulmonares. Nos indica si la respiración es normal, rápida
o lenta. Para determinar la frecuencia respiratoria, el rescatador debe
colocarse en un lado de la víctima, con una visión clara
del pecho. Cuente el número de veces que sube y baja el margen del
pecho durante 15 o 30 segundos. Para convertirlo en respiraciones por minuto,
multiplique el valor resultante por 4 si se tomó en 15 segundo,
o por 2 se se registró en 30 segundos. Por ejemplo, si se contabilizaron
4 subidas del pecho durante15 segundos, entonces la víctima posee
una frecuencia respiratiria de 16 respiracines por minuto (4 X 4 = 16 respiraciones/min.). Comunmente la frecuencia respiratoria nomal puede fluctuar entre 12 y 20
respiraciones/minuto en el adulto. En niños, la frecuencia respiratoria
es más alta (ver Tabla 2-11). Existe una variedad
de respiraciones anormales, cada una con un nómbre específico
que la identifica (vea Tabla 2-10). Por ejemplo, una frecuencia
respiratoria mayor de 24 resp./min se conoce como taquipnea. Por otro lado, una frecuencia respiratoria menor de 10 resp/min se le da
el nombre de bradipnea.
La calidad de las respiraciones nos indican si la víctima posee dificultades respiratorias, si padece de una condición crónica de obstrucción respiratoria, entre otras posibilidades. Cuando se evalúa la calidad de la respiración se determina si es normal, forzada o jadeante, superficial o profunda, y sofocante. Por ejemplo, las respiraciones poco profunadas (superficiales) y rápidas pueden indicar shock, agotamiento por calor, hemorragia, shock de insulina, y condiciones cardíacas (e.g., fallo cardíaco). Por otro lado, las respiraciones profundas, entrecortadas/jadeante y aquellas realizadas con esfuerzo pueden representar manifestaciones de obstrucción en la vía respiratoria, lesión en el pecho, insuficiencia cardíaca/enfermedad del corazón, hipertensión, asma, coma diabética, y dolor. Se deben observar otros signos vinculados con problemas pulmonares. Si se detecta sangre espumosa en la nariz y boca, con toz, se debe sospechar daño pulmonar, posiblemente causado por fractures de las costillas, objetos penetrantes o por cuerpos extraños (balas); edema pulmonar; y contusión pulmonar severa (ver Tabla 2-12). Durante la evaluación de la respiración, se pueden escuchar ciertos sonidos respiratorios particulares (anormales). Estos sonidos comunmente indican algun tipo de obstrucción en las vías respiratorias superiores o inferiores (ver Tabla 2-12 y Tabla 2-13).
EDAD |
FRECUENCIA
RESPIRATORIA
(resp./min.) |
Recien Nacido | 40-60 |
1 año | 30-40 |
3 años | 25-30 |
5 años | 20-25 |
7 años | 20-25 |
10 años | 15-20 |
15 años | 15-20 |
Adulto | 12-20 |
NOTA. Adaptado de: "Emergency Cardiac Care: New Pediadric Guidelines", por R. K. Keddington, 1994, RN, 57(5), pp. 44-51. |
Table 2-12
Variaciones en la Frecuencia, Calidad y Sonidos de la Respiración
con sus Posibles Condiciones Médicas Asociadas
CALIDAD/OBSERVACIÓN DE LAS RESPIRACIONES | POSIBLE CAUSA/CONDICIÓN |
Profundas, entrecortadas y con esfuerzo/dificultosas | Obstrución de la vías respiratorias, asma, enfermedades cardíacas (e.g., insuficiencia cardíaca, ataque cardíaco), enferemdad pulmonar, lesión torácica (pecho), daño pulmonar por el calor, emergencia diabética (e.g., coma diabético) |
Rápida y poco profundas | Shock, hemorragia, condiciones cardíacas, condiciones relacionadas con el calor (e.g., choque por calor), emergencia diabética (e.g., choque insulínico), fallo cardíaco, neumonia |
Respiraciones lentas | Lesión en la cabeza, apoplejía, lesión en el pecho, abuso de ciertas drogas |
Resollando (como un pitillo), respiraciones dolorosas, difíciles, fatigadas | Asma, enfisema, obstrucción de la vía respiratoria, fallo cardíco, disnea (respiración dificultosa) |
