EXAMINACIÓN PRIMARIA DE LA VÍCTIMA: Examinación por Condiciones de Vida o Muerte Estado de consciencia. Según fue descrito en párrrafos anteriores, se deberá determinar si la víctima se encuentra inconsciente, i.e., determinar impasibilidad:
Sentir Evalúa la respiración. La falta de oxígeno por más de seis minutos puede inducir daño irreversible en el tejido cerebral, de manera que es imperante una pronta evaluación de la respiración. Espere de 3 a 5 segundos para asegurarnos la presencia o ausencia de la respiración. Si la víctima no respira, se administran dos ventilaciones de 1½ a 2 segundos cada uno (véase Figura 2-6). Luego se determina la presencia o ausencia del pulso. De no haber pulso, se procederá a aplicar las medidas básicas de resucitación cardiopulmonar (RCP o CPR, siglas en inglés), una combinación de compresiones cardíacas externas con respiración artificial (véase Capítulo 3). Por otro, si la víctima posee un pulso pero no respira, el socorrista deberá administrar respiración de rescate. En adultos (mayor de 8 años) se administra una ventilación cada cinco a seis segundos. En niños (de 1 a 8 años) e infantes (de 0 a 1 año), se aplica una ventilación cada tres segundos. El primer paso para determinar si respira o no el accidentado es abrir la vía respiatoria. Esto se conoce como el paso A del ABC (véase Tabla 2-3 y Figuras 2-3, y 2-4). Un reconocmiento importante antes de abrir la vía respiratoria es determinar la posibilidad de daño en la espina cervical. En estas situaciones, se deberá emplear la tracción de la mandíbula modificada o la tracción de la mandíbula (véase Figura 2-5). En resumen, tenemos:
Evalúa la circulación. Siguiendo con el paso C del ABC, tenemos que el rescatador deberá determinar si la víctima posee o no un pulso (véase Figura 2-7). En adultos y niños, el pulso se determina en la arteria carótida. La examinación del pulso en infantes se realiza palpando la arteria braquial (o humeral). Para asegurarnos un diagnóstico preciso durante la palpación del pulso, espere de 5 a 10 segundos. Por lo regular, si el accidentado no posee un pulso, habrá también ausencia de respiración. En estos casos, se procederá a efectuar el CPR.
Observa por hemorragia. Otra prioridad es determinar la presencia de hemorragias. La pérdida de más de cinco litros de sangre puede causar la muerte. Por consiguiente, es imperante reconocer lo más rapidamente posible las hemorragias y aplicar sin demora la primera ayuda cunado éstas se localizan:
Además, se debe llevar
a cabo un reconocimiento visual y manual por la presencia de venas distendidas/dilatadas,
aplanadas,
y tráquea desviada. Coteje las venas yugulares externas,
las cuales se extienden hasta la clavícula en ambos lados del cuello
(véase Figura 2-11). Determine si se encuentran distendidas.
Venas
distendidas en el cuello son buenos indicadores de shock obstructivo
y fallo cardíaco (Henry & Stapleton, 1997, pp. 312-313), particularmente
representan una manifestación de neumotorax a tensión
y de tamponada cardíaca. Por otro lado, las venas aplanadas
se observan en el hemotorax (junto a otros signos, tales como shock,
matidez en el examen de percusión, entre otros). Coteje por desviaciones
en la tráquea (véase Figura 2-12) hacia cualquier
lado del cuello y el desarrollo de enfisema subcutáneo
(aire debajo de la piel). Estos representan signos de posible lesión
en las vías respiratorias o pecho (Henry & Stapleton, 1997,
p. 216). La traquea desviada (orientada opuesto al trauma) también
es un signo de neumotorax a tensión. Estas condiciones pueden
causar en cualquier momento la muerte repentina de la víctima, de
manera que requieren ayuda médica especializada lo más pronto
posible.
Evaluar por posible incapacidad. Durante la evaluación primaria es crucial determinar si existe algun daño a nivel del sistema nervioso central (SNC), el cual se compone del cerebro y la médula espinal (véase Figura 2-1). Comunmente puede haber una lesión en el SNC en aquellos accidentes que involucran un a caída, colisiones de automóviles, entre otros. Como regla general, en toda lesión/accidente que ocasione un trauma craneal, siempre asuma una lesión en la columna vertebral (con daño en el cordón espinal), a menos que se pruebe lo contrario. Para determinar la posibilidad de lesión en el SNC/espina dorsal, el rescatador deberá efectuar los siguientes procedimientos evaluativos:
Niveles de Consciencia
Nunca mueva una víctima con lesión en la columna vertebral, particularmente con lesión en la espina cervical. En esta situaciones, se procede a inmovilizar el cuello con un collar cervical (véase Figura 2-10). Si no se posee este collar se puede emplear algun tipo de material improvisado (manta, camisa, toalla, entre otros) que puede temporeramente estabilizar el cuello. En resumen, en aquellos accidentados con daño en la espina dorsal:
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