Todo individuo que aporte con algun valor a la humanidad está emprendiendo.  Esto implica que emprender es ayudar a nuestra sociedad, ya sea con algun servicio o producto.  Esto no necesariamente significa que se deba obtener algún lucro.  Por ejemplo, los altruistas son emprendedores por la sencilla razón que ayudan al necesitado sin esperar nada a cambio.  Este tipo de emprendimiento es de naturaleza social y humanitario, es decir, aporta un valor psicosocial y moral a la humanidad.  Por su parte, los escritores son emprendedores porque aportan un mensaje o información valiosa.  Los maestros que emplean estrategias pedagógicas innovadoras y efectivas son, también, emprendedores, puesto que facilitan el proceso enseñanza-aprendizaje.  Por consiguiente, todos tenemos la capacidad de emprender.

        Entonces, emprender es facilitar la vida cotidiana y ocupacional; es proveer algun medio de disfrute, o entretenimiento, a las personas; es disponer, para todos, de aquellas herramientas, o recursos, que promuevan una alta calidad de vida, a nivel individual o colectivo.  Vemos, pues, que el emprender resulta en la incorporación de algún tipo de valor para la población general o grupo particular.  Tal valor puede ser, entonces, de tipo social, espiritual, psicológico o intectual (Ej: nuevo conocimiento), económico, y otros.

        Claro está, el emprendedor siempre se encuentra en una estado de alerta ante de posibles necesidades, y problemas, del ser humano, para los cuales busca, continuamente, una manera de resolverlos.

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