Dificultad respiratoria en decúbito (acostado) | Insuficiencia cardíaca |
Respiración con estertores (ronquidos) | Apoplejía, fractura craneal, intoxicación con drogas o alcohol, obstrucción parcial de la vía respiratoria |
Respiraciones estertorosas o borboteo/gorgeo (como si las inspiraciones pasaran a través del agua) | Obstrucción de la vía respiratoria, enfermedad pulmonar, lesión pulmonar ocasionado por el calor, materias extrañas en la garganta, edema pulmonar (líquido en los pulmones) |
Cacareo (sonidos como que emiten las aves) | Obstrucción de la vía respiratoria, lesión en la vía respiratoria ocasionada por el calor, espasmos en la laringe |
Ausencia temporera de la respiración | Anoxia (falta de oxígeno) |
Ausencia respiratoria | Para respiratorio |
Sangre de aspecto espumoso el la nariz y boca, tosiendo sangre | Lesiones pulmonares/en el pecho, costillas fracturadas, heridas punzantes (u objetos extraños) en el pulmón (e.g., cuchillos, balas), lesiones internas, contusiones pulmonares severas, edema pulmonar (fallo cardíaco agudo) |
Tabla 2-13
Sonidos Respiratorios que pueden Escucharse Durante
la Evaluación de los Signos Vitales
Pulso
El pulso representa
la expansión y contracción alternada de la arteria que
resulta de la propulsión sanguínea rítmica con cada
latido del corazón. El pulso se determina al palpar una arteria
que pasa superficialmente (cerca de la piel) y comunmente sobre un hueso. Los criterios empleados para evaluar el pulso son, a saber: (1)
frecuencia,
(2) calidad, y (3)
rítmo. El pulso radial es el más
frecuentemente empleado para observar/evaluar estas funciones. La
frecuencia del pulso
puede ser determinada al contar el número de impulsos (o latidos)
en 15 ó 30 segundos, y luego se multiplica por 4 ó 2, respectivamente,
para convertirlo en latidos por minuto. Por ejemplo, si se determinaron
18 latidos en 15 segundos, la frecuencia del pulso sería el resultado
de la multiplicación de 18 por 4, i.e., 72 latidos/min. Un pulso
normal en adultos puede fluctuar de 60 a 80 impulsos o latidos por minuto,
siendo el promedio 72 lat/min. Comunmente, la frecuencia del pulso en infantes
y niño es más alta en comparación con los adultos
(ver Tabla 2-14). La frecuencia del pulso puede ser rápida
o lenta. Una frecuencia del pulso menor de 60 latidos por minuto se conoce
como bradicardia. Por otro lado, si la frecuencia del pulso
sobrepasa los 100 latidos por minuto, se dice que la víctima se
encuentra en taquicardia. Es importante aclarar que los
atletas
adultos comunmente poseen un pulso de bradicardia,
(i.e., bradicardia del deportista) es decir, menor de 60 latidos
por minuto. Los atletas que practican deportes que desarrollan tolerancia
cadiovascular o aeróbicos (e.g., carreras pedestres de larga distancia,
como lo son los maratones) pueden posee una frecuencia del
pulso que varíe de 30 a 40 latidos por minuto
(D’Souza, Sharma, & Boyett, 2015; McKelvie, 2022; Oakley, 2001).
EDAD |
FRECUENCIA
DEL PULSO (lat./min) |
Recien Nacido | 120-160 |
1 año | 80-140 |
3 años | 80-120 |
5 años | 70-115 |
7 años | 70-115 |
10 años | 70-115 |
15 años | 70-90 |
Adulto | 60-80 |
NOTA. Adaptado de: "Emergency Cardiac Care: New Pediadric Guidelines", por R. K. Keddington, 1994, RN, 57(5), pp. 44-51. |
La calidad del pulso puede ser normal, fuerte/palpitante o débil. En ciertas situaciones de emergencia el pulso puede ser tan débil que es imposible palparlo. Por ejemplo, en un estado de shock, no se puede registrar un pulso en las extremidades. En estos casos se recomienda monitorear el pulso desde la arteria carótida (localizada en el cuello).
El rítmo del pulso puede ser regular o irregular. El ritmo del pulso refleja la actividad sincrónica del marcapaso del corazón (nodo seno-atrial) y de su sistema de conducción eléctrico.
Ciertas patologías
se encuentran asociadas con alteraciones de los valores normales del pulso
(véase Tabla 2-15). Un pulso
rápido,
regular
y fuerte puede indicar pánico/pavor, miedo o aprensión,
choque por calor, hipertensión, y etapa inicial de una hemorragia. Por otro lado, un pulso rápido, regular y
débil se encuentra asociado
con un estado de, agotamiento por calor, coma diabética, y ú1tima
etapa de una hemorragia. Una apoplejía (derrame cerebral) y fractura
del cráneo (concusión) comunmente manifiestan un pulso lento
y fuerte. Obviamente, la asusencia de una pulso es indicativo de un paro
cardíaco que puede producir la muerte.
CALIDAD/OBSERVACIÓN
DEL PULSO |
POSIBLE CAUSA/CONDICIÓN |
Rápido, regular y lleno/fuerte | Esfuerzo físico o ejercicio, miedo o aprehensión, emergencia asociada al calor, hipertensión arterial (alta presión arterial), fiebre, etapa inicial de una hemorragia |
Rápido, regular y filiformes | Shock, emergencia asociada con el calor, emergencia diabética (e.g., coma diabética), fallo en el sistema circulatorio, etapa final de una hemorragia |
Lento y lleno/fuerte | Apoplejía, fractura craneal, daño cerebral |
Ausencia del Pulso | Paro cardíaco |
Temperatura
La temperatura es la cantidad de energía en la forma de calor que posee el cuerpo. Se mide comunmente en grados centígrados. Una temperatura normal puede fluctuar 98 y 100 ºF (36.7 ºC y 37.8 ºC) (ver Tabla 2-16). En el caso de los primeros respondiente (que no poseen el adiestramiento ni el equipo para una medición de la temperatura más sofisticada) se toma la temperatura de la piel a nivel de la frente (en la cabeza) del accidentado. Se debe sentir la temperatura de la piel con la parte trasera de la mano. Determine la calidad de la temperatura empleando los siguientes criterios: normal, caliente, fría. Además, determine si la piel se encuentra seca, húmeda o pegajosa.
VÍA |
GRADOS FAREINHEIT
(°F) |
GRADOS CENTIGRADOS
(°C) |
DURACIÓN
(minutos) |
Oral | 97.6 - 99.6 | 36.5 - 37.5 | 3 |
Rectal | 98.6 - 100.6 | 37.0 - 38.1 | 6 |
Axilar | 96.6 - 98.6 | 36.0 - 37.0 | 10 |
La Tabla 2-17 muestra
algunos de las condiciones vinculadas con la temperatura de la piel. Por
ejemplo, una piel fresca, húmeda y pegajosa puede estar asociado
con shock, hemorragia, agotamiento por calor, trauma, y estimulación
nerviosa. Si es fría y húmeda indica pérdida de calor
en el cuerpo. Cuando la piel se palpa fresca/fría y seca es comunmente
un signo de exposición excesiva al frío. Finalmente, una
piel caliente y seca se asocia con choque por calor y fiebre alta.
TEMPERATURA DE LA PIEL | POSIBLE CAUSA/CONDICIÓN |
Fresca/fría, húmeda y pegajosa | Shock, trauma, hemorragia, pérdida de calor del cuerpo, condición asociada al calor, estimulación nerviosa |
Fría y húmeda | Pérdida de calor en el cuerpo |
Fría y pegajosa | shock, ataque cardíaco, ansiedad |
Fría y seca | Exposición excesiva al frío |
Caliente y seca | Choque por calor, fiebre alta |
Caliente y húmeda | Infección |
Carne de gallina, escalofríos, castañear dientes, labios azulados y piel pálida | Paludismo, neumonía, dolor, miedo |
Presión Arterial
La
presión arterial (PA) representa la
fuerza motriz que mueve la sangre
a través de todo el sistema circulatorio. Esta medición la
toman los Técnicos de Emergencias Médicas. La Tabla 2-18
ilustra los valores normales de la presión arterial en infantes,
niños y adultos. La condiciones viculadas con los cambios anormales
en la presión arterial se describen en la Table 2-19.
EDAD |
PRESION ARTERIAL
(mm. Hg.) |
Recien Nacido | 80/40 |
1 año | 82/44 |
3 años | 86/50 |
5 años | 90/52 |
7 años | 94/54 |
10 años | 100/60 |
15 años | 110/64 |
Adulto | 120/80 |
NOTA. Adaptado de: "Emergency Cardiac Care: New Pediadric Guidelines", por R. K. Keddington, 1994, RN, 57(5), pp. 44-51. |
OBSERVACIÓN | POSIBLE CAUSA/CONDICIÓN |
Hipotensión (baja presión arterial) | Hemorragia descontrolada, ataque cardíaco, shock, daño viceral/órganos (la incapacidad de bombear la sangre con apropiada presión hacia los tejidos corporales resulta en una deficiencia del suministro de sanguíneo, oxígeno y nutrientes) |
Hipertensión (alta presión arterial) | Daño a los vasos sanguíneos arteriales |
Otros signos pueden ser evaluados durante esta fase, tales como el color de la piel y llenado capilar, reacción de las pupilas, nivel de consciencia, habilidad para moverse, reacción a la estimulación física. La evaluación de estos signos pueden repetirse durante el examen físico cefalocaudal en la evaluación secundaria.
Color de la Piel
En adultos, el color de la piel se evalúa a nivel de las uñas (o llema de los dedos), mucosa oral, y conjuntiva o párpado interno del ojo. En el caso de infantes y niños, se examina también las palmas de las manos y la planta de los pies. Colores anormales de la piel incluyen, a saber: palidez (indica probre perfusión o deficiencia circulatoria, cianótico (color azuloso-grisoso, lo cual indica una deficiencia en la concentración sanguínea del oxígeno o probre perfusión), ruboración/enrojecimiento (asociado a la exposición excesiva al calor o intoxicación con monoxido de carbono), e ictericia (color amarillenta de la piel, mucosas y conjuntivas causado por cifras elevadas de bilirrubina en la sangre; comunmnte se asocia con una enfermedad en el hígado).
En individuos que poseen piel de pigmentación oscura, se debe observar la lengua, labios, lados de las mejillas dentro de la boca, las uñas (o llema de los dedos), y la parte interna de los párpados. Comunmente estas áreas poseen un color rosado. Una persona con pigmentación oscura en estado de shock (con deficiencia de oxígeno o cianótica) evidencia una aspecto grisosa alrededor de la nariz y boca, la lengua y las lados de la mejilla dentro de la boca poseen un color azulado, y los labios y las uñas también tienen una apariencia azulada. Las palmas de la mano y párpados también resaltan este color azul. En aquellas circunstancia donde el shock se origina de una hemorragia, se podrá observar un color pálido, crisoso y ceroso en la lengua y en los lados de las mejillas dentro de la boca. El color rojo (ruborización) comunmente observado en personas con fiebre, podrá ser identificado en la punta de las orejas en estas víctimas con piel de pigmentación oscura..
Una técnica sencilla
empleada para cotejar el estado de oxigenación y circulación
de la víctima (e.g., la sangre perdida en una hemorragia) es el
llenado
capilar. El llenado capilar representa la habilidad del sistema
circulatorio de restaurar la sangre a los vasos sanguíneos capilares
luego de haber apretado la punta de los dedos (sus uñas). Esta
prueba es más confiables en los niños (menor de 6 años)
que en los adultos. La prueba mide el tiempo de retorno de la sangre
y el color observado cuando se carga de nuevo de sangre los capilares
de la uña. El llenado capilar no debe tardar más de dos segundos
y el color debe ser rosado. Si el color regresa color azul, la prueba se
invalida, puesto que indica que el llenado capilar proviene de las venas. En niños e infantes un llenado capilar normal tarde menos de dos
(2) segundos. Esta prueba se lleva a cabo en las uñas de las manos
y pies de la víctima. No obstante, si las uñas estan pintadas
o ausentes por las lesiones, se puede emplear la llema de los dedos para
estos mismos propósitos. Esta técnica consiste en pinchar
las uñas, de las mano o pies, del accidentado (colocando la uñas
de la víctima entre el pulgar y el dédo índice del
rescatador). En este momento las uñas se tornan pálidas/blancas,
debido a que la sangre de los capilares en la uña literalmente se
"exprime" o extrae fuera de éstos. Ahora se debe liberar la presión
sobre las uñas. Se cuentan dos (2) secundos al decir "llenado capilar". Deberá de regresar el color normal rosado de las uñas (indicativo
que regresó el flujo sanguineo arterial a los dedos). Esto indica
un tiempo de llenado normal. Ciertas condiciones retrasan el llenado capilar
(o nunca retorna a la normalidad el color de las uñas), tales como
en shock hipovolémico (por pérdida de sangre) y daño
en los vasos sanguíneos que suministran sangre a la extremidad. Por ejemplo, la pérdida de alrededor 20% a 25% de sangre ocasiona
un retraso en el llenado capilar (Henry & Stapleton, 1997, p. 543). Se dice que una persona posee un
llenado capilar tardío cuando
tomma más de 2 segundos en regresar la sangre a los capilares de
las uñas. Inclusive, puede ser que la pérdida de sangre es
tal que nunca regrese la carga de sangre a los capilares de las uñas. La prueba del llenado capilar puede ser invalidada en ambientes fríos. En bajas temperaturas, se retrasa el llenado capilar.
COLOR DE LA PIEL | POSIBLE CAUSA/CONDICIÓN |
Rubor (color rojo) | Alta presión arterial, apoplejía, ataque cardíaco, intoxicación alcoholica, emergencia diabética (e.g., coma diabética), reacción anafiláctica (alérgica), simple sonrojo/ruboración |
Ruborizada y caliente | Infección, calor externo, quemadura solar, enfermedades relacionadas al calor (e.g., choque por calor), quemadura |
Color rojo cereza | Intoxicación con monoxido de carbono, choque por calor |
Pálida (blanca), color cenizsa, y fresca/fría | Shock, miedo, estrés emocional, desfallecimiento, emergencia diabética (e.g., shock insulínico), hipovolemia (deficiencia o baja cantidad/volumen de sangre en el cuerpo), condiciones del calor (e.g., agotamiento del calor), pobre circulación, hemorragia |
Pálida y húmeda | Ataque cardíaco |
Pálida y seca | Hipotermia (baja temperatura corporal), anemia |
Azul (cianosis) | Problemas/obstrucción en las vías respiratorias (e.g., asfixia/sofocación), anoxia (falta de oxígeno), enfermedad pulmonar, embolismo, edema pulmonar, temperatura fría, ataque cardíaco, fallo cardíaco, algunos tipos de envenenamientos, última etapa de la intoxicación con monóxido de carbono, hipovolemia |
Ictericia (amarilla) | Enfermedad hepática (hígado), inflamación de la vesícula, obstrucción biliar, anemias hemolíticas, hepatitis, disturbio urémico |
Moteada (con manchas), blanca/pálida
y azuloza |
Paro cardíaco |
Contusión, color negra y azuloza | Lesión por un golpe directo con objeto romo (puede tomar 24-48 horas en aparecer) |
Contusión, color amarilla | Contusión vieja |
Coloración negra y azul
(cardenal/hematoma) |
Equimosis (filtración de sangre bajo la superficie
de la piel), indica lesión en un
vaso sanguíneo grande |
Algunas condiciones/enfermedades asociadas con estas variaciones en el color de la piel se detallan en la Tabla 2-20. Segun se puede observar en la Table 2-20, una piel con aspecto rojo puede ser indicativo de hipertensión (presión arterial alta), apoplejía, intoxicación con monoxido de carbono, ataque cardíaco, intoxicación alcohólica, choque por calor, quemaduras por el sol, y coma diabética. En aquellas emergencias que muestran una piel pálida (blanca), se debe sospechar un estado de shock, agotamiento por calor, pánico/miedo, ataque cardíaco, shock por insulina, anemia, y una hemorragia (la cual, si es severa, debe ser evidente a la vista). Víctimas cianóticas (color azul) se asocian con algun tipo de problema u obstrucción la vía respiratoria (e.g., asfixia/sofocación), con algunos tipos de intoxicaciones, ataque cardíaco, anoxia (falta de oxígeno), y electrocución. El color azul resulta de una pobre oxigenación en la sangre circulante.